Primera adaptación cinematográfica del mago de las palabras J.R.R. Tolkien. Ralph Bakshi probablemente no sabía el lío en el que se estaba metiendo con este proyecto, ya que desde que se conoció la noticia, los ya por entonces numerosísimos fans ("tolkiendili") empezaron a frotarse las manos, y seguramente esto influyó y mucho a la hora de valorar la película.

Innovadora en lo que a técnica se refiere, experimentaron con una técnica extraña en la que se fusionaban los movimientos de actores reales con los dibujos; se podría decir que es uno de los puntos de partida de la técnica de captura de movimiento tan de moda últimamente. Sin embargo, además de que los resultados de estas animaciones dejaban mucho que desear, el dibujo simple del resto del relato, era, valga la redundancia, demasiado simple, demasiado Disney si se me permite.

En lo que se refiere al guión, la idea era resumir todo el libro en solamente dos películas, algo sencillamente imposible, aunque nunca podremos saber cuál hubiese sido el resultado final. Ya en esta primera, y única, parte queda patente que era demasiado material para contar en demasiado poco tiempo. Esto merma mucho la hipotética calidad del guión y todo se reduce a una acción tras otra, sin periodos de calma, algo sumamente importante.

Pese a todos los inconvenientes, es la primera adaptación a cine de ESDLA, y simplemente por eso, por la valentía (que no osadía) se merece un reconocimiento; es en parte un poco mágica, pese a todos los recortes, hay varias escenas con las que el mismísimo Tolkien hubiese disfrutado de haber podido verla. Su planteamiento inicial, desde la productora, fue el que la condenó, pero al menos tenemos esta primera parte, con la que al menos yo, sinceramente, disfruto bastante cuando la veo.

Decir que Braveheart es un peliculón es quedarse corto. Como siempre, el veredicto depende de cada uno, de sus motivaciones y lo que en él despierte. En mí, Braveheart lo ha sido todo.

Desde aquel primer visionado en el extinto cine de mi pueblo el año que se estrenó, cuando yo rondaba los 11 años, hasta hoy, 10 años más tarde, se podría decir que Braveheart me ha ayudado a elegir una parte de mi camino, a tomar decisiones o a basarlas en ella. Hasta extremos insospechados y que analizados en frío, dan que pensar.

Braveheart es una película en la que sus detractores pueden encontrar multitud de fallos de rigor histórico, de raccord, de abuso de primeros planos del protagonista, de ser facilona en algunos momentos... pero sus defensores encontramos una historia además de real e histórica, muy épica, que realza valores que nos haría falta ensalzar, una historia no solo de guerra si no también de amor, del inevitable y del prohibido, con la presencia de la amistad por encima de casi todo y de la lealtad a unos valores por encima de todo...

En la mente de todos están esas escenas claves, épicas y tantas veces vistas y cacareadas, discursos que ya son parte de la historia del cine, y escenas de guerra tan pioneras como realistas.

Pocas películas consiguen llegarte al corazón y un poco más allá, Braveheart para mí es una de esas pocas, y seguramente, la más especial de todas.

Entendible el éxito que está cosechando, ya que al terminar de ver la película, lo primero que haces es preguntar a los demás qué opinan de la historia.

A mi modo de ver, la directora no termina de rematar lo que podría ser una historia verdaderamente redonda para una película de estas características. Le falta algo de atrevimiento, y la manera en la que está narrada, no es muy efectiva; la voz en off, que tanto juego debería dar (está basada en una autobiografía), apenas aparece, y cuando lo hace es para no decir nada.

Pero en general la película acierta para mostrarnos lo que en el fondo es: el choque de culturas, amparado en el amor, el amor a tu pareja, y a tu familia, y la importancia de cada uno de ellos (también podría hablarse del amor a uno mismo, y la obligación de sacrificarlo en beneficio de una relación). Los actores se defienden bastante bien, el masai es bastante creíble (no sé si es masai en la realidad, o un actor).

En definitiva, recomendable, da que pensar. Polémica, ¿que hubiese ocurrido si el final fuera el mismo pero cambiando las tornas?

Altas eran mis expectativas para esta película. No quería pensar en que la Disney estaba detrás de todo, prefería pensar que el director era el mismo de las dos Shrek, prefería pensar que los libros han cautivado a varias generaciones de lectores jóvenes, que los tráilers prometían una especie de Willow épico más infantil... Pero no, desgraciadamente, Disney estaba detrás de todo.

Técnicamente brillante, al César lo que es del César. La chamusquina comienza cuando aparecen esos cuatro niños en pantalla por primera vez, esos engendros del demonio. Vale que sean niños y que el nivel de exigencia para sus actuaciones no deba ser excesivamente elevado (aunque en una súperproducción como ésta especialmente, discrepo de eso), pero es que además son feos cuando se busca lo contrario y para rematar, el doblaje parece de chiste, como si estuviese Florentino Fernández poniendo voces al tiempo que mueven los labios, pero desde la cabina de proyección. Penoso.

La película es discreta. Lo que pasa es que yo me esperaba algo que no es, y que en ningún momento se les pasó por la cabeza que fuera a los productores. Yo buscaba una película con un buen guión de aventuras fantásticas, de las de cogerte un cubo de palomitas y disfrutar como un enano. Pero me encontré con una historia simple a más no poder, con miles de guiños o paralelismos con alguna que otra historia Bíblica, una línea argumental totalmente plana, unas actuaciones por las que yo si fuera uno de esos actores, eliminaría mi nombre de la base de datos... en general, una película de complejidad cero, menor que la que pueda tener Bambi. Y visto lo visto, las últimas producciones Disney sin Pixar de por medio, es lo que se desea: crear niños estúpidos de encefalograma plano.

Por favor, por el bien de nuestros niños y de nosotros mismos, huyamos.

Daniel Sánchez Arévalo, el futuro ganador de Mejor Director Novel en los próximos Goya si las votaciones son justas y coherentes, porque dudo muchísimo que podamos ver este año, y en unos cuantos años, una ópera prima española de una calidad como la que atesora AzulOscuroCasiNegro.

Quién diría que esto es un debut y no que es la confirmación de un director que se ha abierto paso película a película. Tiene grandes aciertos de aquellos que solamente se consiguen con la experiencia, a base de fallar. La historia, maravillosamente escrita, está contada con un pulso narrativo realmente bien llevado. Unos personajes muy bien definidos, aunque alguno, como por ejemplo la vecina, me chirríe y no me guste; pero la culpa es del guión, la chica lo hace muy bien.

¿Cómo calificar la temática? Podríamos decir que es una historia sobre el amor, el verdadero, el que no entiende de facilidades, sino todo lo contrario, que le gusta jugar con las dificultades y ser todo lo enrevesado que pueda. Pero no solo es una bonita historia de amor, también están la temática social, las relaciones familiares, la amistad... La consciencia y los remordimientos; el deber, el poder y el querer.

Daniel Sánchez Arévalo, cuenta en su blog que a veces se mete a una sala en la que proyecten su película y se sienta atrás del todo para observar a la gente, para ver qué tal reaccionan con las escenas intensas de la película, si se ríen con los chistes... y seguro que de esas personas que él observa como un Gran Hermano, apunta notas en su libreta a partir de las cuales crear nuevos personajes fascinantes para su próxima película, que ojalá llegue pronto, porque este chico, tiene un gran futuro por delante.

¿Tan mal está el cine español? Yo creo que no.