La peña está empanada. Oiga, que está usted viendo "Holocausto Canibal", no "La Casa de la Pradera". ¿A qué vienen esas quejas usando epítetos como "asquerosa", "vomitiva", "repugnante", "sanguinaria",..?. Es como si veo "Blade Runner" y hago una crítica destructiva argumentando que es fantasiosa e irrealista.
Pero lo peor de todo es que el filme lleva consigo una feroz crítica a la condición humana que algunos se empeñan en no ver (¡¡sielos, mi opinión coincide con la del Valdano de Filmaffinity!!. Algo grave está ocurriendo!!).

Aun padeciendo carencias de todo tipo, "Holocausto Canibal" es más inteligente de lo que, por lo que veo, la mayoría cree.

P.D. Estoy seguro de que alguno estará pensando que más grave es creer que es una película "snuff"... Pues sí.

Vamos a ver:

La "película" no es pasable, es pésima. Pero no hay que tomársela como tal, sino como un vídeo de hora y media consistente en una inocentada a un grupúsculo de cocientes intelectuales negativos.
"El Gran Marciano" es una auténtica pasada del humor macabro. Es un ejercicio para la autorreflexión, es la mofa del idiota español, la ansiosa búsqueda de la memez, la pedantería del anodino, la pura vergüenza de lo ajeno, el sumun de la imbecilidad.

Y entre todos ellos nadie destaca tanto como uno que creyó ser la reencarnación de Kant y jugó a Iker Jiménez. Las escenas protagonizadas por el genio de la metafísica militar y enemigo número uno del razonamiento lógico, Jorge Berrocal, perdurarán para siempre en mi memoria. Sin desperdicio.

A mí me estaba pareciendo interesante, la verdad. Esa mezcla de denuncia e intriga me atrae y, aunque para algunas personas más espabiladas y con mayor capacidad de deducción el final se intuyera a mitad de película, yo me mantenía en suspense incluso después de la argumentación casi epicúrea que ofrece Spacey en su última entrevista con la periodista. Porque, ¿aquí qué es lo importante?, ¿que un señor al que sabemos inocente (porque lo sabemos) vaya a ser ejecutado o quién ha sido el verdadero asesino? (Spoiler*).

¿Qué es exactamente lo que critica el director?, ¿la pena de muerte como método aleccionador?, ¿o el hecho de que puedan morir inocentes por causa de este método?. En el segundo caso se estaría acusando al proceso judicial en sí, ya que es durante el mismo cuando se toma un veredicto (Spoiler **).

En temas como estos, tan complicados y serios, más vale tener las cosas claras. Lo que no se puede hacer es tratarlos con efectismos y artimañas sensacionalistas para lograr más impacto en el personal, más pegada. Pierde profundidad (Spoiler ***).

Dejando relativamente al margen los aspectos de anecdotario, como lo del coche, lo que no soporto son esos intentos de susto típicos de películas de supuesto terror, para la adolescencia...(Spoiler ****).

Total, que al final da la impresión de que este Parker se ha hecho un lío, transmite un mensaje caótico, nada nítido y no me consigue emocionar siquiera con el desenlace después de contemplar tanto barullo. Reitero lo que dije antes: una historia más sencilla, más humilde y que se acercara a la realidad, opino, habría tenido más calidad y hubiera dado más crédito a este director, aunque para él pueda resultar paradójico.

Necesaria cinta de Rossellini, que se nutre de los testimonios escritos de Platón, de Diógenes Laercio y de Aristófanes, para narrar los momentos de adultez más relevantes de aquel ¿sabio?* que tal vez fue Sócrates.

En este sentido, el director esboza una adaptación libre desde el punto de vista cronológico: narra momentos típicos de la vida social de la Atenas de finales del siglo V a.c. entre hechos acaecidos en los diálogos platónicos e inserciones del anecdotario elaborado por D. Laercio (como la simpática alusión socrática a la relación causal entre las broncas de su mujer, Jantipa, y las cuestiones meteorológicas). Los diálogos platónicos están tratados con brevedad y síntesis, y podemos encontrar algunos como: "Eutifrón", o de la Sanidad, "Hippias Mayor", o de lo Bello"; "Apología de Sócrates", "Critón", o del Deber", "Fedón", o del Alma"; etc. Relacionado con lo anterior, existe un momento crucial de recreación libre por parte del director: uno de los "alumnos" del protagonista le reprocha, a cuenta de las vicisitudes de la gobernanza de la ciudad, que su discípulo Platón defiende que el gobernador de la polis debe ser necesariamente filósofo. Esta teoría es cierta, pero es presentada en el diálogo de madurez "La Replública", o de lo Justo, escrita décadas posteriores a la muerte de Sócrates. En ese momento, al parecer, Platón sólo era un jovencillo aspirante a poeta que acababa de conocer el método de su maestro.

En lo tocante al apartado técnico, destaca la excelente y austera recreación del demo ateniense, resguardado y regido desde lo alto por la magnánima Acrópolis, con la figura escultórica de la diosa Atenea al frente. Destaca, así mismo, la dirección de actores, apreciable en una obra sustentada por la conversación entre iguales. Conviene tener presente que la película fue producida para la televisión, motivo por el que no encontraremos grandes pretensiones, ni soberbias, ni fastuosos artefactos de pirotecnica; la recreación de la supuesta vida de Sócrates precisa de simplicidad y naturalidad en lo formal.

El visionado de esta obra se me antoja obligatorio, por cuanto traslada al séptimo arte momentos cruciales del origen y configuración del Hombre occidental, tal y como lo hemos entendido desde la Grecia Clásica hasta nuestros días. La Filosofía, la razón occidental, nace con el pensamiento sistematizado de Platón, cuyo legado no es más que la prolongación de las reflexiones de su maestro, del "mejor (hombre) de cuantos hemos conocido en nuestro tiempo; y, por otra parte, el más sabio, el más justo de todos los hombres"**.



* El perfil histórico de la figura de este personaje ha sido y sigue siendo polémico dadas la excesiva idealización con la que su alumno Platón lo describe en sus diálogos y el denigrante trato de Aristófanes en sus obras, en las que califica a Sócrates de poco menos que bufón de tres al cuarto.

** PLATÓN, "Fedón".

La película que más me gusta del vascularmente inestable Jackson es con toda seguridad la más mala. No importa que tardaran tres años en grabarla, que se cuelen brazos en el encuadre tirando cubos de "sangre", que los sesos parezcan más bien golosinas o que el monigote del propio Jackson esté más mal hecho que las máscaras de Lordi. Lo que cuenta es que todo ese aroma a cutrez que se respira durante la hora y media te arranca carcajadas sin tregua.

Este tipo de cintas no merece críticas serias puesto que están elaboradas con la intención más cachonda que puede tener un grupo de cuatro amigos "freakis" y heavirulos. La recomiendo a cualquier individuo con un mínimo sentido del humor absurdo.

Curiosamente, si hay que elegir una película de culto en la primera etapa del director, la inmensa mayoría se queda con "Braindead". Esta es tal vez casi igual de mala, pero con muchísima menos gracia. Qué le vamos a hacer... Yo soy del clan de Derek ,Ozzy, Barry...