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España España · Madrid
Críticas de Pedro
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Críticas 265
Críticas ordenadas por utilidad
10
22 de mayo de 2005
383 de 406 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco imaginaba el científico y explorador ruso Vladimir Arseniev que sus cuadernos de viajes de principios del siglo XX servirían nada más y nada menos que a uno de los más grandes cineastas de esa centuria –Akira Kurosawa– para convertir sus incursiones por la taiga siberiana en puro arte a la vez que testimonio de la forja de una amistad de las de verdad… Las que surgen al compartir una noche bajo las estrellas, una comida en el claro de un bosque o una conversación sencilla junto al fuego del campamento.

Dersu Uzala es ese personaje que recoge la esencia de la verdadera inteligencia, la que reside en el corazón. Dersu no sabe de libros o del precio de las cosas, sabe de la vida, de los árboles, de la naturaleza, sabe de la esencia del hombre y nos recuerda que lo que debemos hacer es recuperarla… Con la aparente y asombrosa facilidad del genio, Kurosawa realiza la mejor película de aventuras que nunca se haya rodado y al mismo tiempo desarrolla magistralmente a los protagonistas casi sin palabras, consiguiendo que se vuelvan entrañables para el público, respirando el silencio y las sensaciones del paisaje, del aire, de los ríos…, con un ritmo pausado en el guión característico del cine japonés que a algunos quizás aburra pero que a quienes gustan de paladear el buen cine atrapa hasta hacerse muy cortas las dos horas y media de metraje.

Esta incursión del director nipón en el cine ruso supone probablemente una de las mejores películas de la historia. Rodada en 70 milímetros y casi en su totalidad en exteriores, aprovecha los largos planos con travellings y panorámicas para convertir la naturaleza en otro actor con el que se integran los de carne y hueso alternándose en planos más cortos que dan a la proyección el dinamismo apropiado. Todo ello redondeado con un excelente trabajo de los dos protagonistas, principalmente de Maksim Munzuk, cuya primera aparición en escena supone una de las más logradas introducciones de un personaje que jamás se hayan filmado: “¡No disparen, soy gente!”

Película imprescindible en cualquier filmoteca.
Pedro
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9
9 de octubre de 2009
359 de 448 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nosotros. En él se encuentra todo aquel que conoces, o del que has oído hablar, cada persona que existió y vivió su vida. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de religiones, ideologías y doctrinas, cada héroe y cobarde, creador y destructor, rey y campesino, cada pareja enamorada, madre y padre, niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, 'superestrella', 'líder supremo', cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí, en una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol"

(Del libro "Un punto azul pálido", Carl Sagan, 1994)

.....

La primera vez que supe de Hipatia de Alejandría fue leyendo "Cosmos" de este magnífico divulgador científico y astrónomo. Idealizaba a dicha filósofa como un atisbo de razón antes de que la sinrazón humana nos trajera siglos de Edad Media y oscurantismo. Por tanto, sin saber que el director había declarado la influencia de la obra del científico en su película, este hecho no me era ajeno. Faltaba averiguar si el espíritu del fallecido Sagan pervivía entre los fotogramas, pues decía Amenábar que hubiese deseado que viese "Ágora" porque le hubiera gustado.

No me cabe duda. La película refleja con imágenes la cita inicial de esta crítica. Cada secuencia del espacio, de la cámara sobrevolando el mundo mientras bulle el hormiguero humano abajo, de esa bola azul que es nuestro planeta..., no nos habla de otra cosa. Bello a la par que original planteamiento para sirviéndose de un peplum que tiene poco que envidiar en factura técnica a títulos como "Gladiator", "Espartaco", "Cleopatra", "Ben-Hur"..., trasladarnos al Egipto del Imperio Romano allá por el siglo IV. Con su mezcla de culturas y religiones, sus dioses paganos, cristiano y judío, sus conflictos de convivencia, revueltas, luchas de poder, su biblioteca, sus templos, su faro...

