Haz click aquí para copiar la URL

Good Time

Thriller Después de que el robo chapucero de un banco acabe con su hermano pequeño en prisión, Constantine Nikas (Robert Pattinson) se embarca en una odisea a través del mundo subterráneo de la ciudad en un intento, tan desesperado como peligroso, por conseguir el dinero de la fianza para poder sacar a su hermano de la cárcel. (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 5 6 10 >>
Críticas 48
Críticas ordenadas por utilidad
8 de noviembre de 2017
49 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se habla de "pasar un buen rato", no será lo mismo pasarlo con unos pijos del barrio rico que con unos yonkis del callejón más próximo.
De igual manera, para cualquiera de los dos grupos, no habrá comparación posible entre sus modos de vida, por mucho que puedan aspirar a las mismas cosas.
Un banco desatendido para un tirado sin blanca es una oportunidad, para un ladrón será un objetivo y para cualquier otro ciudadano una minucia sin importancia.

'Good Time', teniendo esto en cuenta desde el título, no busca tanto narrar una historia como una experiencia: la larga, larguísima noche de Constantine Nikas, oportunista profesional, tratando de reunirse con su hermano Nick mentalmente discapacitado, huyendo de la ley por un atraco que ha salido mal.
Por tanto, no es sólo otra noche más, sino una carrera contrarreloj por escapar de una cárcel casi asegurada, con la vena suicida que supone jugársela por la propia sangre, siempre merecedora de todos los reproches del mundo pero imposible de abandonar en medio del caos.
Hay cariño entre estos dos hermanos, no hace falta que nos lo cuenten atentamente, porque un simple comentario o preocupación causa más efecto en plena vorágine de fuga.

Un sentimiento similar se despliega en toda la odisea: los contactos humanos son breves y utilitarios, las acciones difusas y repentinas, las impresiones punzantes y a menudo procesadas cuando ya hace demasiado que se han vivido.
La noche se vuelve un espacio de contornos difusos y horas desesperadas, con luces de neón que cortan la oscuridad como navajas, mientras los habitantes nocturnos salen de sus madrigueras para sufrirla, aprovecharla o simplemente gastarla hasta la nueva luz del alba.
Connie recorre ese visceral escenario, demasiado abrumado por sus circunstancias como para reparar demasiado en él, y por el camino visita todos esos lugares que sólo existen en la madrugada: áreas de servicio amparadas en la maldición de las 24 horas, casas en penumbra donde los trastos han hecho imperio y el fulgor de la televisión da invitación a los impulsos de una adolescencia sin padres, hospitales bañados en luz blanquecina que se pueden oler y saborear, y hasta un fosforescente tren de la bruja que lanza la peripecia a la fantasía surrealista, gracias a una música electrónica que fija un ambiente hipnótico e imposible.

El carácter episódico se cuela también entre las relaciones que se dan, pues Constantine se encuentra con un ladrón yonki o una ingenua adolescente afroamericana a la carrera, mientras necesita usarlos para sus propósitos tan desesperados como improvisados, y no parecen tener mucho más significado que el más puro azar.
Si bien Connie aprenderá a distinguirlos de su histérica madre o el usurero judío que comercia con la libertad de su hermano: alguna que otra despedida se sucede, sin tiempo ni sentimiento, con promesas rotas de por medio que sonaron esperanzadoras en su momento, quizá como un recordatorio de que a veces alejarse es lo único que se puede dar, aunque vaya a ser lo único que quedará.
Tal vez porque todas las decisiones, tanto las que se toman como las que nos quitan, construyen nuestro viaje, aunque sea a golpe de cicatrices y un sentimental equipaje.

Las intenciones de Constantine eran buenas, el cariño hacia su hermano genuino, sus métodos no los mejores pero nunca crueles... aunque al final todo eso no sirve de nada si los que hablan desde el televisor le juzgan criminal; esas voces que suenan continuamente mientras completaba su propia y emocional épica urbana.
Ese entorno es lo único que él conoce, la única ciudad que siempre verá.

