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Guerreros de antaño

Drama En Nueva Zelanda, una familia descendiente de guerreros mahoríes vive, al igual que muchos otros, en los suburbios de una gran ciudad, en una situación de marginalidad respecto a las personas de raza blanca. La vida familiar del clan estará presidida por los problemas de alcoholismo, la delincuencia y los escasos medios económicos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
27 de octubre de 2006
26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es un ensayo fiel de la vida en los barrios periféricos de las sociedades industriales "desarrolladas" -lo que desde el ámbito de la sociología se denomina el "cuarto mundo"-.
Nos muestra la historia social de una familia víctima del desarraigo económico y de la exclusión social.
Recordemos quienes son los marginados en los continentes que han tenido como experiencia histórica la colonización -América, África, Ocenanía-: los nativos o los pueblos foráneos utilizados como mano de obra esclava.
Enlaza lo presente con lo pasado, contrastando el auge cultural de lo que fué un pueblo con identidad con una vida actual marcada por la decadencia y la decrepitud.
Buen intento de dar una visión de conjunto acerca del problema de las minorías étnicas en el mundo.
Gandalf
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21 de agosto de 2009
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duro relato sobre cómo la población maorí trata de sobrevivir en una sociedad (la del hombre blanco) que los ha dejado de lado en una tierra que paradójicamente era suya.
Jake el Músculos es el cabeza de familia de una típica familia maorí de los suburbios neozelandeses. Es el ejemplo perfecto del antiguo guerrero maorí, orgulloso, duro y temible; sin embargo, los tiempos han dejado atrás a la gente como él; el enemigo ya no es un oponente visible y combatible, sino un sistema imparable que poco a poco va dejándole a él y a los suyos cada vez más al margen. De modo que Jake y los suyos no pueden hacer más que pasar el día bebiendo en los bares, de fiesta en fiesta y de un trabajo mal pagado a otro, irónicamente orgullosos de aquello en lo que se han convertido.
Esa marginalidad los frustra hasta el punto de que Jake (la personificación del hombre perdido) se vuelve contra aquellos que precisamente debería proteger, su propia familia; y es que de eso trata Guerreros de antaño, de cómo el desarraigo cultural, la marginación y la rabia pueblan la vida de una raza cuyas costumbres le fueron arrebatadas a cambio de imponerles otras, tras lo cual fueron abandonados, y de cómo puede salvarles el hecho de recordar quienes o qué fueron.
De modo que esta gente lucha. No Jake, quien a pesar de parecer tan duro es el único que se da por vencido y asume lo que es (y que solo sabe expresarse con rabia), sino su familia. Cada uno trata de reencontrarse con sus orígenes de modo distinto pero válido, ya sea reviviendo las leyendas de su pueblo, a través de las bandas (que parecen preservar su cultura, aunque sea su vertiente más violenta) o centrándose en el honor y las tradiciones de un pueblo que en otro tiempo fue famoso por su valentía.
Aquí nadie es famoso (salvo quizá Temuera a raíz del Ataque de los Clones), pero todos los actores son convincentes. Hay escenas duras y difíciles de interpretar a pesar de lo cual se resuelven con soltura, y la dirección, sin ser genial, logra expresar el mensaje de que abandonarse al destino es la muerte del alma. A veces llega a encogerse el estómago de la crudeza de algunas secuencias, y deja claro que un héroe puede ser fácilemente un villano si no sabe a quién debe amar y a quién odiar...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Amra
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19 de marzo de 2009
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duro retrato de una familia de maoríes que vive en la periferia de una gran ciudad v que intentan salir adelante y hacer frente a problemas como la delinquencia y el alcoholismo. Beth Heke (Rena Owen), madre luchadora y ama de casa no soporta que su marido Jake (Temuera Morrison, que interpretó a Jango Fett en "Star Wars II; el Ataque de los Clones") se emborrache y monte fiestas nocturnas en casa con sus amigos y delante de sus hijos. El consuelo de su adolescente hija Grace (Mamaengaroa Kerr-Bell) ayudará a Beth a sentirse orgullosa por el hogar que ha creado, sin una gota de arrepentimiento de lo que en un día de su vida fue decidirse por dejar a la comunidad de su pueblo para irse a vivir a la ciudad con el que sería su cruel y despiadado marido. Mientras tanto el hijo mayor Nig (Julian Arahanga), para aliarse a una banda callejera de tatuados, sigue su rito de iniciación basado en la pelea y la lucha cuerpo a cuerpo convencido que lleva la sangre de sus antepasados. Otro hijo, Boogie (Tauingaroa Emile) se halla en el reformatorio después de intentar robar. La cólera de Jake se acelera sin parar de beber hasta que un día le propina una fuerte paliza a su mujer Beth.

Después de esta película, Lee Tamahori saltó del trampolín de Hollywood con una filmografía irregular que va desde "Mulholland Falls; la Brigada del Sombrero" (1996),"La Hora de la Araña" (2001) o la jamesbondiana "Muere Otro Día" (2002). Pero su ópera prima "Guerreros de Antaño" (1994) es insuperable en cuanto a drama social para denunciar la situación de muchos aborígenes maoríes destinados a su suerte en el infierno urbano; presas del asfalto, las drogas, el alcoholismo y la violencia de género.

