Tiene unas operaciones unitarias bastante simples:

1- Elegir una película que trate de temas mainstream, freaky o como los que trata ésta película, brujería, caballeros templarios y más.

2- En la película debe estar un ex-gran-actor, así es más probable que haya gente que la tenga de referencia.

3- No tiene importancia...

De todas formas, no encuentro razones para despellejar demasiado esta obra, salvo algunos defectos. Por ejemplo, ciertas escenas que sobraron, como las iniciales en las batallas templarias. La música que en ciertos momentos se excede y el autoexplicativo final (no estoy diciendo nada, no se preocupen) era totalmente innecesario. Los efectos especiales son perdonables, cada bodrio que hemos visto con peores efectos visuales que ésta película y está mejor valorado por los usuarios...

Igual, para concluir, cuando por dos horas soy capaz de ver una película y sólo después de salir del teatro analizo y me doy cuenta de sus errores, me doy cuenta que me ha entretenido. Si ésto ocurre, tiene el "4" asegurado. Pero si hay actuaciones, no brillantes pero al menos correctas, guiónístas que no se hagan autobombo y pequeños defectos perdonables, porque no darle un justo 5,5.

Es matemático. En éste caso, la historia de esa niña, con un extraño complejo ediposo o de identificación hacia su maestra es un profundo estudio psicológico. Por primera vez en mucho tiempo, un infante no causa asco o repugnancia, au contraire, la petite fille nos va entramando lentamente en su psique y vamos entendiendo, sin entender del todo, como la mente humana es entendiblemente inentendible, cuan intrincado puede ser lo simple y cuanta sencillez hay en lo complejo de las relaciones humanas. Por cierto, la fotografía y la música son un punto extra.

Las escenas del libro, conmovedoras. Considerando que no regalo nada a las películas, pues sobran palabras para decir lo que simplemente quiero decir: recomendada.

Con La "Lista de Schindler" se acabaron las complacencias hacia películas históricas que tienen ese tufo de mensaje moralista, de autoayuda, de emocionalísmos baratos. Se perdona a la Lista de Schindler porque alguna originalidad tuvo en su tiempo de exposición, aún con la repugnante demagogia de don Mainstream Spielberg.

Pero veinte años después, que sigan creyendo en Hollywood que porque aparece Morgan Freeman en un papel tan simple como quitarse los mocos de la nariz, interpretando a Mandela y unos cuantos gilipollas, como dicen en la madre patria España, o como decimos en America del Sur, pelotudos, jugando rugby y haciendo exhortaciones de medio pelo, con actores de medio pelo como el Matt Damon ese; todo pero todo muy malo. El guión es una de las cosas más esperables que he visto en muchísimo tiempo y quiero entender porque, porque y como hemos permitido que la basura de mentalidad yankee se haya apoderado de forma tal de nosotros que aún hayan personas al salir de los teatros o después de verla se atrevan a decir frases como "un film motivador". "Que gran hombre es Mandela". Malditos ilusos, pueden buscar en libros de historia los actos de Mandela, si les impresionan tanto, pero dejen lo cinematográfico al cine, la magia. Si buscás motivación, lee al puto Paulo Coelho, yo quiero Dostoievsky cuando miro la gran pantalla.

Eso si, si sos de esas personas Mainstream que no piensan mucho o no piden mucho cuando van al cine, te va a entretener, te va a arrancar emociones, te hará suspirar, te hará sentir hormigueos en la piel, gracias a Clint Eastwood, el tipo que sabe sacar el mal olor a muchas mierdas. No soy un fanático de Eastwood, pero eso hay que darle y exclusivamente por dicha razón ésta película tiene un generoso "4" como calificación.

Bueno, ya. No hay caso. A la Watts no le van a dar el Oscar jamás. Será como la grandiosa Elleanor Parker, que tuvo un par de robos calamitosos cuando fue nominada y luego, películas de baja categoría que sólo tuvieron atractivo por contar con su enorme talento en frasco pequeñito. Si, es la maldición de David Lynch. Y los Oscar tampoco son importantes, pero hay que dar el toque de gracia a las cosas y fingir que lo son, de lo contrario, ¿a que va la vida entre tanta cosa dura y realidad inescapable?

Luego, ¿yo debo impresionarme porque una rubia está a punto de convertirse al Islam? Digo, como que le agregaron tanto énfasis al asunto que uno piensa "muchacho, que si quería convertirse en judía azhkenazi no lo iba a conseguir jamás, porque es una cuestión biológica y tu eres falangista de las JONS si hablas del asunto judío" más o menos por allí. O sea, buscando el aplauso fácil y rápido de Hollywood con efectismos baratos y sin peso específico alguno. ¿A quien quieren engañar? La advenediza Diana Spencer era, sin tener la sangre sagrada, perdón, la sangre real que los de la sangre sagrada son otros, tan aristócrata, ligera de cascos y amante de los marrones como la Madre Teresa fue... La Madre Teresa, dejemos las habladurías de lado, por favor.

