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España España · A Coruña
Críticas de Puercoespín
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Críticas 31
Críticas ordenadas por utilidad
7
4 de junio de 2009
28 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues nada nuevo cuento si digo que la gente cambiamos, o al menos las circunstancias en las que nos encontramos. Gasset lo resumió en un "yo soy yo y mi circunstancia". Saura hace suya la frase y la modela en La Caza.

Así pues, tres amigos se reencuentran organizando una cacería de conejos en un día de verano infernal. Ha pasado el tiempo y sumamos que quien más quien menos arrastra sus problemas de salud, conyugales o económicos. El propio hecho de organizar la caza resulta extraño para los propios participantes, bien por perseguir una segunda finalidad, bien por sospechar que la cacería es una excusa para un fin diferente. Además, aparece en escena un cuñado que nos vendrá de maravilla para poder conocer algunos detalles personales del resto de protagonistas.

Como si de una receta se tratase, estos ingredientes se mojan en alcohol y se dejan a fuego vivo en medio de un abrasador sol. Hemos convertido nuestra caza en una olla a presión que puede finalizar de cualquier manera. El agobio de la situación es transmitido totalmente al espectador, y de hecho creo que esta película podría hacer sudar a cualquiera en pleno invierno sólo con la atmósfera creada. El alcohol, el sol y la caza (mostrada con crueldad contrastada con la satisfacción que en los protagonistas produce) desatan los instintos y contribuyen a avivar y reforzar lo peor de lo que los personajes llevan dentro. No los transforma, ya que ellos son como son, lo que refleja por ejemplo la escena del momento de preparación de las armas, pero los arrastra a su punto de ebullición.

En varios momentos de la película se utiliza el contraste entre lo dicho y lo pensado, la realidad y la estrategia, mostrando las observaciones, preocupaciones y apreciaciones reales de los protagonistas como pensamientos en off que se comparten con el espectador y que muestran las desconfianzas que van surgiendo.
spoiler:
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Puercoespín
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7
5 de mayo de 2009
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eso es lo que me estoy preguntando, ¿qué tiene Bergman para captar mi atención con prácticamente todas sus películas que voy viendo?

Pues en este caso, hay varias cosas que la captan:

La evolución de estilo. Pese a la tan mencionada trilogía en la que esta película se cataloga, en estilo está mucho más cerca del Bergman de Persona o Gritos y Susurros que de sus compañeras Los Comulgantes y Como en un Espejo. La presencia / ausencia de Dios es, a mi juicio, lo de menos si es que realmente es uno de los objetivos argumentales, porque no encuentro una conducción temática directa como en las anteriores dos obras ni una plasmación explícita o necesaria de la fe o de la falta de ella en ninguno de los personajes.

Los personajes. Bergman me sigue pareciendo un maestro a la hora de obtener interpretaciones sobresalientes de sus actores. En esta ocasión, Thulin/Lindblom están espectaculares.

La temática. Soy fan de los desarrollos de las taras morales y psicológicas de los personajes de Bergman, como en este caso, la exposición de los sentimientos de las dos hermanas, unidas por la enfermedad pero separadas por el aborrecimiento y también por el deseo enfermizo dado su parentesco ¿real? (la interpretación que he visto en una crítica de que el padre común sería Dios me gusta). Bergman profundiza y matiza muchísimo los personajes, los llena de contradicciones y de sentimientos encontrados que muchas veces los desbordan. En este caso, la necesidad de evasión de Anna es una reacción similar a la de David, el padre de Como un Espejo, en su egoismo e indiferencia.

De todos modos, en esta película hay momentos que me resultaron aburridos, como la caminata del niño por el hotel encontrándose los diversos personajes pintorescos que seguro que David Lynch encuentra de su agrado, y me quedé con la sensación de que el ritmo va a en ocasiones a saltos o se rompe, pero existiendo momentos muy buenos y muy fuertes como la escena de las hermanas y el camarero. Para mí, siendo buena, no alcanza el interés de las ya mencionadas Persona / Gritos y Susurros, o de otras perlas posteriores de este director como Fanny y Alexander o Secretos de un Matrimonio.

Por último, y es algo que veo que se critica mucho quizá por su cercanía al esnobismo, soy consciente de que no capto toda la información que se transmite o que meramente se sugiere, pero a diferencia de muchas otras películas, ésta se queda en mi mente tras verla, siento curiosidad por saber más, quiero conocer qué detalles se me escapan, me apetece volver a verla para su revisión, disfruto leyendo interpretaciones y explicaciones. ¿Por qué me pasa con Bergman y no con muchos otros? Desde luego, quiero seguir viendo / aprendiendo su cine.
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Puercoespín
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6
19 de enero de 2010
25 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buenos ingredientes, elaboración y presentación, pero... sabe a poco. Todo un retrato de un personaje, Don Lope, indisociable de la buena actuación de Fernando Rey y para quien en su vejez Tristana es su cielo y su infierno en vida. Para nosotros ella resulta ser el cuchillo que nos permite ir arrancando las capas de Don Lope para poder apreciar todo su cinismo o doble moral y mostrar la contraposición (y evolución) del galán respetuoso, sin apego al dinero, con sólidos principios e ideales liberales.

