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Sufragistas

Drama El movimiento sufragista nació en Inglaterra en vísperas de la Primera Guerra Mundial. La mayoría de las sufragistas no procedían de las clases altas, sino que eran obreras que veían impotentes cómo sus pacíficas protestas no servían para nada. Entonces se radicalizaron y, en su incansable lucha por conseguir la igualdad, se arriesgaron a perderlo todo: su trabajo, su casa, sus hijos y su vida. La protagonista es Maud (Carey Mulligan), ... [+]
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Críticas 77
Críticas ordenadas por utilidad
22 de diciembre de 2015
60 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
En realidad, estaba pensando que todas las películas que describen la lucha por los derechos civiles que tanta sangre ha costado (lo cual se tiende a olvidar/despreciar, desde la comodidad de nuestra visión actual), son ante todo necesarias y difíciles de cuestionar, anteponiendo el fondo a cualquier análisis puramente cinematográfico, que puede ser hasta mal visto por banal (vamos, que cuesta afirmar que "El color púrpura" es una brasa notable, aunque lo sea). Así, lo que se recuerda de "Selma", por ejemplo, la película de Ava DuVernay del año pasado, es la brutal personalidad del Doctor King y los trascendentes hechos que acaecieron en el estado de Alabama, mucho más que la oportunidad perdida de nuevo para ofrecer la película definitiva sobre tan crucial personaje histórico. Algo parecido se podría decir de "12 años de esclavitud" de Steve McQueen, parece casi ofensivo ponerle algún pero dada la magnitud de la historia. Quizá por ello, supongo, con el paso de los meses, me acaba interesando más "Django", porque al ser todo tan descarnado y ante la consabida falta de escrúpulos de Tarantino, todo duele mucho más.

A lo que iba, "Sufragistas" es una película mucho más necesaria si cabe, porque trata unos hechos que apenas se han llevado al cine, y lo cierto es que el resultado es más que satisfactorio desde ese punto de vista; el filme conmueve y deja pinceladas muy convincentes sobre el Londres de la segunda década del Siglo XX, con una notable ambientación, el origen del sindicalismo, la explotación laboral y personal a la que eran sometidas las mujeres (todo ese cuadro costumbrista de la primera parte es excelente, con ese aroma dickensiano reminiscente del siglo anterior, drama infantil incluido) y en definitiva el caldo de cultivo para el origen del movimiento sufragista y de reivindicación de derechos de las mujeres. Claro, puestos a entrar en detalle, se podría hablar de que algún exceso de Sarah Gavron, una directora prácticamente principiante, con un abuso de primeros planos y una exagerada vibración de la cámara en las escenas de acción, quizá buscando un mayor barniz documental, llega a resultar un poco molesto. Pero a quién le importa (a mí al menos no), ante el evidente interés de la historia, creo que el objetivo está finalmente cumplido de sobra. Por supuesto que muy recomendable y sensacional Carey Mulligan.
griffinjazz
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28 de noviembre de 2015
53 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película más reciente de la directora británica Sarah Gavron, con un equipo mayoritariamente femenino, que basándose en hechos reales, retratan la situación social y política de las mujeres en Inglaterra en los inicios de la Primera Guerra Mundial. En los inicios del pasado siglo, ya se escuchaban levantamiento de las mujeres en el mundo, en donde habían muchas diferencias y estaban relegadas a un segundo plano, por eso se centraron en el derecho al voto, como la gran oportunidad de empezar a cambiar esa situación, y de esa ideología nace el movimiento de las Sufragistas. Como las protestas pacíficas fueron ignoradas por muchos años, se decidió hacer una protesta más visible y violenta, centrada en acciones que generaran impacto. Maud Watts, interpretada por una estupenda Carey Mulligan, en el mejor papel de su carrera hasta ahora, es el centro de esta historia, y junto con ella el espectador experimentará su propio cambio en la forma de pensar, de cómo pasa de ser otra de las miles de mujeres relegadas a trabajar en una fábrica por un pago mucho menor al de los hombres, a la de una abanderada del movimiento sufragista. La película, sin muchas pretensiones, me pareció muy correcta y muy bien hecha. La incluiría en este tipo de películas que salen cada año, que forman parte del “cine necesario”, películas necesarias y que hay que ver. Y que además tienen otra particularidad, que si bien sus ambiciones artísticas no son altas, su repertorio se centra en la historia, el argumento y sus interpretaciones. Acá la historia es sencilla, muy bien hilada, y su elenco femenino brilla, desde la ya mencionada Mulligan, hasta la siempre exquisita Helena Bonham Carter, es increíble como nunca se pasa y siempre es medida y perfecta en sus interpretaciones; y sin olvidar por supuesto a la gran Meryl Streep, que hace un papel muy pequeño, pero que resulta curioso que haga el de la cabeza del movimiento sufragista, años después de haber interpretado a Margaret Thatcher. En síntesis, es una película sencilla, pero a la vez fuerte, necesaria, dolorosa y emotiva. Muy recomendada para todas las mujeres, para conocer los esfuerzos y el drama de las mujeres de antaño en que hoy tengan el derecho al voto, y por supuesto a los hombres también, para que reconozcamos esa lucha y no se mire con desdén al movimiento feminista, que a pesar de los años y algunos cambios, aún se mantienen viejas costumbres.

