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Antes del anochecer

Romance. Drama La tercera parte de la trilogía se desarrolla en Grecia. Nueve años después de su segundo encuentro romántico, el destino vuelve a unir las vidas de Celine (Julie Delpy) y Jesse (Ethan Hawke). (FILMAFFINITY)
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Críticas 167
Críticas ordenadas por utilidad
12 de junio de 2013
187 de 210 usuarios han encontrado esta crítica útil
Queridos Julie, Ethan y Richard

Primero quería daros las gracias por haber escogido como escenario y contexto, a la maravillosa Grecia, fundadora de esta nuestra civilización occidental, para así poder destripar y desgarrar sus entrañas y valores. Me veo en la obligación de reconocer la sutileza con la que encajan todas las piezas del puzle. Por que pensándolo bien, todo cuadra, nada está de más en esta compleja, realista y exquisita tercera entrega. Se conversa sobre arte, literatura, amor, tragedia, filosofía o astrología, tal y como lo hicieran en ese mismo lugar hace ya más de 2000 años.

Para continuar, quería daros la enhorabuena por que ante todo, sois un trio de escritores de primera. Las bromas y pullitas están más presentes que nunca, y alegran y amenizan la historia como en ninguna otra parte de la saga. La trama ya no trata hipótesis, ni es mágica. Ha desaparecido el misterio, la intriga, la pasión, todo ello para dar paso al realismo, la comprensión, la identificación para con los personajes. Jesse y Celine, ya no son dos jóvenes con la vida por delante, ni tienen el tiempo o la capacidad para empezar de cero. Son una pareja con problemas reales, que ya no viven en un cuento de hadas, y que tienen las mismas responsabilidades que el resto, como lo son la familia, el trabajo, el compromiso.

Y por ultimo, como no voy a hacer mención al motivo por el cual os sigo desde que os vi por primera vez caminando por las calles de Paris (si, lo siento, vi la segunda antes que el resto, y será por eso que es mi favorita) y es esa energía incandescente que producís al representar estos dos personajes, esta pareja que habéis creado, formado y modelado a vuestro antojo, y que es obviamente una gran parte de vosotros mismos, por que en verdad, no me parece estar viendo una gran actuación, estoy viendo, la vida misma.

Estoy de acuerdo en que la cantidad de idas y venidas emocionales es algo intensa, incluso forzada podríamos decir, para el medio día en el que transcurre la película, pero cada irracionalidad o cambio de tuercas tiene un trasfondo propio, y sin ellas, este laberinto de emociones no tendría salida.

Así que en definitiva, gracias, por hacerme disfrutar una vez más, de un cine de primer nivel, y, hasta la próxima?
Bonjonboby
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2 de julio de 2013
165 de 180 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace 18 años (“Antes del amanecer”) dos jóvenes se conocieron en el tren Budapest-París y decidieron recorrer juntos la ciudad de Viena. Una bellísima historia con una promesa final. Volver a verse 6 meses después.

Sin embargo aquel encuentro no llegó a producirse y 9 años después (“Antes del atardecer“) se encontraron en París. Ambos repasaron el tiempo hablando de aquella preciosa tarde y de sus actuales vidas. El final otra vez nos dejó con la miel en los labios.

Si no saben de lo que hablo, no sigan leyendo porque tienen dos películas pendientes. Un cine intimista, despreocupado por la factura artística, un cine bohemio que conecta de lleno con el espectador. Una cámara y dos personas hablando mientras recorren dos ciudades a cuál más bonita. Nos metemos en esa historia y soñamos que nos pase (o nos pudiera haber pasado) lo mismo.

La tercera parte sigue el mismo camino, un plano fijo y largas conversaciones. Y en estas conversaciones es dónde notamos que el tiempo ha pasado. Ya no son dos jóvenes de 23 años locamente enamorados o dos treintañeros que recuerdan tiempos pasados, ahora son una pareja con hijos que cuidar y que no disponen de tiempo para ellos solos.

A los que no les guste este cine acabarán cansados de los diálogos, pero la verdad es que cada uno de ellos tiene mucho sentido. Sirva como ejemplo la magnífica conversación que mantienen las 3 parejas y el anciano en la comida. Son 3 generaciones que hablan sobre el amor, el sexo, el futuro de la humanidad, la vida y la muerte con diferentes puntos de vista. Todas las historias que cuentan inducen a la reflexión. Grecia, la tierra de los filósofos y los pensadores, era el mejor lugar para hacerlo.

