Hablar de Pratos Combinados es hacerlo de la primera serie producida de la historia de la televisión gallega y eso es mucho decir tratándose de esta parte del país donde hasta hace apenas veinte años atrás el panorama del audiovisual era escaso y bastante precario.

En sus primeros capítulos allá por el año 95 no le dí mucha importancia aún leyendo que tenía un gran tirón de audiencia. Pero cuando me empecé a enganchar no pude parar de reírme con las tonterias de Miro, las astracanadas de su liante cuñado Antón y demás personajes del Bar Suizo: Balbina, Paspallás, la abuela Carme, ...
La cosa no destacaba especialmente por su versatilidad de situaciónes y desarrollo ya que la acción se limitaba a el bar, pero los diálogos y las tramas, de lo mas simples, me hacían muchisima gracia. Las tres primeras temporadas, lo mejor sin duda.

La serie tenía que renovarse o morir. Nuevos personajes, localizaciones en exteriores. Pero el mal ya estaba hecho. La falta de ingenio, la sosería y las historias repetitivas iban parejas a la falta de pelo de Miro y su blanquamiento capilar. Éste y su susodicho cuñado fueron los únicos que resistieron hasta el final de la serie por agotamiento.

Esta es de las cintas ideadas como exclusivo vehículo de lucimiento de Cantinflas que mas éxito consiguieron en la carrera del genial cómico.

Aquí interpreta en esta ocasión al proceloso y de buen corazón "padrino" de un niño que le deja en custodia la viuda de su recien fallecido mejor amigo.
Cantinflas nos deleita una vez más con su sempiterna caracterización del famoso personaje del "pelao" mexicano: desarrapado, torpe, pero de un gran corazón, llegando esta vez a procurar trabajar y ganarse la vida en los mas variados oficios usando al niño "Chavita"como cebo sentimental, aunque Cantinflas finalmente sólo persigue poder ganarse el cariño y la admiración del crío.

Es de las mejores que he visto de él. Tiene momentos realmente hilarantes como por ejemplo los de el baile que se marca con la vedette americana parodiando la canción que hace mención al título, o como cuando lo contratan de socorrista en las famosas playas de Acapulco. Además, nos deleita con sus ya habituales retahílas de frases irónicas y con dobles sentidos que aquí son de las mejores de su filmografía.

En definitiva, invito a la gente a descubrir el arte de este genio del humor universal con maravillosos ejemplos como este.

Mi admirado y querido José Luís Garci, mejor cinéfilo que cineasta la verdad, consiguió el primer oscar de la historia para el cine español con este melodrama de gran carga melancólica en la piel del eminente escritor Manuel Albajara.

Garci usa y abusa hasta el hartazgo de la inestimable compañía de Pachelbel y su Canon en D y de Cole Porter para acompañar a las bonitas tomavistas de Asturias mientras el espectador se deja embargar irremediablemnte por la añoranza del no sé que, ni se cómo, gracias al reincidente masoquismo del director.

Quizás el guión no da tampoco para mucho más, excepto como vehículo para los siempre magníficos momentos intimistas que nos reserva la acertada prosa de Garci y que rayan a gran altura, entre otros, en uno de los más sublimes momentos del film gracias a la soberbia y contenida interpretación de un José Bódalo que sienta cátedra una vez más.
A pesar de un desenlace que se presta a forzar aún más la situación, la cosa nos deja con buen sabor de boca.

!Qué bello es vivir! se enmarca dentro de las películas ideadas como productos revitalizantes para ser vistas en momentos de abatimiento.
Suelto esta parrafada, porque el otro día no me encontraba yo en mi mejor momento y buscando algo pensé en verla para ver si me levantaba el ánimo ... y la verdad es que lo consiguió.

Cuenta la historia de un ejemplar y modélico ciudadano de un pueblo estadounidense, George Bayle, que se nos muestra desde su infancia hasta llegar a ser un respetable padre de familia, como un adalid de los desheredados y un altruísta vecino dispuesto siempre a ayudar al prójimo. Pero he aquí que como no todo va a ser de color de rosa, Bayle tiene en el todopoderoso cacique del pueblo, Mr.Potter, a su mas enconado obstáculo. La necesidad de dar a el resto de la sociedad siempre lo que de él se espera, y la coherencia en sus férreos ideales y valores, le conducirán a un descenso a los infiernos del que aprenderá una valiosa lección gracias a su particular "ángel de la guarda".

No hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta de que esta historia de redención personal se encuentra cubierta de un pomposo celofán y una oda a los mas elementales valores conservadores de la clase media americana. Pero a mi parecer, ésto no resta ni un mínimo de mérito a una muy entrañable y emotiva historia que recuerda a las clásicas fábulas con moraleja final, de la que el gran Frank Capra nos muestra aquí a su mas claro exponente hecho película.

Para conseguir mejor resultado, es recomendable verla en un día de bajón anímico acompañada de una mantita al lado de la chimenea de leña.

Floja, flojísima adaptación del clásico de aventuras de R.L Stevenson.
La película omite descaradamente numerosas partes del libro como por ejemplo la llegada de Billy Bones a la posada. Después de que Jim se cargue a Hands y logre hacerse con el control de la Hispaniola, él solito le da unas vueltas a la caña del timón y... barco encallado en el fondeadero, sin fallo. O por el contrario, se inventa pasajes que sólo el director debió haber leído: ( Jim, el doctor Livessey y Trelawney comiendo en la cantina "El Catalejo" antes de embarcar ), ¿Y lo del desenlace?... Junto con errores de chiste como las muletas de Silver en el brazo ¿izquierdo?
Aparte de eso los personajes principales, a excepción de Jim, son dibujados de una manera caricaturesca, especialmente el mayor Trelawney, penoso, y Robert Newton como John Silver con esos gestos forzados que es para darle de comer aparte.
Finalmente decir que la narración se desarrolla a velocidad de rayo, ésta es rutinaria y sin capacidad de emocionarte ni de seguirla con mucho interés.