Detrás de cada expresión de la vida existen tantas apreciaciones y valoraciones como seres humanos existimos.
La visión de cada una de las personas depende de su cultura, experiencia, de su sensibilidad, de sus predisposiciones y tendencias, de su sabiduría y de tantas cosas más. O simplemente de un momento particular, de un instante en el que directamente, vemos las cosas con los ojos del alma.
No sé si es esto último lo que me ocurrió a mí al ver esta película por primera vez, pero fui capaz de apreciar en ella tantas cosas......................
Las escenas musicales son soberbias, con una banda sonora excepcional, de la que algunos temas, son ya parte del elenco de clásicos musicales del cine.
En cuanto a su contenido humano, es infinito, y de esa gama de emociones, vivencias y sabiduría existencial que despliega, lo que a mis ojos es revelado, es simplemente magnífico.
Sus personajes, adorables algunos de ellos (como el protagonista por ejemplo), son como arquetipos perfectos, sus planteamientos existenciales, la conciencia, el destino, Dios, los golpes favorables y desfavorables y frente a ellos el ser humano como un violinista sobre el tejado. “Cada uno de nosotros es un violinista en el tejado que intenta ejecutar una tonada grata y sencilla, sin romperse la cabeza.”
¿Qué es lo que nos permite mantener el equilibrio?
Magistral metáfora, ¿qué más puedo decir?...

Oso Blanco.

¿Quién no se ha preguntado alguna vez, qué hubiera sido de su vida si en algún punto de la misma hubiera tomado un camino distinto del que tomó?
¿Si en lugar de elegir tal o cual pareja o este o aquel trabajo hubiera hecho otra elección........?
A las personas que miran al mundo y se hacen preguntas, y gustan de indagar en las corrientes profundas de este misterioso viaje, posiblemente les encantará enormemente el fantástico planteamiento implícito en el argumento de este film.
A parte de las decisiones a las que le atribuimos un efecto trascendente en nuestro devenir, existen una infinidad de pequeños y soslayados sucesos, detalles y casualidades que son los que nos llevan de una experiencia a otra, de una decisión a otra, tejiendo así, anónima e invisiblemente el tapiz de nuestra existencia.
Tal como F. Bermúdez de Castro expresa en el contenido de su novela "Pasos sin huella", no existe un solo paso que no deje huella en nuestra vida.
Entretenida comedia romántica, que además de estar excelentemente interpretada, nos plantea cuestiones tales como el destino, el libre albedrío, el infinito poder de un instante, lo caótico de la existencia. Nos ofrece sobradamente, tema para pensar, discutir y debatir. Y todo ello lo hace (Insisto y redundo) entretenida y divertidamente, sin tostones filosóficos. He aquí, a mi juicio, el extraordinario valor de esta película.

Es que.......... El arte, a mi entender, es pura expresión. Lo interesante además es que aquello que expresa tenga un contenido de algún tipo, por ejemplo Rambo 27 (por caricaturizar) es cine, pero qué expresa........?
Ahora bien, existe mucho cine modesto en cuanto al aspecto técnico e incluso narrativo o interpretativo, que sin embargo, poseen una historia que contiene mucho de real, contienen enseñanzas acerca de la vida en las múltiples y numerosas facetas en las que nosotros la clasificamos.
Esta película está llena de contenidos, no están brillantemente tramados, la interpretación másculina es bastante discreta, y la narración no tiene tensión (aunque la historia sí la tiene, fallo de dirección), e incluso no sé, es denasiado regular......... Pero tiene contenido de alto octanaje, y vale la pena verla, eso sí, para aquellos que gusten de la reflexión.

Una historia que sin ser original lo parece, llena de personajes sencillos, transparentes y peculiares. Un relato fantástico con escenarios llenos de encanto, héroes y villanos; amor, amistad, traiciones, luchas y dificultades; humor y lágrimas.
Sí, seguramente no hace historia en el cine, pero francamente, yo volví a ser un niño viéndola, cambie el chip crítico y razonable de mis ojos de adulto, y simplemente me deje llevar por una historia "fantástica" que te transporta al fugaz oasis de los sueños.

Un guión muy rico y profundo; rico y profundo en su contenido y en su forma de ser expresado con sutileza y simbolismos. La película contiene detalles que pueden pasar perfectamente desapercibidos y sin embargo son piezas claves para comprender los mensajes que contiene.
Habla del amor, desamor, odio, perdón. Habla en definitiva de las fuerzas que gobiernan o a través de las cuales gobernamos o somos gobernados en y por la vida.
Habla de los mecanismos de compensación que utilizamos los seres humanos para llenar nuestros vacíos, de nuestras mentiras existenciales como resultado de la incapacidad para afrontar nuestras vidas siendo coherentes con lo que sentimos, pensamos, decimos y finalmente somos. Y habla por encima de todo, de la tremenda necesidad de todo ser humano de sentirse amado.
La dirección me parece impecable, todo queda explicado, el ritmo del desarrollo es bueno, consigue mantener la atención en todo momento, los planos, las apariciones y desapariciones de los personajes..........
Y en lo que parece que todos coincidimos, es en la calidad de las interpretaciones femeninas, tal vez con algunos pequeños valles, como Michelle Pfeiffer en las escenas finales..... Pero bueno, en términos generales bien.
En 109 minutos retrata formas de vivir y sentir con personajes llenos de contenido, trata temas tan universales como el amor y el desamor, el bien y el mal, de las invisibles cadenas afectivas entre padres e hijos y del enorme impacto que ambas partes ejercen recíprocamente en sus respectivas vidas. Y todo de una forma concisa, ágil y fluida.