De pequeño soñaba con ser como los bicivoladores. Esos derrapes y esos saltos me dejaban alucinado, pero hoy por hoy la película no es visible. Ni siquiera es espectacular. A lo mejor sigue entreteniendo a los niños pequeños, pero lo que es un adulto (de más de 10 años) dudo que la aguante 5 minutos. Sólo merece la pena por ser el debut de Nicole Kidman, pero nada más.

Entretiene. Si no contase con unos actores inexpresivos, un argumento telefílmico y pausas que parecen hechas para la publicidad (a lo mejor es así), sería hasta buena.

En términos generales: un petardo. Al final no es más que un discurso político y una panfletada pro americana que aburre hasta a las piedras. Ni se te habla lo suficiente del tal Bobby, ni se te cuenta nada suficientemente interesante sobre los demás personajes, eso sí, abundan las barras y las estrellitas.

Un festival de pedantería y charlatanería de la más cutre, aburrida y sosa. Incapaz de dar el mínimo interés a un momento histórico trascendental, y menos aún a los personajes, haciendo que desees que muera alguno sólo para que ocurra algo. Aguantarla hasta el final es un verdadero reto. Si te sobra tiempo te recomiendo perderlo envenenándote con cianuro, que sufrirás menos.

Lo más terrible es que habrá cosechado buenas críticas (basándome en las dos que han resumido aquí, y que no tiene una media de 2,5). Así nos va.

Es visible. Aunque me quedé un poco dormido (unos 10 o 15 minutos) pude seguir el hilo, ya que la trama se desarrolla muy lentamente. Como dijo mi madre, el cine francés es todo miradas: Yo te miro a ti, tú me miras a mí, él nos mira... Y ésta falta de diálogos puede hacerse pesada si no estás acostumbrado, pero una vez superado ese aspecto queda una película de cine negro aceptable, previsible pero interesante en algunos momentos.