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Los protectores (Shield of Straw)

Thriller. Acción. Intriga «Mate a este hombre y recibirá 1 millón de yenes como recompensa». Con esta publicidad publicada en todos los periódicos japoneses, el multimillonario Ninagawa pone un precio a la cabeza de Kiyomaru, El presunto asesino de su nieta. Millones de enemigos potenciales van a obstaculizar la ruta de los policías responsables de escoltar a Kiyomaru hasta Tokio, transformando el periplo en una persecución infernal que lleva al espectador al ... [+]
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
26 de septiembre de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la cabeza del asesino Kunihide Kiyomaru se le ha puesto precio. 1.000 millones de yenes que los 120 millones de habitantes de Japón intentarán conseguir sea como sea.
Cinco policías tienen la misión de escoltar al detenido hasta Tokyo para ser juzgado y condenado...y sólo tienen 48 horas.

"Los Protectores", o "Wara no Tate" fue una de las primeras películas que vi del director Takashi Miike. Cuando yo sólo esperaba cine muy violento y humor negro de él, a raíz de haber visionado las inclasificables "Audition", "Ichi, the Killer", "Osaka Tough Guys" o "Visitante "Q" ", me encontré de sorpresa con este emocionante "thriller" de acción que me tuvo pegado al asiento durante sus dos horas de metraje. Y es que eso ocurre con este señor, que siempre te sorprende, tanto para bien como para mal. Adentrándose en la década, al nipón le dio por hacer un cine más comercial, y en el que empleaba cada vez más presupuesto, nada que ver con sus primeros títulos.
Tras el intrigante y a la vez delirante "psychothriller" "La Lección del Mal", con el que el director recuperaba la esencia de su estilo más mordaz, decidió embarcarse en un ambicioso proyecto: adaptar la primera novela del escritor, cineasta y dibujante Kazuhiro Kiuchi, famoso sobre todo por ser el creador del manga "Be-Bop High School", de cuyo guión se encargaría Tamio Hayashi. La historia es sencilla: una niña, nieta de Ninagawa, poderoso hombre de negocios, ha sido violada y asesinada por el joven psicópata Kunihide Kiyomaru; el anciano, que desea ver a ese indeseable bajo tierra, publica a toda página, en cada periódico de Japón, el anuncio de una espectacular recompensa para quien le capture y le mate.

La película empieza con un plano que es distintivo del cine de Miike, no obstante aparca su característico sello y deja su humor negro desaparecido en combate, centrándose en el suspense y sobre todo en la acción. "Los Protectores" va revelandose como un film de acción de grandes proporciones, que nada tiene que envidiar a los de factura americana; mientras va profundizando en la psicología de sus personajes, el director nos invita a una intensa persecución donde se desata la violencia y el ritmo desenfrenado, con una forma y estilo a medio camino entre los de Walter Hill, John Woo y Johnnie To, encontrando algunos puntos en común con "Caza Legal" o el clásico de Eastwood "Ruta Suicida".
Se enlaza de este modo cuando Kiyomaru se entrega a la policía, maniobra de cobardía por excelencia, dos detectives de la Agencia Nacional de Seguridad, junto con tres agentes de policía, tendrán que cumplir la engorrosa tarea de escoltarle hasta la comisaría de Tokyo para ser juzgado en los tribunales...todo esto evitando los intentos de asesinato que los habitantes del país estarán dispuestos a cometer para ganar la recompensa. Una cacería de proporciones colosales que trae a colación lo de que "todo el mundo tiene un precio", siendo lo interesante que tal circo se desarrolla en Japón, país del honor y el orgullo por excelencia, pero como Fukasaku e Imamura nos enseñaron, en todas partes hay desalmados codiciosos dispuestos a hacer lo que sea por dinero, incluso matar si es preciso.

La codicia y la honradez, el cinismo y la conciencia, ideales que se enfrentarán constantemente, bien representados en los oficiales encargados de proteger a Kiyomaru, y en especial en Mekari. Como los anteriores aspectos comentados, la crisis económica de Japón, el deber de los honrados agentes de la ley y la propia maldad humana, la encarnada por Kiyomaru, también se encuentran en el punto de mira de Miike, así como la venganza, el derecho a tomarse uno la justicia por su propia mano, tema que el cineasta tocó bien en "Sun Scarred" (aquí se analiza la situación desde la otra cara de la moneda), y la corrupción en el cuerpo, lo que bien podría acercar a la película a las intrigas policíacas de Sidney Lumet o Ringo Lam.
El director divide la trama en dos partes: en la primera hora predomina la acción y el espectáculo, en la segunda el drama y el suspense, derivado de las luchas internas y las desconfianzas entre los agentes. Encabeza el reparto Takao Osawa, sorprendente, sobrio al principio, desatado al final, más que creíble en la piel de Mekari, paradigma del policía que acata las normas concienzudamente, viéndose transformado poco a poco por los acontecimientos, que le hacen sacar a la luz su oscuro y vengativo "yo" interior; éste se encontrará en un cara a cara constante con un Tatsuya Fujiwara repulsivo y fantástico dando vida a Kiyomaru, modelado por el cineasta de un modo muy particular.

A la manera del psicópata clásico, pero sin esforzarse en buscar justificación en sus actos ni empatía en el espectador al contrario que su homólogo creado por Fritz Lang ocho décadas antes; un villano de genuina maldad que esquiva en todo momento cualquier atisbo de redención. Los siguen una correcta Nanako Matsushima, el siempre eficiente Goro Kishitani y el veterano Tsutomu Yamazaki, brillante interpretando a Ninagawa. Gran trabajo también el de los efectos especiales, el de Nobuyasu Kita a la fotografía y por supuesto el de Miike, quien maneja la tensión y la intriga con gran oficio durante toda la película sin necesidad de ser excesivamente violento ni tremendamente original.
Muchos tachan a "Los Protectores" de inverosímil y efectista, otros la dejan, sencillamente, por los suelos; llegó a Cannes, pero parece que, por A por B, a nadie le gustó en su momento. Poco me importa a mí, pues la considero, pese a los casuales fallos que pueda tener, uno de los "thrillers" más intensos y emocionantes que el cine ha dado en estos últimos tiempos, con un final del todo memorable. Con respecto a Osawa, volvería a dar muestras de su gran talento junto a Miike en "Lion Standing in the Wind".
Chris Jiménez
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26 de octubre de 2013
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto me lo acabo de inventar, pero si te fijas un poco… El prota es un pederasta en busca y captura por el asesinato de la nieta de un magnate supermillonario. El ricachón considera que la justicia, y valga la redundancia, no va a hacer justicia a la infame muerte de la niña, por lo que pone precio a la cabeza del bellaco. Así que toda la población civil del Japón, que mira que hay gente, está deseosa de cargarse al canalla, y no dejan de intentar darle matarile. Por ello, la policía, cuya función debería ser proteger al honesto contribuyente, tiene que hacer un costoso despliegue de medios para proteger al asesino. Esto da para que arranque la acción y para algún debate de actualidad muy interesante…

… pero no, para qué molestarse. No es más que una boba peli de acción, bastante entretenida hasta su tramo final, que se vuelve excesivamente pachangero y termina por agotar. El problema, básicamente, es que la historia está muy desaprovechada y el guión es tonto de narices, con sus personajes planos, sus diálogos planos y sus encefalogramas planos, y el abuso de metraje no ayuda.
VALDEMAR
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14 de diciembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director de culto japonés, Takashi Miike, presenta un relato trepidante y asfixiante en el que un grupo de policías deberá escoltar al presunto violador y asesino de una niña al que su abuelo ha puesto precio a su cabeza, haciendo que el camino que deben completar esté plagado de peligros.

La premisa del argumento conecta rápidamente con el interés del espectador que pasa a contemplar toda una oleada de violencia motivada por una recompensa que ofrece una cantidad importante de dinero a la persona que elimine a un presunto asesino del mundo de los vivos, dando lugar a toda una serie de situaciones en las que el peligro surge de cualquier rincón. El argumento ofrece la posibilidad de desarrollar diversos debates morales, como la de hasta qué punto merece la pena salvar o proteger la vida de un asesino y cuántas vidas deben perderse por salvar a semejante elemento. Por desgracia, el director ofrece un tratamiento plano y reiterativo, con unos personajes diseñados de una forma simple y efectiva, pero sin lograr ofrecer profundidad al relato.

Las interpretaciones de todo el reparto son ostensiblemente mediocres, destacando negativamente el histrionismo que desatan algunos de los intérpretes, haciendo que su aportación pueda resultar cómica. Lo que podría considerarse el punto fuerte del relato -la constante sensación de peligro a la que están expuestos los protagonistas- se convierte, a su vez, en el “talón de Aquiles” del reparto, puesto que éste cae en la reiteración de situaciones, haciendo que de forma sorprendente decaiga el interés del mismo.

Algunas situaciones resultan forzadas e insostenibles, cae en la reiteración de las mismas, haciendo que el viaje resulte monótono y aburrido, sin la tensión y energía esperada, convirtiéndolo en un relato pasajero y olvidable que alcanza un desenlace pobre. Takashi Miike ofrece un trabajo decepcionante, donde se echa en falta su atrevimiento a la hora de rodar y presentar productos violentos e incómodos para el espectador, cayendo en lo convencional. Es como si el director se hubiera acomodado en su trono de prestigio y hubiera olvidado apostar por la osadía de sus trabajos anteriores.

En resumidas cuentas, Los protectores de Takashi Miike, se vuelven en contra del director y se convierten en su mayor enemigo. Una película sin personalidad, previsible y totalmente prescindible.
Jon
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17 de mayo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Situaciones risibles, lo que parece ser una buena idea se va convirtiendo en una película aburrida, repetitiva, tediosa, liosa y pierde todo lo que podia ofrecer.
Y eso que el comienzo promete, la caza del asesino por cualquiera que quiera cobrar el suculento pago.
Después de verla te deja la sensación de pérdida de tiempo, que está todo muy desaprovechado, desde su trama, pasando por sus diálogos, sus actores que no dan la talla. Es floja y no cumple con su premisa. Un placer.
Megustaelcine
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25 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película de acción 100% Takashi Miike, con una historia directa y que implica a mucho personajes, altas dosis de violencia y tiros por todos lados.

La cosa viene a ser un poco ¨todos contra todos¨, o todos contra el protagonista mejor dicho, y la verdad es que es muy disfrutable verlo pasar mal durante toda la duración del film. Es una película tensa, llena de persecuciones, peleas y tiroteos, y cuenta con una parte final aceptable.
TANOMUERTO
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