http://frasesdecineparaelrecuerdo.blogspot.com.co/2015/11/frases-pelicula-suffragette-sarah-gavron.html
http://asbvirtualinfo.blogspot.com.co/
Alejandro
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23 de diciembre de 2015
42 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué hacer cuándo te ignoran, cuando rechazan darte voz, cuando no tienes ningún derecho, cuando eres mujer y se espera que seas la sierva de tu marido, la sumisa silenciosa que cuida de la camada y te asignan un papel no ya secundario sino marginal e insignificante, cuando no puedes disponer ni de tu dinero, ni de tu vida para nada que no coincida con la voluntad del macho cancerbero? Y apenas ha pasado un siglo de todo el movimiento sufragista (concepto que se utilizó como insulto, como acusación, como censura pese a lo irreprochable de sus intenciones)… qué lejos y apolillado nos parece todo cuando aún hay tantas mujeres sin los mínimos derechos como seres humanos.

Estamos ante el retrato sobrecogedor y lúgubre de una época, lleno de angustia y frustración, infamante e hiriente, repleto de injusticias tácitas y de insensibilidad manifiesta. Es el contraste sangrante y amargo entre la tradición y la novedad que cuestiona las costumbres arraigadas, entre la lucha y el conformismo, entre la rebelión y la mansedumbre. Cinta necesaria porque solemos olvidar de dónde venimos, solemos ignorar cuán difícil y doloroso ha sido lograr unos derechos civiles que creemos naturales e irrevocables pero que tanta sangre, tanto desvelos, tanto sufrimiento ha sido necesario emplear para alcanzarlos. Olvidar es perder la perspectiva y correr el riesgo de caer en los mismos errores. Todo podría perderse como lágrimas en la lluvia.

Se ha optado por un enfoque afín al universo de Charles Dickens, es decir, se cargan las tintas sobre el drama, las fatigas, el doloroso camino de espinas, bordeando el folletín descarnado y enfatizando los recovecos más sombríos e ingratos del relato. Quizás semejante tremendismo desalentador haya sido real, pero en la ficción resulta algo sobrecargado y monocorde, falto de matices, demasiado monolítico y pétreo. Funciona, sí, pero pierde algo de capacidad de convicción por su falta de tonalidades, por su ensimismamiento fatalista y sin apenas resquicios para la esperanza en el ser humano y su talento para la regeneración y el cambio. Sin embargo, hay una habilidosa combinación de personajes reales y ficticios, de historias entrelazadas que reflejan el callejón sin salida en que se encuentran sus atribuladas protagonistas.