Sólo queda esperar que haya aprendido a disfrutarla, porque nunca tendrá mucho más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de noviembre de 2017
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los tan inteligentes como frikis hermanos Safdie -y pude comprobar ambas facetas en un muy interesante coloquio hace unos años en el Festival de cine de Gijón, donde presentaron la estupenda "Go get some Rosemary"-, tuvieron el honor de concursar este año en nada menos que Cannes con este virtuoso y visceral thriller, que transcurre en tan sólo unas horas, y cuya espiral de acontecimientos comienza con el atraco de dos hermanos a una sucursal bancaria, que derivará en la detención de uno de ellos, mentalmente deficiente, y la cada vez más complicada carrera contrarreloj del otro (un más que convincente Robert Pattinson, que se va sacudiendo la capa de vampiro) para conseguir el dinero de la fianza.

Sobre el papel no cuenta con una trama muy novedosa, pero es un eléctrico thriller con personalidad y con ecos scorsesianos (el propio Scorsese aparece destacado entre los agradecimientos de los Safdie), al menos del de "After hours", por la limitación temporal del relato y por el estilo nervioso de algunas de las obras del autor de "Taxi Driver".
Amor Perro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de mayo de 2017
35 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta fue mi última joya que vi en Cannes. Un thriller intenso y puro en el que todo transcurre en una sola noche.

Nos narra las peripecias de dos hermanos, que tras un fallido robo la vida se les complica a cada paso que dan. Una película dirigida por dos hermanas, Ben Safdie, Joshua Safdie y escrita por uno de ellos, deja el pabellón muy alto del cine independiente, y desde luego es una de las películas más completas del festival.

Si a eso le añadimos que cuenta con una interpretación magistral de Robert Pattinson, y que desde luego se postula como serio candidato al Oscar de este año, o al menos eso debería pasar, la hacen aún más grande.
Estamos ante una obra de genero realista, intensa y emocionante, que consigue atrapar al espectador desde el comienzo hasta el final y que cierra de una manera sublime y tierna.
hugogmolero
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de diciembre de 2017
23 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Esa primera media hora es puro nervio, todo lo que quiso John Hillcoat y no pudo ser Triple 9, todo lo que quiso Lynne Ramsay y no pudo ser You Were Never Really Here.

- Allí Joaquin Phoenix quiso ser un nuevo Travis Bickle y fracasó, sin embargo Robert Pattinson brilla intentando ser algo distinto, uno de esos personajes que solo pueden huir hacia adelante y que abundan en el cine contemporáneo.

- Uno de esos personajes trágicos que pueblan las películas de Werner Herzog, James Gray o Na Hong-jin, pero también las de Jean-Pierre Melville o el North by Northwest de Hitchcock.

- Personajes que corren hacia adelante sabiendo, o descubriendo demasiado tarde, que no tienen posiblidad de escape. Como en L'armée des ombres, pero también en Hwanghae. Casi nadie ha sabido retratar como Na Hong-jin la atmósfera de esas pesadillas en las que intentas escapar, más allá de la extenuación, de una fuerza desconocida.

- Pero termina la magia, se acaba el gas. Ninguno de estos destellos termina de germinar y la película solo acaba de comenzar.
Paralepopido
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de noviembre de 2017
21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesantísima y frenética película representante del mumblecore y el cine indie. Si acaso no estás tan familiarizado con los términos (cabe mencionar que es muy delgada la línea que los separa) demos un repaso rápido: Sabemos, el cine independiente es aquel que está alejado de las grandes industrias, en consecuencia, su espectacularidad recae en el guion y el lenguaje cinematográfico, ensalzando la cotidianidad de sus personajes, generalmente parias de la sociedad. Con el tiempo la calidad de este cine es reconocida, y es creado el Festival de Cine de Sundance… y como es obvio: las grandes industrias deciden también hacer cine independiente, para muchos, perdiendo su esencia. Y es entonces que nace el mumblecore (el cine indie del cine indie), apostando por la naturalidad y el realismo (empleando ocasionalmente actores aficionados o personas que no son actores), cámara en mano, cuadros sucios, ruido, etc.

