Mi querida secretaria
559
22 de octubre de 2009
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminar de ver esta película e interesarse por la filmografía de Keenan Wynn son la misma cosa. Tal vez ustedes se pregunten ¿Quien es el tal Keenan?. Bueno, es uno de esos rostros que sabes que lo has visto en alguna película, pero que no acabas de ubicarlo perfectamente. Un buen secundario con una prolífica carrera donde así, a bote pronto, podemos destacar "Teléfono rojo, volamos hacia Moscú" o "Todos los hermanos eran valientes".
Aquí, en Mi querida secretaria, le roba el protagonismo a un Kirk Douglas que deja bien claro que es un grandísimo actor pero que su fuerte no es la comedia. A papá Douglas nos cuesta muchísimo ubicarlo en papeles que parecen hechos para Cary Grant. La sombra de Espartaco es alargada sin duda alguna y este papel de gesticulante y poco inspirado escritor de best sellers, jugador, bohemio y mujeriego le sienta como un traje de lagarterana. Su partenaire, Laraine Day, a quien tenía interés en volver a ver después de su interpretación en Por el valle de las sombras, ha confirmado lo que ya intuía, que se trata de una actriz interesante que sin llegar al "rompe y rasga" en ningún sentido se deja ver y con agrado.
Y junto a la terna citada, unos cuantos secundarios más que son los que sin duda hacen que la película tenga ese discreto encanto no de la burguesía sino de las comedias americanas que nacen solo y para entretener. Encontramos a Florence Bates como la "horrible" señora Reeves, entrometida propietaria del apartamento o Irene Ryan, cuya interpretación de la asistenta Mary está muy en la línea de la gran Thelma Ritter lo cual es decir mucho. Su canción del "resfriado", clarísimo precedente del "como me pica la nariz", resulta agradablemente demencial.
Pero "the star" es mister Wynn y las perlas que salen de su boca. El mejor amigo del escritor y compadre de francachelas dispone, para su lucimiento, de diálogos en la irreverente línea surrealista de los Marx.
Mrs Reeves (Florence Bates):
Lo siento, debo irme
Ronnie Hastings (Keenan Wynn) :
¿De verdad debe irse? Ahora que estaba envenenando el té.
Y Keenan se lució.
Aquí, en Mi querida secretaria, le roba el protagonismo a un Kirk Douglas que deja bien claro que es un grandísimo actor pero que su fuerte no es la comedia. A papá Douglas nos cuesta muchísimo ubicarlo en papeles que parecen hechos para Cary Grant. La sombra de Espartaco es alargada sin duda alguna y este papel de gesticulante y poco inspirado escritor de best sellers, jugador, bohemio y mujeriego le sienta como un traje de lagarterana. Su partenaire, Laraine Day, a quien tenía interés en volver a ver después de su interpretación en Por el valle de las sombras, ha confirmado lo que ya intuía, que se trata de una actriz interesante que sin llegar al "rompe y rasga" en ningún sentido se deja ver y con agrado.
Y junto a la terna citada, unos cuantos secundarios más que son los que sin duda hacen que la película tenga ese discreto encanto no de la burguesía sino de las comedias americanas que nacen solo y para entretener. Encontramos a Florence Bates como la "horrible" señora Reeves, entrometida propietaria del apartamento o Irene Ryan, cuya interpretación de la asistenta Mary está muy en la línea de la gran Thelma Ritter lo cual es decir mucho. Su canción del "resfriado", clarísimo precedente del "como me pica la nariz", resulta agradablemente demencial.
Pero "the star" es mister Wynn y las perlas que salen de su boca. El mejor amigo del escritor y compadre de francachelas dispone, para su lucimiento, de diálogos en la irreverente línea surrealista de los Marx.
Mrs Reeves (Florence Bates):
Lo siento, debo irme
Ronnie Hastings (Keenan Wynn) :
¿De verdad debe irse? Ahora que estaba envenenando el té.
