Dog Pound (La perrera)

Kim Chapiron crea con Dog Pound, otra película que habla de prisiones, malos tratos y la delincuencia juvenil. Nos encontramos, otra vez, ante una película que cuenta lo de siempre. Una historia demasiado típica, que aborda los mismos argumentos, de la misma, forma, prácticamente haciendo un "remake" de las cientos de películas que la precedieron.
Tiene cosas buenas, obviamente, pero el espectador se queda con, lo que ya es, una historia demasiado familiar para nuestra memoria.

Parece que está un poco reventado el tema de las cárceles y que la película no ofrece nada nuevo, pues no. A mi parecer es un film que esta lleno de rabia, de protesta y de injusticia. Los tres chicos protagonistas entran al correccional por diferentes causas, como es lógico quieren salir de allí lo antes posible pero en la prisión impera una ley y jerarquía poco heterodoxa. Con estos factores es fácil predecir el resultado. Drogas, violencia, venganzas, asesinatos y adolescentes todo mezclado da buena cuenta de que no te levantaras del sillón hasta el final.
Una pega, le falta un poco mas desarrollar la vida de los protagonistas, nos deja la sensación de vació, no sé, tal vez sea lo que pretende el director… ver lo poco que significamos.
Valoración: le doy un 3 sobre 5.

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Tiendo a ser benévola con este tipo de películas por el esfuerzo que supone su realización; cuenta con una bajo presupuesto, recursos limitados y mucha habilidad e ingenio para llevar a cabo sus intenciones, para finalizar y lograr poner en circulación ese proyecto por el que tanto han luchado. En este caso, ni siquiera éso sirve de excusa porque, la verdad, cuando no hay mucho que decir es hablar por rellenar!!! El guión es muy previsible, fácil anticipar su recorrido, violencia casi gratuita donde apenas cuida el motivo que provoca su explosión, el por qué de sus estallido; personajes cliché, nada cuidados y cuyas actuaciones son bastante pobres, de nivel muy bajo. En general, todo el trabajo no supera una media aceptable, su atractivo es muy escaso y no tiene más aliciente que su lugar de procedencia y los medios con los que cuenta, la voluntad de un principiante director que cree en el mismo; aunque, dejando la benevolencia a un lado, no es un buen ejemplo del mejor cine que puede hacer Canadá ni allegados ni tampoco, me gusta pensar, Kim Chapiron.Típica película adolescente sobre la vida en un correccional; buena forma de coger experiencia para su novato director. Poco más.

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Miércoles 16 de febrero, 5:20 pm. Cinemex Cuauhtémoc. Los dramas carcelarios son cada vez más tomados en cuenta para ser llevados a la pantalla grande, y en menos de un año he visto tres, de las cuales la presente podría considerar la más eficaz, destinada a no decaer y tratar de cumplir con todas las expectativas que la mayoría de los directores fija como meta: el entretenimiento.

No existen fondos políticos tan claros como en “Hambre”, pero sí mucho de lo que significa la vulnerabilidad en un lugar como éstos, tal y como se puede ver en “Un profeta”, en el cual solo existe la noción de subsistir al gobierno de internos y celadores que ejercen discriminación, abusos y vejaciones en dormitorios, comedores, aulas de clases y talleres en todo momento.

Dos jóvenes protagonistas contenidos, que tratan de integrarse a las políticas internas y cumplir sentencias cortas para conseguir la libertad. Sin embargo no toman en cuenta a los cabecillas de la prisión, que acechan la oportunidad para marcar territorio y reglas. Dicha contención finalizará en el momento que se rebase la dignidad de cada uno de ellos y la explosión se manifieste en un enojo desbordado.

"Gritos de Rabia" no ofrece nada nuevo en el panorama del género carcelario, pero no cabe duda que cumple la función del simple entretenimiento. Hacer este tipo de tramas es bastante complejo, ya que o se va por la línea de lo interno tal y como las antes películas mencionadas lo han hecho, o bien, la de hoy que no tiene una estructura tan elaborada y simplemente se limita a exponer hechos que bien podrían tornarse previsibles.

Un clímax esperado, que acaba con los proyectos personales de cada joven, es una lástima que los hechos planteados en esta película, sean habituales en cualquier prisión del mundo.

Película de reformatorios, igual pero distinta, muchos roles de lo ya visto.
El chico malote con su chupipanda, siempre a las órdenes del matón y haciendo todo lo que le es ordenado.
Chico malo/bueno prota, que no es tan malo en el fondo y tiene un concepto de la amistad muy superior a la media, amigos que pagan consecuencias por ser amigo del prota, siempre algún vigilante que es el que fastidia a la gente, revuelta en el reformatorio con vigilantes recibiendo palizas, me faltó el alcaide malote de verdad y se agradece.
Pero con todo esto la película está a mí parecer bastante bien, y el malo/bueno no llega a ser cargante, los malotes odiosos (es su cometido) y los guardias muy secundarios pero con buenas actuaciones y se agradece.
Si te gusta el tema carcelario te gustara, su hora y media se pasa rápido, pues en todo momento pasan cosas y no se enrollan con banalidades, hasta la historia sexual de uno de los protagonistas resulta entretenida y el final me gustó pues no es el convencional.

PD: Si te gusta el tema carcelario no te pierdas la serie OZ, espectacular.