De ascendencia judía, Benny y Josh Safdie, son un par de cineastas nacidos en las calles de Queens y Manhattan, con una inquietud permanente por mostrar la decadencia ¿y por qué no? la calidez de los barrios neoyorkinos y sus habitantes menos favorecidos. Ya lo mostraban con su largometraje anterior (y debido al cual, la totalidad de su trabajo cobra interés): Heaven Knows What (2014), cual Christiane F (1981) de Uli Edel pero menos oscura, narra la destructiva vida de Arielle Holmes (gracias a los Safdie, en la vida real, pasa de indigente drogadicta a actriz desintoxicada) al filo de la heroína y el amor. Pues bien, Good Time (un título irónico) tiende más a la ficción que al retrato documental, mezcla del realismo Safdie y el género de atracos, resultando en un efectivo thriller de amor fraternal, protagonizado por Connie (Pattinson), un no muy avispado ladrón, y su hermano discapacitado mentalmente, Nick. Ambos hombres “hechos y derechos” de poco más de 30 años, y sin embargo, común al estereotipo del marginado que se crío en las calles (en este caso, bajo la dura mano de su abuela): dos hombres carentes de empatía, es como si fueran ellos contra el mundo. Ante la primera oportunidad, dispuestos a robar, mentir, golpear, destruir, puesto que el único amor (y confianza) es la que sienten uno por el otro, y en nada ni en nadie más.

Ficción en el sólo acto de crear una historia; realismo en el entramado y las decisiones argumentales de dicha historia; ficción a través de su abordaje frenético y secuencial (banco – hospital/prisión – casa – parque – edificio); realismo en las localizaciones y caracterización de sus personajes. Elementos unificados por la grandiosa fotografía de Price Williams, y desde aquí, no me espero al final de esto que escribo, menciono el trabajo alucinante de Pattinson, sumergido en una espiral nocturna de desesperación por recuperar a su hermano.

Cámara en mano con la constante del primer primerísimo plano, la película inicia pendiente de las facciones y gestos de un mentalmente vulnerable Nick. Estamos asistiendo a su evaluación psiquiátrica, en donde una vez el médico apenas ha obtenido un poco de información es interrumpido por la aparición de Connie. Opuesto a su hermano, su andar es ciclónico, impreciso. Desfachatado, doliente, protector, ansioso, torpe, oprimido, vacío, como si estuviese, más que enojado con la vida, aterrorizado y presto a huir no sin antes haber dado algunos zarpazos. Ése es Connie. Tóxico y leal a Nick. No conocemos el pasado de estos hermanos ni las circunstancias que les llevaron a robar, sin embargo, son… extrañamente creíbles, y la historia del crimen un mero pretexto para un examen más exhaustivo del amor fraternal disfuncional. Y no es chocante ni melodramático, sólo afectuoso, violento, y áspero pero jamás gratuito.

Y no sólo la historia es apreciable. Sino cada uno de sus personajes secundarios. Desde el psiquiatra asignado por el tribunal, a los oficiales, la adolescente afroamericana y su abuela, e incluso la novia de Connie (que bien podría ser su madre) interpretada por Jennifer Jason, a quien recordarás en Los odiosos ocho (2015) de Tarantino. Todos ellos personas ignoradas, unos humildes otros delincuentes en forma y otros sencillamente "viendo pasar la existencia". Otro gran acierto son las localizaciones, dibujándonos sus hogares y la urbanidad de este "mundo subterráneo". También es debido puntualizar la tácita crítica hacía los prejuicios sociales, muy superficial pero presente: raciales (las máscaras al atracar el banco), y de carácter marginal (el primer encuentro con la policía), y por supuesto, aunque menos sutil y más humorístico, al abuso de autoridad cuando Connie y Crystal ven la Tv.

Un filme bastante singular. Agradable. Desde su factura técnica que ya mencionábamos al principio: sus sempiternos primeros planos, herméticos y agitados, a su ambientación retro que nos recuerdan esos filmes urbanos como Taxi Drive (1976) y Dog Day Afternoon (1975)… y una banda sonora ideal: psicodelia electrónica a lo Tangerine Dream (ligeramente atorrante) coronada por la melodiosa colaboración de Iggy Pop y Oneohtrix Point Never.

Recomendable.

Más reseñas en:
http://teatro-vandrian.blogspot.com
Iván Roldán
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 6 10 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow