Secuestro Express

Después de ver grandes fracasos del género de acción en cine hispanoamericano, “Secuestro Express” se convierte en excepción, dentro del mismo, en países de baja producción cinematográfica. Ha sido una sorpresa ver anunciada en cartelera una película venezolana, con un tema escabroso, temido por unos, vivido por otros e ignorado por otros más. Película de acción, extraída de un hecho real, donde la corrupción impera y manifiesta el atraso de los países subdesarrollados para solucionar este tipo problemas al solaparlos.

Llena de contrastes y paradojas, hacen una cinta dinámica, angustiante y ruda, en dónde el secuestro se describe, con todos sus abusos (psicológico y físico), y los roles de los personajes son cambiantes a lo largo de hora y media, los protagonistas y antagonistas con vidas colmas de excusas para alegar sus actos. “Secuestro Express” se agrega a la lista de filmes con temática similar (Manos libres: Nadie te habla, Marisa Sistach, México 2004; La virgen de los Sicarios, Barbet Schroeder, Colombia, 1999; Rosario Tijeras, Emilio Maillé, Colombia, 2005), con una visión más aproximada del hecho y una fuerte manifestación de denuncia por la intranquilidad en la que vivimos. Con la combinación de capital extranjero y talento ha dado un resultado notable. Recomendable para aquellos cinéfilos asiduos al cine hispano y de acción.

Secuestro Express es probablemente la mejor película Venezolana que he visto hasta la fecha.

En este Film destaca lo que en muchísimas producciones de este país falla, el trabajo de dirección. Jonathan Jakubowicz nos entrega una película ágil en todo momento gracias a un fluido montaje de Ethan Maniquis, con escenas bastante realistas en algunos momentos hasta desesperantes y el espectador llega incluso a sentir impotencia por que esta película es solo una muestra de lo que sucede a diario en Caracas, tanto de día como de noche y que se propaga como un virus mortal.

Los escenarios para los caraqueños son bastante familiares, se filman en muchas partes conocidas de la ciudad, entre ellos, Parque Central, San Agustín y la Hoyada, lo que hará que los citadinos disfruten mucho mas de la película, por mi parte, me pareció excelente ver zonas en las que yo camino a diario en este película.

En cuanto a las actuaciones, se puede decir que todos cumplen, los malandros son irrespetuosos, hostiles y alborotados, sobretodo destaco a Pedro Pérez con esas frases tan coloquiales que quizás a algunos les saquen unas risas. La hermosa Mia Maestro también cumple con un buen papel, rápidamente se gana la simpatía del publico, y Rubén Blades quizás fue un desacierto de la película, en las pocas escenas que hace presencia uno ve su personaje un tanto forzado y sin ninguna personalidad.

Jakubowicz que ya esta inmerso en un proyecto con Ben Kingsley y Josh Hartnett, emerge como uno de los directores venezolanos mas destacados de los últimos años.

En fin una película bastante buena, muy por encima de otras producciones venezolanas como Huelepega o Punto y Raya.

Lo mejor: El ritmo del Film

Lo Peor: Que esto forme parte de día a día de la ciudad.

Desde luego, la película trata un tema de rabisosa actualidad, que por desgracia traspasa fronteras e incluso ha llegado a España en los últimos años.

Muy ágil, cuenta con imágenes y diálogos muy realistas hacen que las actuaciones gocen de total naturalidad, lo que provoca una historia dura y llena de crudeza, y por lo que sabemos, completamente acorde a la realidad que se vive en aquellos lares. No cae en excesos y cuenta con momentos de relax que suavizan la historia, dan momentos de respiro y la hacen, si cabe, aun más cercana.

Hay un problema, y es que en muchas conversaciones los no familiarizados con esta jerga podemos perdernos por falta de entendimiento en algunas palabras.

Después de películas como el Pez que fuma y Cien años de perdón (de los años 70) el cine venezolano había quedado en deuda. Secuestro Express es simplemente la mejor, el uso de efectos especiales, la implementación de la cámara digital en vez de la cine ayudan a que la calidad de imagen y audio sea excepcional. Igualmente la combinación de actores experimentados como Mia Maestro y Jean Paul Leroux junto con los cantantes del grupo "Tres Dueños" (Carlos Julio Molina, Pedro Pérez, Carlos Madera) le dan un toque de naturalidad a la trama, que no se ve fingida pareciera que uno esta pesenciando el secuestro.
Por otra parte el trabajo de dirección de Jakubowicz es magistral, aunque tuvo una gran falla al inicio de la película incluye imágenes relacionadas con la lucha política que se vive en Venezuela, a mi parecer una mancha, algo que no necesitaba un film como Secuestro Express. Por eso la califico con 8 puntos

VEN (2005) Cine de 2.9 estrellas

Se conjuntaron varias cosas que la hicieron posible, la colaboración del director con Robert Rodríguez, el apoyo de la Miramax, la vivencia autobiográfica del secuestro, el apoyo de Rubén Blades con una actuación simple, (siendo gratis y guion flojo no se esperaba un trabajo memorable), el entusiasmo de todo el equipo. Pero eso no basta para hacer un cine trascendente, eso basta para hacer un /cine taquillero y rentable/, un cine emergente, un cine como el que se hace en muchos países hispanoamericanos.

Seamos realistas, se necesita mucho más que exagerar las historias, algo más que voluntad, incluso un gran presupuesto no garantiza la trascendencia fílmica.

Mantiene cierta tensión, cierto, pero se nota la novatez, yo pude haber hecho mejores tomas ( y usted también) con la cámara de su teléfono móvil, eso no es tan grave, lo grave es el extremismo, el deseo opulento de conmocionar al cine-espectador, algunas escenas me recordaron al peor cine mexicano que se hizo en los 90s, (ya en el tercer milenio, es hora de superarse, evolucionar, no ir atrás nuevamente) donde se debían decir cinco frases estúpidas y groseras por cada frase más o menos coherente, ahora... no se trata de menoscabar el trabajo de nuevas propuestas latinoamericanas, pero si nuestros cineastas latinoamericanos no prestan atención a las críticas, desde aquellas que se gestan en los altos pedestales de críticos autorizados, hasta los periódicos más locales, los blogs, los críticos independientes, y los cinéfilos aficionados, seguirán pensando que son unos genios y que las altas esferas cinematográficas, el gobierno, los galardones internacionales, y las grandes distribuidoras los tienen relegados, cuando lo que necesitan es comprometerse y apasionarse en lo que hacen, crearse una disciplina de autocrítica, ser menos perezosos en sus guiones, sobre todo ver más cine, analizar más cine, difundir más cine, escribir más cine, comentar más cine, recomendar más cine, apoyar más cine.

Ser coherentes, pues nadie creerá a menos que sea lo suficientemente tonto, (no dudo que los haya) que le roben el auto a los “malandros”, o que llegue otro “malandro” a robar en el cajero a un sujeto que a su vez ya está siendo previamente asaltado por otros “malandros”, ...o sea NO, para causar una risita está bien, pero como recurso humorístico está muy mal.
Reflexionar un poco, pues créame o no, si alguien no ha visitado nunca Venezuela al ver ésta cinta, la primera impresión es que todo Caracas es una ciudad de ¿malandros? (no me queda muy clara la palabra), de gays, drogadictos, vagos, policías corruptos, prostitutas, y toda esa selecta fauna de parias urbanos...

Esa es la realidad que muestran nuestros cineastas desde México hasta la Patagonia y zonas circunvecinas del otro lado del océano, y si nadie se los dice continuarán así por los siglos de los siglos ad infinitum.
No es otra cosa que una cinta más, en su género sui generis.

(25mar2006)
Por: Godofredo Oscós-Flores