Nove de Novembro

Es la primera película de temática gay y rodada totalmente en galego con un presupuesto de treinta mil euros y que salió adelante gracias a amigos, familia y una campaña de Crowdfounding, lo cual en sí ya es una proeza. La red social Facebook censuró el tráiler de la película por considerar que había "demasiada piel" y un "contenido demasiado sugerente", lo que pone de manifiesto, la política censora y mojigata de la red social más importante del mundo.
Nove de Novembro cuenta la relación de dos hombres en plena década de los ochenta teniendo como eje argumental lo complicado de su relación y la dificultosa interacción con un entorno familiar y social todavía hostil, pese a la mejora evidente que trajo la caída de la dictadura en España, una mejora que afecta tanto a su identidad sexual como a lo referente a su identidad cultural.
En un momento que caen muros en el mundo, se levanta otro infranqueable para ellos.
Vista en el festival pro derechos de la comunidad LGTBI; ZINEGOAK de Bilbao.

Los diálogos en algunos momentos iniciales semejan impostados, pudiera pensarse que Lázaro Louzao desea sumergirlos en la cotidianidad, y lo consigue, a fuerza de ciertas obviedades.

Su guion parece un libreto de una obra de teatro, aunque haya alguna secuencia de exterior. Los pocos medios con los que seguramente contaron para producirla justifica ciertas carencias, como la de no contener banda sonora, aunque también es verdad que no se echa en falta.

No ahonda en la trascendencia de sus personajes, se muestran basados en la negación o el conflicto permanente. Cuando Miguel quiere hablar el Roberto no quiere, y cuando por fin quiere tratar la situación donde se encuentran es Miguel quien se niega...

He de reconocer que me entretuvo, porque lo que tenía delante era algo parecido a la relación de un manolo y una maruja heteros, trasladada al mundo gay de los años 80.

Tal vez una valoración de 6 le venga grande, pero he de reconocer que me entretuvo al contar con una producción en gallego donde, con bastante naturalidad, emplean muchos giros que diariamente acostumbro a escuchar.

El problema llega cuando una historia de dos hombres que viven juntos y se aman; es trasladada con todo su conflicto, como si de una pareja tradicional hetera se tratase, anclada en reproches, riñas... juegos del gato y el ratón.

Los actores son muy limitados, algunas secuencias hubieran debido cuidarse más. Cuenta con una menguada escenografía.

La creación del entorno, la atmósfera y su opresión son claramente el punto fuerte de esta película. El director, Lázaro Louzao, transmitió con solvencia esa gran losa que los actores interpretan con arduo trabajo. Las dudas corroen al espectador, que en un minimalista juego de diálogos nos encamina a una reflexión necesaria para sus protagonistas. Los paralelismos entre el acontecimiento histórico y la "salida" de la caverna de sus problemas no deja más que indicaciones para los espectadores. Seguimos las migas de pan intentando terminar el rompecabezas que nos es presentado. Pero que no va a dirimir los pecados de su necesidad, sino que nos ayudará a cuajar el engranaje. Toda la parafernalia visual está encaminada a la sensación del entorno. La frialdad visual, escenarios y colorista agrandan su resultado. Diálogos sangrantes por lo que no dicen... Al final la sensación es correcta, inspiradora, pero no apta para todos, por ausencias o por intenciones.

Al visualizar esta película te quedas con la sensación de haber visto ya esta historia, con la particularidad que es una pareja homosexual, que no sufre los mismos problemas que una pareja heterosexual

Viven en un ambiente recluido, abandonados por una sociedad de aquellos finales de los 70 que no entiende esta unión, incluso a los protagonistas les cuesta comprender

El amor lo puede todo, una enfermedad, las ideas políticas, la rutina, la represión, la falta de ganas,... Este film nos sitúa en los límites de ese amor, al borde de la caída de unos muros que a priori parecen inquebrantables pero que se deben romper para partir por caminos diferentes, diferentes en el aspecto que no marcan un final sino que hay que tomar una nueva y buena decisión, parar, mirar, pensar y hablar.