La larga secuencia del hotel es lo mejor de la película con diferencia. Vemos a una pareja discutiendo y echándose en cara muchas cosas (recuerda a “Dos en la carretera”). Una secuencia muy creíble y que resulta catártica. Es un desahogo para cualquier pareja, especialmente para ellas. Son 20-25 minutos muy difíciles de grabar. El trabajo de los dos es formidable, me atrevería a decir que hay cosas improvisadas porque es una conversación larguísima y muy propicia para que dos actores muestren esa faceta. A esto señores, se le llama química y carácter. Una escena que salta de la pantalla a la vida real.

Es la evolución de una pareja, son dos personas que se conocieron hace 18 años y que llevan viviendo 9 años juntos. No todo iba a ser de color de rosa, los años desgastan una relación y era el momento idóneo de mostrar la otra cara del amor. Después asistimos al final de la película, el final que debía tener esta historia. Porque todas las parejas deben terminar así. Es cuando recordamos las palabras que pronuncia el anciano en la comida.

Una película más íntima, más agridulce y más honesta que las anteriores. Con algo menos de magia o encanto (como cualquier pareja 18 años después) pero igual de profunda e inteligente.

Las tres películas son buenas, realmente buenas pero siempre me quedaré con la segunda. La primera tiene el factor sorpresa y el alma aventurero de la juventud. La tercera parte es el desgaste de una pareja con hijos y lo que se debe hacer para que el amor dure o no. Verles así es un acierto pero conecto un poco menos. Será la edad…

Y la segunda…

La segunda es el reencuentro en París, es la explicación a lo que no pasó, es un café para ponerse al día, es un paseo en barco por el Sena dónde escucho uno de los mejores diálogos de este siglo.

La segunda es… es…. es el momento de perder la cabeza y poner tu vida patas arriba al ver a July Delpy cantando y tocando la guitarra. La segunda es la oportunidad de tu vida, es SOÑAR, lo que cualquier pareja tiene que hacer en un atardecer en París.

Recuerdo esta conversación de la primera parte:

- vaya…
- qué?
- voy a hacerte una foto, para no olvidarme nunca de tí, ni de todo esto.
- de acuerdo, yo tambien.

y esta frase de la segunda:

“Recuerdo aquella noche mejor que algunos años de mi vida”

Yo siempre les recordaré y siempre apoyaré este tipo de cine. Linklater ha sido muy valiente, sin ir más lejos ayer éramos cuatro -literalmente- en la sala. Una pena, una verdadera pena que este cine no sea más valorado.


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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jita
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24 de junio de 2013
91 de 111 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conversación imaginaria entre dos extraños que se quieren y se conocen, aunque no todavía, y tratan de encontrar el sentido a esta cosa llamada vida, amor y cine. Es decir entre Ivo (aka as criticoenserio) y tú (aka Lector)

-Sabes, he tenido algo así como un sueño, una Epifanía que creo que nunca se va a cumplir, un deseo cinematográfico verdaderamente especial
-¿De verdad?
-Lo es. Cierra los ojos, imagina que por un momento siempre has querido encontrar una película de amor, pero de las de verdad, nada de Julias Roberts, ni Hugh Grants ni gente rematadamente guapa que no encuentra el amor y de la que sabes cómo va a terminar aunque nunca te cuentan el final sino el romance. Porque ¿qué pasa tras eso? No siempre se come perdices. Yo busco una película sincera y honesta, natural como la vida en la que apenas no pasa nada pero te vas enamorando y vas soportando la nostalgia y las situaciones agrias y difíciles. Porque la vida normalmente no es fácil
-Sé a lo que e refieres
-Pero desistes, porque la gente ve lo mismo una y otra vez, y ya sabes se hacen secuelas y secuelas sin originalidad y lo más visto en el cine romántico contemporáneo es entre un vampiro y una chica sin sangre. Unicamente de vez en cuando una historia pequeña independiente salta la barrera y te llega a dar en la diana del corazón.
-¿Cómo Antes del Amanecer y Antes del Aterdecer?
-Exacto. Y mira que una de sus partes Julie Dephy lo ha intentado con 2 días en Paris y 2 días en Nueva York, pero les faltaba algo. No era lo mismo. No eran Celine y Jesse
-Pues que haga una tercera parte
-De eso iba mi sueño. De volverme a encontrar a dos personajes que vivían en mi corazón, de preguntarles, “eh, ¿Cómo te va? ¿Al final perdiste el vuelo?” pero las expectativas son tremendas, quiero decir, lo grande de esos finales es que tú terminas creando un universo para ellos. Es como si Sofia Coppola reencontrara a los Bob y Carlotte de Lost In Translation. Una secuela atípica es complicada por el tono, recuperar a personajes verdaderamente definidos y satisfacer las ideas de cada uno
-Y encuadrarlos en lugar mágico
-Exacto, tras Viena y París, ¿dónde los llevamos? Mi sueño fue Griego
-¡Qué bonito!
-Durante un día de final de verano y obviamente con nuevas motivaciones, ya ha habido romance platónico de los que marcan una vida y reencuentro de los que cambian el destino
-¿Y ahora?
-Pues el amor después del amor. La posibilidad de vivir para siempre con alguien, para toda la vida. Porque ese para toda la vida lo fundaron hace años cuando la esperanza de vida era mucho más corta y no significaba tanto tiempo y cuando las personas aguantaban no por amor sino por muchos otros factores. Pero ahora la vida es diferente. Hay compromisos y cosas que hacer alrededor del mundo y todos los problemas de la vida adulta
-Sé lo que dices. A veces el amor no es suficiente para hacerlo sobrevivir
-Y hay diferentes fases...
-¿Y Funcionaba tu sueño?
-Era precioso. Complicado pero precioso. Quiero decir, es profundo, se hablaba de sentimientos, maternidad, paternidad, nostalgia, vejez, muerte, vida, romance, nuevas tecnologías, discusiones, atardeceres, juegos, de las inseguridades...
-De vida
-De vida, pero de una forma tan cotidiana, sincera, ligera pero a la vez reflexiva y profunda. Y aderezada de tomates frescos entre hojas de lechuga, música griega y mares de ensueño bajo una cálida luz y actores en estado de gracia.
-Parece un sueño
-Un sueño precioso

