Posiblemente, la única forma que haya de salvar la película sea mirarla como una metáfora muy larga en sí misma. Dos seres completamente distintos que quieren estar juntos en un mundo de prejuicios, mujeres moviéndose en un planeta diseñado para hombres, homosexuales incomprendidos, personas que aceptan a uno con sus rarezas y racismo. No está mal todo eso, pero parece que se han metido todos los asuntos polémicos de la actualidad con calzador y se le ha añadido un poco de nostalgia de los años veinte para atraer al público general postmoderno de twitter. También, se han tirado de unos cuantos clichés de moda, pero se ha olvidado crear una trama en base a ello que guste. Visualmente llama la atención y la música puede atraer. Pero aún así, no considero que se haya conseguido transmitir un mensaje claro hacia esas "personas muy sensibles" a las que la película va dirigida.

Posibilidades del diálogo es un cortometraje Checoslovaco de Jan Svankmajer que tiene la gran ventaja de ser interpretado según la visión del mundo, del ser humano e incluso de la ideología de cada persona. La obra se realizó en los años 80, cuando el comunismo en Checoslovaquia estaba llegando a su fin, dando paso al capitalismo y a una sociedad clasicista. Es por eso que desde mi punto de vista, los tres actos en los que se divide el corto, no son más que tres formas distintas de antropocentrismo. Diferentes formas de mostrar la incapacidad de comunicación, de comprensión y de colaboración entre las personas.

Una característica que tienen en común las tres partes, es el deseo de estar por encima del prójimo, ya sea en el medio laboral, en una pareja o con los amigos y las personas con las que nos relacionamos en el día a día. Destrozamos a los demás y nos destrozamos a nosotros mismos, pero no es de extrañar, ya que esta actitud competitiva tan dañina está prácticamente globalizada.

En los años 80 se da pie en Checoslovaquia al fin de la igualdad y la colaboración entre las personas para dar lugar a la visión del mundo -destructiva- que se refleja en el corto, tan sutil y descarado al mismo tiempo.

Es difícil describir la cantidad de sentimientos que te puede provocar esta obra de arte, que solo Woody Allen podría crear, en 96 minutos. A pesar de que la película es un poco predecible, consigue sorprendernos a cada segundo por su capacidad de relacionar tantos mensajes de esa forma, su humor refinado y levemente pedante, de ponernos los bellos de punta desde el principio hasta el final con su guión y su reparto, provocándonos nostalgia al ver a Meryl Streep en plena juventud.

Isaac pretende mostrar al espectador que la razón está sobrevalorada y que debemos dejarnos llevar más por el corazón, sin darse cuenta de que el mismo se está dejando llevar por ella, cual humano, y por la influencia de los prejuicios.

Al igual que amo las películas con significados escondidos, amé este cortometraje por su tremendo sinsentido. ¿Quíen no ha deseado alguna vez meterse en el sueño de otra persona? Esta obra ha hecho que me sienta de esa forma alcanzando completamente la esencia de un sueño.

Así es cómo se disfruta, te sientas delante de la pantalla y miras, sin que te diga absolutamente nada. Está llena de imágenes absurdas, saltos de tiempo repentinos, y una música exquisita que lo hacen realmente especial.

Me he quedado sin palabras para describir esta obra maestra de la animación. Buscando a Nemo está cargada de energía positiva, amor, cariño, empatía, destino, y unos descarados guiños humorísticos que la hacen una película apta para todo tipo de público.

Al terminar de verla ha conseguido dejarme una gran sonrisa en los labios, pero por sino fuera poco la animación, los actores de doblaje (entre los que se incluye la actriz Anabel Alonso), y el gran argumento con sus esporádicos dobles sentidos, la increíble banda sonora (especialmente al final), ha hecho que termine de culminar la perfección.