Y Keenan se lució.
12 de marzo de 2008
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si no me equivoco es el primer papel protagonista de Kirk, pues empezó como actor secundario en dos grandes películas, "El extraño amor de Martha Ivers" y "Retorno al pasado", donde ya se podía apreciar su talento, su versatilidad y su carácter duro, por eso se nos hace raro verlo en una comedia, pocas veces lo repetiría.
Como bien han dicho, la película está soportada por los personajes y por unas interpretaciones muy correctas, una dirección y un guión sencillo... si se escapan algunas carcajadas vienen sobretodo del personaje de Keenan Wynn, en resumen, una comedia fácil y entretenida, Kirk se encontraba en un buen momento y probó en diversos géneros.
Como bien han dicho, la película está soportada por los personajes y por unas interpretaciones muy correctas, una dirección y un guión sencillo... si se escapan algunas carcajadas vienen sobretodo del personaje de Keenan Wynn, en resumen, una comedia fácil y entretenida, Kirk se encontraba en un buen momento y probó en diversos géneros.
26 de mayo de 2010
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quiero decir, falta de gracia, de esa química única del maestro de la comedia. Quizás sea injusto compararla con esas cumbres pero no he podido evitar recordarlas mientras veía esta película.
Se deja ver, con buenas interpretaciones - especialmente la de Keenan Wynn, como se ha apuntado sabiamente en otras críticas aquí vertidas-, pero la historieta no deja de ser casi un chiste que se cuenta en tres patadas. Cuesta ver a Douglas senior en papeles de comedia, aunque da la talla como de costumbre.
Ojo a las hombreras de los trajes y a las comodidades de los hogares usamericanos en el año 1949...
Nota: 5,65.
Se deja ver, con buenas interpretaciones - especialmente la de Keenan Wynn, como se ha apuntado sabiamente en otras críticas aquí vertidas-, pero la historieta no deja de ser casi un chiste que se cuenta en tres patadas. Cuesta ver a Douglas senior en papeles de comedia, aunque da la talla como de costumbre.
Ojo a las hombreras de los trajes y a las comodidades de los hogares usamericanos en el año 1949...
Nota: 5,65.
8 de diciembre de 2007
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguramente a algunos la presencia de Kirk Douglas les haga ver en esta película cosas que no hay. Y es que hasta los más grandes actores tienen en su carrera películas del montón como esta.
Mi querida secretaria es una discreta y moderadamente simpática comedia romántica, con el clásico enfrentamiento entre un hombre y una mujer que hacen ver que no se aguantan aunque en el fondo estén profundamente atraídos el uno por el otro.
El enredo que plantea el guión es previsible, pero tiene la suerte de estar salpicado por una serie de personajes que, no por arquetípicos, resultan menos divertidos. Son ellos los que consiguen mantener el moderado interés de una historia que sin ellos no sería casi nada.
Por supuesto la gracia de estos personajes viene del talento de una serie de actores, encabezados por Kirk Douglas, que están bien dotados para la comedia.
No solo ahora se hacen películas olvidables. En los años cuarenta tampoco eran todo obras maestras.
Mi querida secretaria es una discreta y moderadamente simpática comedia romántica, con el clásico enfrentamiento entre un hombre y una mujer que hacen ver que no se aguantan aunque en el fondo estén profundamente atraídos el uno por el otro.
El enredo que plantea el guión es previsible, pero tiene la suerte de estar salpicado por una serie de personajes que, no por arquetípicos, resultan menos divertidos. Son ellos los que consiguen mantener el moderado interés de una historia que sin ellos no sería casi nada.
Por supuesto la gracia de estos personajes viene del talento de una serie de actores, encabezados por Kirk Douglas, que están bien dotados para la comedia.
No solo ahora se hacen películas olvidables. En los años cuarenta tampoco eran todo obras maestras.
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