Kojak (Serie de TV)

Theo Kojak, de origen griego, se impuso en la televisión de los 2 canales de entonces como el policía duro que se avecinaba en las pantallas.
Él y su equipo, Stavros y compañía, se encargarían de competir con modelo de investigador privado que provenían de series como Mannix, Los Vengadores, El agente de CIPOL, Banacek... Series que presentaban a personajes más sofisticados o que actuaban por su cuenta.
Kojak, junto con otro de los duros: Karl Malden (que iba acompañado de Michael Douglas y protagonizó Las calles de San Francisco) representaron al rudo agente violento, sin modales, grosero y fumador. Más real. Incluyendo al otro policía McCloud de estilo vaquero.
Kojak presentó su calvicie como novedad, los chupa chups Kojak, que aún hoy existen y tienen chiclés por dentro, y aquellos cigarrillos rubios tan finos de color marrón que se llamaban More y qué probé en alguna ocasión por su culpa.
Buena serie.

Kojak es mucho más que la precursora de muchas grandes que vivieron después ( como la notable 'Canción triste de Hill street', muy parecida en su nivel personal). Sí, pues es una gran serie policíaca que abre la veda al mostrar ambos puntos de vista de los casos: el de la policía y criminal/es, con los particulares envueltos en éste.
Narrada con imprenta intimista y sumamente personal, consigue que el espectador entre en las historias, se las crea. Pulcra en medida de acción e investigación, sin el excesivo metraje de la genial, por otra lado, ‘Colombo’, y sin rozar el estereotipo tan U.S.A como en ‘Los hombres de Harrelson’, y sin la innecesaria violencia gratuita por la que abogan muchas actuales (para impresionar y causar efectismo), dotada de unos personajes con carisma, reales, de carne y hueso (al igual que la comisaría, que es parte protagonista de la esencia de ‘a pie’ que destila), bajo el mando del inigualable Teo Kojak, un tipo aparentemente duro, pero es solamente inflexible ante el crimen y la injusticia, que pone arrestos, corazón y cordura en cada investigación.
Una serie irrepetible y a reivindicar por su buen hacer dentro del género.