Ágora teje una interesante amalgama de circunstancias sociales y políticas para intentar contarnos de modo más o menos fiel a la Historia -aunque con alguna que otra licencia dramática- unos hechos que pivotan entorno a la protagonista, interpretada con sentimiento y credibilidad por una Rachel Weisz cada vez más en alza. Y el resultado es más que bueno. Eso sí... No es probablemente película para satisfacer a todos, pues quienes no frecuenten la admiración por el pensamiento lógico y científico -motor vital de Hipatia- probablemente sientan aburrimiento en lugar de emoción, y no faltarán quizá quienes consideren atacadas sus creencias y rechacen por ello lo que les están contando.

Mientras la introducción con letras superpuestas a las estrellas, homenajea en cierto modo la historia de otro famoso Imperio cinematográfico -galáctico en este caso-, la conclusión es una oda a lo perdido, y una reflexión que bien podría aplicarse a la humanidad incluso dos mil nueve años después de Cristo. Pues aquí seguimos, dibujando juntos en el espacio una elipse al compás de la luz del sol.
Pedro
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10
19 de mayo de 2005
309 de 364 usuarios han encontrado esta crítica útil
Blade Runner existe para demostrar a los intransigentes que la Ciencia Ficción no es un género menor. La belleza plástica de cada fotograma sin excepción se conjuga perfectamente con la sugerente música de Vangelis y con una historia que habla con palabras mayores: vida, amor y muerte, el núcleo de la existencia humana. Esta magistral película nos deja frases y escenas para la posteridad, como la de Tyrell y Roy, cual doctor Frankenstein y su monstruo, momento álgido entre el dios de la electromecánica y su perfecta creación; la del test Voight-Kampff a una Rachael interpretada deliciosamente por Sean Young y que es la parte más fiel a la novela original “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” de Philip K. Dick, ampliamente superada en la versión de celuloide; cada secuencia de la dulce y mortífera Pris –Daryl Hannah ha declarado que este director fue el que mejor partido supo sacarla–; o esa otra para recordar junto al plano ascendente del “principio de una gran amistad” en Casablanca como lo mejor del cine de todos los tiempos: “He visto cosas que vosotros no creeríais...”, comienza a decir Roy –un más que expresivo Rutger Hauer– a un perplejo Deckard, para culminar en un plano ralentizado de su rostro bajo la lluvia y el vuelo de la paloma hacia un cielo gris. “Lástima que no pueda vivir, pero... ¿quién vive?” sentenciará después el policía interpretado por Edward James Olmos a un Harrison Ford que da aquí con el mejor papel de toda su carrera cinematográfica. Y es esta última frase la que condensa toda la película al mismo tiempo que nos abofetea con un hecho irrefutable, triste pero hermoso, que es lo que da sentido a toda la existencia: la de esta portentosa obra de Ridley Scott que se mezcla entonces con la de nuestra propia vida. Una película de 1982 que a pesar de ello es ya un clásico entre los clásicos.
Pedro
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9
21 de noviembre de 2016
298 de 354 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asistimos a una interesante mezcla entre una estética surrealista con imágenes y música sugerentes, que por momentos recuerdan en su fotografía a cuadros que bien podría haber firmado Magritte, un argumento que se mueve con soltura entre el drama de la protagonista y el suspense, y un planteamiento de ciencia ficción en el que se asocia el elemento fantástico al lenguaje como filosofía de la inteligencia y de la percepción del tiempo.

En el aspecto estético sobresale la combinación de espacios interiores en perspectiva con exteriores y paisajes casi oníricos, el uso del cambio de foco jugando con la presentación de objetos y personajes a diferentes distancias, y la cámara fija alternando con steadycam no abusivo en escenas donde se quiere aumentar la sensación de acción de modo más realista. En general hay una recreación medida en muchos planos que cuida la presentación dándole un carácter más artístico que funcional, pero sin perderse ni olvidar que está al servicio de contar una historia.

La historia que nos cuentan es por supuesto la esencia del filme, que se basa en un relato corto del escritor estadounidense de ciencia ficción y fantasía Ted Chiang, titulado "Historia de tu vida". Como en el relato, el guión se cuenta como una narración de una madre a su hija sobre unos hechos que marcan sus vidas. En general es una fiel adaptación, aunque con alguna licencia en cuanto a las relaciones y hechos entre los diferentes países del mundo que se enfrentan a los sucesos. Licencia que quizás está algo de más, pero que no interfiere en lo fundamental. Y lo fundamental es presentarnos unos hechos extraordinarios que influyen de manera profunda en la vida de la protagonista, de un modo sobrenatural que se termina explicando mediante la conexión de la lingüística con el desarrollo de la mente y con el conocimiento del tiempo como otra dimensión más, resultando todo ello en la resolución de un drama ante el que sólo cabe la resignación (ver abajo en zona "spoiler").

