Este documental incluye testimonios de los integrantes que quedan de Joy Division, de personas que estuvieron relacionadas con la carrera musical de Curtis, Summer, Hook y Morris, audios de entrevistas y testimonios interesantes. Hay también extractos del libro que Deborah Curtis escribió tras la muerte de su marido con otografías curiosas de su vida familiar. Se cuenta cómo el grupo fue creciendo poco a poco desde Warsaw hasta, finalmente, Joy Division, de la enfermedad de Ian y cómo afectaba a su estado anímico, a sus relaciones sociales y sentimentales y a sus letras. Aparece incluso Annik Honoré, la amante belga de Ian, exponiendo como veía ella la situación (emocional) del líder de los de Manchester.

Varias cosas me han puesto el vello de punta. La primera fue cuando investigué en la red sobre el libro "Touching from the distance" escrito por Deborah Curtis y cuenta cómo hizo la foto a Ian Curtis con su hija. Al parecer, Ian llegó una noche a su casa, su hija lloraba e Ian no hacía nada por miedo a hacerle daño. Deborah insistió para que Ian la cogiera en brazos y tras cogerla dejó de llorar. Deborah aprovechó para inmortalizar este raro gesto. La segunda fue con el audio de Summer haciendo hipnosis a Ian.

El documental me ha invitado a la reflexión y desde luego que no escucharé la música de Joy Division como la hacía hasta ahora.

"Joy Division" de Grant Gee es un valiosísimo documento si queremos conocer mejor a uno de los grupos más importantes de la oleada de la new wave en UK y más influyentes de la música de hoy en día.

Vi esta serie por primera vez cuando tenía 8 ó 9 años y ahora con 20 estoy volviendo a verla simplemente para recordar viejos tiempos (y soltar más de una carcajada de las absurdeces que me preocupaban a esa corta edad).

Quien la vea va a encontrar una entretenida serie para niñas de 8 a 13 años cuyas únicas preocupaciones son ir al colegio, estudiar e intentar acercarse al niño que le gusta, sin más. Serie con final cerrado en el que en cada capítulo se nos plantea una historia que estos jovencitos tienen que resolver.

Cómo digo, es una serie para recordar nuestra niñez, pero nada más.

Con series como "A dos metros bajo tierra" me siento MUY orgullosa de formar parte de la comunidad audiovisual. Hasta ha hecho que Estados Unidos me parezca un país precioso, fíjate, jeje.

Bromas aparte... estoy muy chof y seré brevé: esta serie me ha cambiado la vida. Me he sentido muy identificada con los personajes, con todos y cada uno y ahora mismo no puedo dejar de pensar en otra cosa que no sea esta pequeña familia que me ha dado tantos buenos y malos momentos.


Gracias a los creadores, guionistas, técnicos, productores, actores, etc. por haber creado esta obra de arte.

Como bien os habréis dado cuenta quienes la hayáis visto esta película está pero que muy mal montada, con cambios de unos planos a otros que te deja tonto, unos efectos especiales de risa y un ¿guión? incoherente y absurdo.

Intentan conseguir una atmósfera de satanismo y locura con mucho grito, convulsiones y susurros que suenan desde "el otro oscuro" y la rápida sucesión de unos planos a otros, pero lo que han conseguido no es agobiar al espectador sino provocar la carcajada, o es que yo soy muy risueña...

Hacía muchísimo tiempo que no me reía tanto con una película. ¿Cómo es posible que se sea tan idiota? El guión es maravilloso y las actuaciones son magníficas. Esa manera de enredarlo todo más y más y cuando crees que ya no puede ir a peor pasa algo y se vuelve a liar es para ponerle una estatua al guionista cuanto menos!

Todo comienza por una cena que el editor Pierre Brochant y sus amigos celebran todos los miércoles y que consiste en llevar cada uno a un invitado idiota para reirse de él. El que lleve al más idiota, gana. Llega a oídos de Brochant un tal François Pignon, un trabajador del ministerio de Hacienda que sólo habla de sus construcciones hechas a base de cerrillas. Brochant no duda ni un instante en invitarlo a la cena con la excusa de querer publicar las fotografías de sus construcciones.

Empecé por reirme de Pignon hasta que hubo un momento en el que sentí verdadera compasión por él e incluso llegas a sentir admiración por cómo se puede llegar a ser tan "idiota". El papel de Brochant tampoco se queda atrás porque igualmente empiezas por pensar que es un tío cruel que se rie de un desconocido pero conforme avanza la película lo comprendes y lo apoyas (como para no hacerlo).

Toda la acción se desarrolla en un mismo escenario (el piso de Brochant, más concretamente en el salón ), a excepción del comienzo de la película en el que nos presentan a los personajes y algunos planos que se intercalan con la acción que sucede en el piso de Brochant.

Y ojo con el final! No os vayáis a pensar que todo ha terminado...

En conclusión: una muy buena película de humor que todo el mundo debería ver.

En 2010 los americanos hicieron un remake alargándola a 1 h 50 y tantos minutos. He visto sólo el principio y ya me estoy imaginando el resto de la película... sin embargo siento curiosidad por verla a ver de qué manera la destrozan. Parezco masoca.

En spoiler pongo algunas de las partes que más me han gustado de este film.