Aparte de todo ésto, señores, el casting. ¿O ustedes piensan que Messi sería tan bueno sin Xavi e Iniesta? Tiene talento, es un genio, claro. Pero también hay otros maestros detrás de él. Aquí a la Watts se la hizo jugar en el Deportivo Los Buracos y se le pidió que hiciera dos goles, cuatro asistencias y una salvada sobre la línea con el portero ya superado. Es demasié. El alemán ese no tiene compasión alguna. Ni con intentar hacer una historia creíble y sólida, ni con la pobre británico-australiana que sabe cual es su legado en la industria cinematográfica si no consigue algo más palatable a los gustos de Beverly Hills. Si lo cazó a Schrieber para obtener un visto bueno al unirse al "club Talmud", los falangistas no me entienden, los neo-marxistas menos.

Y si, uno debe escribir cosas picantes y que intentan ser mordaces para neutralizar el efecto de 120 minutos soporíferos y espeluznantes de falso cine. La cosa no puede estar peor después de todo ésto pero recuerdo algunas escenas de amor forzadas hasta más no poder, no por las actuaciones, que intentaron cruzar la línea, sino por el director. Tienen un no-se-que y le añaden, sin intentarlo, cualquiera de los siguientes adjetivos: frialdad, cursilería, petulancia, pasión, ardor, indiferencia... O sea, puede ser cualquier cosa, sólo Oliver Hischlblblakgbaksj lo sabe. Pero definitivamente, sentirnos tocados o identificados o atrapados, nada de nada. Uno dice "oh, Diana y los antiguos esclavos del Imperio Británico, hurra a la lucha proletaria, la subyugada princesa a través del poder del sexo" y nos contradecimos millones de veces, porque somos las contradicciones en persona, somos humanos. Pero Diana no. Y el maltrato a mi Naomi es un crimen contra la humanidad.

Tuve que ponerme a escuchar la canción que lleva como letra, en el estribillo, el título de ésta crítica y empezar a golpear a abuelitos en los geriátricos. Éstas películas son malas para el consciente colectivo, se incrustan en nosotros como un quiste malévolo dentro de nuestros corazones y nos carcomen de adentro para afuera. Y me importa muy poco la vida de la realeza, dejadme decirles.

A quien adivina cual es la canción del título, un premio...

Que conste en acta. Los primeros minutos me capturaron. Me hicieron creer que, aún si se tratase de una película sobre la segunda guerra mundial, tema gastadísimo si los hay, podría estar viendo algo diferente. Una perspectiva distinta, una visión distinta, una historia desconocida y fascinante...

Pero olvidé que se trataba de Tarantino. Repentinamente empezó a saltitear en mi cerebro una especie de temor. Algo así como que en cualquier momento todo se iba a la mierda. Obviamente, Tarantino no decepciona.

A ver, es acaso mínimamente posible que todas las idioteces que van aconteciendo durante la película puedan ocurrir?? Al ver al pordiosero ese de Brad Pitt todo se vino abajo. Eso si, el Chris Waltz estuvo bastante bueno.

Luego, que Shossanna se encuentra con Goebbels, que los paracaidístas re malos, que se divierten dando batazos de baseball (dios salve a América... Puta que los parió) urden un plan maestro para liquidar a todos los jerarcas en el cine... Genial!! Fantástico!! Sos un genio creativo, un señor de la imaginación y las ideas, Quentin. Hubieras puesto que la película que iban a ver era Dr. Strangelove y que la actriz era la mismísima Vivien Leigh, acompañada de su super amiga Naomi Watts y que Albert Einstein e Isaac Newton descubrieron una fórmula, utilizando conocimientos físicoquímicos, ayudados por Hipócrates y Antoine Lavoisier para tener vida eterna y justo se encontraban en ese cine el día del estreno de la película. Después, Santos Dumot volando entrega a Shoshanna (que no era otra sino la mismísima Eva Braun, que estaba con deseos de probarse el miembro del Negro Denzel Washington Mandela) un poquito de Napalm que utiliza para librarse de Hitler (George Bush disfrazado) y aparece riendose sardónicamente justo en el momento en que el Dr. Strangelove salta y dice "Mein Führer, I can Walk"...!!

Soy un genio!! He reinventado la historia y la adapté al cine!! Debería dedicarme al séptimo arte!! Ah, no. No puedo. Olvidaba que está Quentin Tarantino y que mis películas, al lado de las suyas, serían mediocridades...