Es de justicia destacar el primoroso acabado de la cinta, desde su férreo guión, la envolvente música (del talentoso Alexandre Desplat, que cuando acierta es insuperable), de todas las actrices, pletóricas en sus respectivos cometidos (en especial, la algo ñoña e indigesta Carey Mulligan), de la ambientación y la dirección. Todo excelente y sin embargo, se queda por debajo de lo que quizás pudo ser. Eficaz y efectiva, sí, pero también tópica y simplista.
antonalva
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30 de diciembre de 2015
29 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay ocasiones, en que cuando se tocan ciertos temas, se cuenta de antemano con el apoyo de la audiencia. Sean injusticias sociales, genocidios, niños o animales maltratados… cualquier situación donde se luche por una circunstancia donde oprima a un ser humano, siempre el más indefenso va a contar con mi apoyo, supongo que me pasa como a la gran mayoría del público. Por último precisar, al menos para mí y aunque sea de paso, que esta injusticia, no debe defender ni la violencia o el asesinato, y desgraciadamente, también de paso, se pasa de puntillas sobre este punto en “Sufragistas”, que era un matiz en el que pudieron ahondar y que han desaprovechado.
La historia de las sufragistas es muy interesante y por eso esperaba, cuanto menos, que se le brindara el respeto que se debe. Y eso sí está. “Sufragistas” se nota que es un cariñoso tributo a esas mujeres y a una lucha que aún hoy no se ha terminado: la igualdad de los derechos. Es más, desde el inicio de esta crisis en el siglo XXI, esta clase de películas nos recuerdan, a hombres y a mujeres, lo que lucharon nuestros antepasados por sus derechos y, como nosotros, en pocos años en el terreno laboral por ejemplo, hemos renunciado a nuestros derechos, cagándonos en todos los esfuerzos y los logros conseguidos, aceptando condiciones que en ocasiones se adentran sin disimulo en el terreno de la estafa.
Por ello “Sufragistas” se enmarca (o se “autoenmarca”) en ese cine calificado por algunos como “necesario”, por el mero hecho que describen circunstancias que concienciarían hasta al bruto más ignorante. Pero contradictoriamente su objetivo se ha cumplido a medias. Creo que con todo el presupuesto y los medios que tenían podían haber conseguido un “canto” más rotundo, quedándose un correcto film con más intenciones que resultados.
Su dirección es correcta aunque impersonal, con escenas, como las de “acción”, que tienen demasiado movimiento de cámara, donde se marea en exceso al espectador, quizás para dar más la impresión de “nervio” sin conseguirlo, y, aunque el motivo hubiera sido camuflar las carencias de la producción, ya que si no hubiera sido una superproducción carísima que hubiera tenido que contar con miles de extras más, o ambientar medio Londres de la época, o sea, inviable, se podía haber solucionado de una manera más limpia. El guión desarrolla unos hechos que, sobre todo en su segunda mitad, no van acompañados de la progresión de sus personajes: se ve que las circunstancias externas acaparan toda la atención, obviando el proceso interno de sus personajes, siendo más evidente en el caso de Maud (Carey Mulligan).
Un puñado de estupendas actrices, a las que no se les puede achacar ni un pero, lidera el reparto, en la que sobresale la mencionada Mulligan y en el que el “cameo” de Meryl Streep suena a tongo, ya que su anunciada presencia en cartelera no llega ni a los cinco minutos, no pudiendo considerarse ni siquiera un papel de reparto, simplemente de estrella invitada. La parte masculina cumple aunque no a la misma altura, sus personajes tampoco lo facilitan. Desplat a la música, su vestuario o su modesta pero eficaz dirección artística son también dignos de mención.
Alejada de ese empaque que tanta fama y reconocimiento le ha dado al cine británico, optando por un sello más funcional, “Sufragistas” al menos queda como una película aleccionadora, que nunca termina por hacernos vibrar, pero que nos recuerda que el derecho al voto femenino se ha conseguido no hace mucho, para vergüenza de todos, y que en el siglo transcurrido hemos aprendido muy poco, quizás porque los prejuicios entonces existentes aún siguen presentes, aunque sea de forma velada.
Maggie Smee
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12 de diciembre de 2015
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El movimiento sufragista en el Reino Unido llegó a un desencantó tal a causa de la indiferencia del resto de la población y sobre todo de legisladores y poderosos, que el siguiente paso parecía inevitable, hacerse notar a través de pequeños actos cada vez más radicalizados y violentos.

La película de Sarah Gavron narra esos momentos históricos desde el punto de vista de Maud (Carey Mulligan), un ama de casa que trabaja desde niña en una lavandería y que casi por casualidad se topa con el movimiento sufragista en un acto violento callejero, del que participa una compañera de trabajo.

A partir de ahí, más por convicción que por ser simple aliada del género, Maud irá involucrándose en el movimiento al lograr sacudirse la modorra bajo la que había sido educada, de ignorar todo acto de vileza en lo que simplemente antes no se paraba a pensar, plenamente consciente de la realidad, de que no hay más vuelta atrás y las consecuencias que vendrán.

La gran virtud de ‘Las sufragistas’ descansa en el gran trabajo de sus actrices, todas plenas y de gran vuelo, destacando una Helena Bonham-Carter que da tremendo soporte a Carey Mullligan, quien logra sostener el relato completo sobre su personaje y las diferentes etapas por las que transita.

Ambas actrices consiguen dotar de vida a una película por momentos demasiado académica y de manual, adornada con momentos saturados de melodrama que empantanan un film que debería ser más aguerrido, lo que resulta de poco riesgo, así como la jugada comercial de vender la película a través de Meryl Streep, quien en realidad interpreta a un personaje si bien importante, de escasa presencia en pantalla.

Pero de igual forma, la película de Gavron se erige como necesaria, como una muestra de que la sociedad ha cambiado bastante poco y seguimos siendo tan indiferentes antes ciertas injusticias y desigualdades.

http://tantocine.com/las-sufragistas-de-sarah-gavron/
Quique Mex
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