En febrero de 2006 Tamahori, nacido en Wellington (Nueva Zelanda) en 1950, fue detenido en Los Ángeles por intentar ejercer la prostitución y vestido de mujer cuando intentaba ofrecerle servicios sexuales a un agente de paisano.
Natxo Borràs
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8 de julio de 2009
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película espectacular, con excelentes actuaciones y lamentablemente muy poco conocida.
La vi en cine cuando se estrenó, y recuerdo la sensación de plenitud al irme de la sala, esa sensación que nos dejan las buenas películas, como de haber visto algo realmente bien hecho, contundente, sin situaciones inverosímiles ni golpes bajos innecesarios. Brillantes las escenas de violencia, al punto de que se crispan los dedos o se aferra uno a la butaca debido a la visceralidad de las actuaciones. La recomiendo a quién no la haya visto, y también la segunda parte, mucho menos conocida aún, y que está enfocada en la maduración del personaje principal, de forma gradual y totalmente creíble.
Black Floyd
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8 de septiembre de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante cientos de años, los maoríes, habitantes primigenios de Nueva Zelanda hicieron suya la tierra que los vió nacer, y lo que es más importante, la amaron de verdad. En los albores del S. XXI, los últimos descendientes de esta maltratada cultura milenaria han quedado "desheredados" de lo que antaño fueron las tierras que les pertenecieron. Los hermosos parajes naturales que tomaron como hogar ahora han quedado reducidos y apiñados a su suerte en los suburbios de las grandes ciudades. Discriminados por la raza invasora, son obligados a convivir en una jungla de asfalto en la que a duras penas consiguen salvaguardar sus costumbres ancestrales.

Todos ellos son obligados a sobrevivir diariamente a sus heridas de guerra. El cabeza de familia, Jake "Músculos" Heke, posiblemente hubiera sido el más letal y el más respetado de todos los guerreros de su tribu. En nuestros días sobrelleva los días de su vida entre trabajos basura y haciendo pasar las horas entre litros de alcohol y peleas. Usa la violencia como único método para ganarse un respeto que ni su inteligencia ni su temperamento son capaces de otorgarle.

Su obstinada esposa, Beth, es el orgullo vivo de todas aquellas madres guerreras que ya en su momento eran capaces de sacrificar su vida entera por la de su familia. Muchos siglos después, Beth es el mayor honor que cualquiera de estas mujeres hubiese podido tener. Un personaje dotado de una fuerza especial y a la vez de una vulnerabilidad únicas.

Sus hijos muestran con detalle todos los problemas sociales y el desamparo al que se ven abocados. El mayor, Nig, cree que solo será capaz de sobrevivir a través de la violencia en bandas callejeras a la par que cree que así rendirá honor a sus ancestros. Gracie es el soplo de aire fresco de la familia, un ángel condenado al infierno de la más absoluta incomprensión, mientras que Boogie es incapaz de creer en un futuro mejor que no esté alejado de la delincuencia. Los dos hermanos pequeños serán protegidos con el objetivo de tratar de prolongar al máximo posible su inocencia y la candidez que perderán una vez que se vean abocados a la desidia y al modo de vida al que serán relegados de por vida.

Tamahori no escatima en golpes para mostrar la dureza de una existencia que no les corresponde a estos guerreros de antaño. Primero los de Jake contra cualquier desapercibido rival para mostrar su respeto, después los que le propina su propia esposa como fruto de su propia virilidad e incapacidad para ser capaz de amar. Una película seca, áspera como el propio paso del tiempo, en las que las decepciones y la desilusión avanzan a golpe de mamporro, mostrando fielmente que a veces hay realidades en la que la escapatoria puede llegar a ser realmente imposible.

El ritmo vivo que su director imprime a la cinta, que además de hacerla realmente entretenida aporta un constante dinamismo, y un reparto perfectamente entonado encabezado por un Temuera Morrison que impone y dota de una vigorosidad realmente asombrosa a su personaje, un contenido Cliff Curtis afincado en Hollywood desde hace unos años, y ante todo una Rena Owen que literalmente se come la pantalla en todas y cada una de sus apariciones hacen el resto de esta cruda y gran producción con la que Tamahori rinde un sentido homenaje a los últimos descendientes de sus propios ancestros.

Unos guerreros de antaño que quizás comparten con nosotros mismos muchas más cosas de las que de verdad desearíamos. Por tanto, el mayor acierto de Tamahori en su película es que en ella no solo habla de la inadaptación del pueblo maorí en la actualidad, habla de la nuestra, de la de todos nosotros al mismo tiempo. Y es que a veces, por más que lo intentemos nos tocará darnos de bruces contra un mundo para el que no estamos preparados.

·LO MEJOR: Su ritmo ágil. Los títulos de crédito, similares a los del propio Tarantino.

·LO PEOR: El efectismo en la mayoría de sus momentos clave.
Dirover
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