La interpretación creíble de Amy Adams resulta fundamental, ya que es ella la que carga con el peso de todo el argumento. Es protagonista absoluta, y el resto de personajes son en realidad secundarios que giran en torno a la "historia de su vida", incluido el solvente papel interpretado por Jeremy Renner.

Así que lo mejor es entrar en la sala de proyección sin expectativas, dejándose llevar, desde una secuencia inicial que ya nos resume una vida y nos emociona en apenas minutos hasta un final que se cerrará como un círculo dando sentido a una historia donde los extraterrestres son sólo una excusa para hablarnos de recuerdos del porvenir, sobre el amor como nexo de los tiempos que fueron, son y serán.

"Tu padre está a punto de hacerme la pregunta. Éste es el momento más importante de nuestras vidas, y quiero
prestar atención, captar cada detalle (...) -¿Quieres tener un hijo?" (Ted Chiang, "La historia de tu vida", 1998).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro
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1
18 de septiembre de 2011
445 de 675 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que lo sucedido en un cine no sale de la anécdota y no tiene valor estadístico, pero aun así no puedo sino dar breve testimonio de lo que nunca había visto hasta ahora en una sala.

Un cine normal de numeroso aforo prácticamente lleno. Tras la primera hora de película aproximadamente un tercio ya había abandonado el lugar y el goteo continuó incesante hasta el final donde quedamos más o menos la mitad. Durante la proyección de este drama pude escuchar risas procedentes de diferentes lugares de la sala, bostezos, algunos comentarios en voz baja de gente cercana a mi asiento del tipo "no sé si voy a aguantar más de dos horas esto", "tío, por mucho que lo intento no consigo engancharme dos minutos seguidos"... Al comenzar los títulos finales las risas se reproducen con mayor intensidad al mismo tiempo que todos (me incluyo) irrumpen en un aplauso atronador. Un aplauso sarcástico a la par que de alivio porque se acabó por fin, acompañado de nuevos comentarios esta vez en voz alta: "¿Y quién era este director sublime?" "¿Qué te ha gustado más? A mí ese fondo de pantalla". "Pues esto no ha sido nada, ¡el Director's Cut será la leche!". "Palma de oro en Cannes, ¿y en Cannes qué fuman?" "¿Se puede reclamar el dinero de la entrada?" "¿Por aguantar hasta el final dan algo?" "Venga... Ya puede salir Iturriaga con el ramo de flores."

En definitiva, si en ocasiones he mostrado mi perplejidad ante determinadas valoraciones dadas a películas por el público o ante entusiastas opiniones de la crítica profesional, esta vez sencillamente no tengo palabras.

Formal y visualmente interesante pero narrativamente tan pretenciosa y enrevesada como pueril y afectada, la película sólo pudo aguantarme en la butaca intentando abstraer lo que estaba viendo para centrarme en algunos elementos técnicos de valor, momentos de hermosas composiciones fotográficas; como por ejemplo el rostro de Jessica Hastain, una actriz que más bien pareciese un ángel caído del cielo, con unos ojos que te quitan el hipo y que la cámara en ocasiones sabe recoger aprovechando incluso los instantes de dilatación de sus pupilas. También la pantalla se llenaba de belleza fotográfica con el rostro de alguno de los niños o los planos irradiando ternura de los bebés. Y poco más...

Un Sean Penn desaprovechado acabó molesto con Malick debido a que tras semanas de rodaje aparece con cuentagotas en el montaje definitivo, y muy decepcionado con el resultado final declaró: "No encontré en la pantalla la misma emoción que tenía el guión. Una narrativa convencional y más clara hubiera ayudado al filme sin, en mi opinión, afectar a la belleza de la película o a su impacto. Francamente, aún estoy tratando de averiguar qué hago allí y qué se supone que añadía mi personaje en ese contexto. Es más, el mismo Terry nunca pudo explicármelo claramente".

Yo tampoco me explico claramente qué les pasa últimamente a muchos críticos profesionales.
Pedro
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