Tampoco Tristana está exenta de, cuando menos, dudas. Su juventud, y desamparo la llevan a los brazos de Don Lope que conjuga la doble figura de padre y esposo. El tiempo hace crecer en ella el desprecio por éste. Su vuelta ante la enfermedad, de la que intenta culpar a su joven amante para evadir su responsabilidad, permite representar el principio que años atrás Don Lope con toda serenidad empleaba para justificar su prohibición de pasear sola por la calle. La mujer debe estar en casa con la pata quebrada...

Me resulta extraño durante toda la película la incongruente evolución temporal. Los saltos necesarios por el paso de los años son bruscos en exceso, dando por hecho situaciones que no han sido evolucionadas, exigiendo una complicidad excesiva por parte del espectador. Hechos como la encandilación de Tristana con el pintor no resultan creibles y son resueltos de manera deficiente, como con desinterés, prevaleciendo el hecho a su representación. Otras escenas muestran en su simplicidad el mundo irreal en el que Don Lope vive, como el desafío con guante al pintor que es respondido de una manera un poco menos elegante, todo un complemento a la negativa de ser juez en un duelo a primera sangre, toda una farsa para sus ideales.

Pese a buenas interpretaciones (Rey y Gaos) y una ambientación excelente, Tristana no tiene suficiente fuerza para estar a la altura de otras obras de Buñuel. Narra en parte con detalles, pero con carencias por momentos y sin la pegada que demuestra en otros trabajos.
Puercoespín
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6
21 de diciembre de 2009
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Compleja de encajar, aunque parece clara la analogía con la representación metafórica de una España decadente, con sus anomalías, sus complejos, sus actitudes y sus peligros, normalizados en el interior, pero expuestos y en ocasiones ridiculizados empleando la visión externa de Geraldine Chaplin.

Una gran familia en una casa aislada del resto del mundo, un autoritario hijo con debilidad por el mundo militar y que controla todo y a todos, otro hijo padre de familia tradicional y poseído por unos deseos sexuales enfermizos, y un tercer hijo cuyo camino es el misticismo y la oración. Todos ellos tienen en común una madre mayor, achacosa, con una salud tirando a regular. Les separan sus personalidades, sus carácteres y sus vidas comunes pero diferenciadas, aunque las diferencias muchas veces son superadas cuando se presenta una amenaza común.

Ana y los lobos resulta por momentos extraña y me hace sentir perdido en medio de un revuelo argumental que aparenta estar inconexo o que al menos pide un esfuerzo para captar la narración, sin llegar a quedar claro si el objetivo es la metáfora o el desarrollo argumental. Aún así, es una propuesta bien desarrollada y que despierta el interés por conocer qué está ocurriendo. La familiaridad de los personajes es mayor de la que puede parecer por la exageración de los mismos, que parecen convivir en un manicomio más que en un hogar.
Puercoespín
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6
10 de julio de 2009
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Janice vive todavía con sus padres dentro de una familia británica ultraconservadora, llena de reproches, manipulación y exigencias sin atisbos de respeto hacia la individualidad pero con exigencias de respeto a la tradición y a la figura (paterna o materna) más que a las personas por lo que son.

Loach expone de manera muy crítica la eterna confrontación entre nuevas y antiguas generaciones, en este caso ambientadas en el tradicionalismo familiar británico, en el que los ideales y las convicciones no impiden excepciones cuando es necesario, como en el retrato del razonamiento para concluir que Janice debe abortar pese a las creencias religiosas (genial que aparentemente basta no pronunciar la palabra aborto para que desaparezca el problema).

El relevo generacional se plasma doblemente a través de la protagonista, de manera concreta en el seno familiar y de manera más general en el tratamiento psiquiátrico que recibe. Inicialmente es tratada dentro de un programa experimental, donde se dialoga en la búsqueda de los problemas, diálogos que incluyen a los propios padres y que permiten a Loach exponer sus vulnerabilidades, sus fallos y lanzar la crítica a esa sociedad cerrada a todo avance o cambio. En ese momento, Janice es principalmente una víctima de su educación y de su entorno. Cuando el programa se cancela, la protagonista pasa a recibir un tratamiento convencional en el que pasa a ser otro bicho raro que se intenta sanar a base de descargas eléctricas y poco más.

Loach ya utiliza recursos muy habituales en toda su carrera como las entrevistas o conversaciones semidocumentales para dar toda la información al espectador, o los subidones de tensión como en la angustiante comida familiar con hijas y nietos, comidas a las que casualmente el yerno nunca puede asistir por estar trabajando. Aún así, la película por momentos se hace algo lenta, quizá por un ritmo un tanto irregular, lo que contribuye a una sensación de excesiva duración que no es tal en la realidad, pero la exposición es clara, directa y muy interesante.
Puercoespín
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