Y como caído del cielo se nos entrega ese sueño con un lazo azul en “Antes del anochecer” (Before Midnight, 2013) una película honesta, sincera, sin trucos y que con un guión maravilloso (que se va a llevar el Oscar sí o sí) nos endulza sin empalagar y nos hace reflexionar en una de las películas más bonitas que he visto en mucho tiempo. Perfectamente interpretada y mejor dirigida y montada consigue lo que parecía imposible y es cerrar con rotundidad la historia de Celine y Jesse que nunca buscan ser prefectos pero tratan de ser felices y nos hacen creer que el mundo es un lugar más bonito si consigues ponerle las dosis necesarias de romanticismo.

Cualquier adjetivo se quedaría corto y dan igual las expectativas porque Before Midnight vivirá en cada sueño y lo llevará a las mayores cimas cinematográficas. Simplemente imprescindible y digna de ver una y otra vez.

Lo mejor: Todo
Lo peor: Perderte este sueño

Valoración: 10/10
Criticoenserio
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16 de junio de 2013
62 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un momento de 'Antes del anochecer' Jesse bromea en varias ocasiones con tener una máquina del tiempo con la que ha viajado desde el futuro hasta el presente. Si pudiésemos hacer el viaje inverso conoceríamos de primera mano la repercusión y el impacto de esta obra en el espectador del futuro. Resulta que la alusión a ese viaje por el tiempo va más allá de la simple broma, encaja dentro del análisis de esta película como máquina de medir el paso inexorable del tiempo y sus consecuencias penosas. Porque el tema primero de la película es por supuesto la relación humana entre Jesse y Céline, el amor y el sexo. Pero tras esto se esconde el terrible doble enfrentamiento de: primero, el hombre contra el tiempo que se le escapa, y segundo, el hombre contra el tiempo que le oprime.

Jesse y Céline no son unos desconocidos para nosotros. Son esa pareja de personajes, ¿ficticios?, que se conocieron hace casi tres décadas en un viaje en tren hacia Viena en 'Antes del amanecer' (Linklater, 1995). En aquella película los dos jóvenes – Jesse, un chico americano, y Céline, una chica francesa– deciden pasar un día juntos descubriendo Viena antes de tener que separarse al amanecer para volver a sus respectivos hogares. Nueve años después, Jesse y Céline vuelven a encontrarse en 'Antes del atardecer' (Linklater, 2004) y dan un paseo por París antes de que Jesse tenga que tomar el vuelo que le devuelva a América. Y nueves años después, el cine les reúne de nuevo en 'Antes del anochecer' (Linklater, 2013). Jesse y Céline disfrutan, en esta ocasión ya como pareja estable, de un tiempo de vacaciones junto a sus dos hijas en el Peloponeso griego. El tiempo ha dejado huella en sus rostros y en sus cuerpos, pero también ha consumido parte de sus ilusiones, de sus sueños de juventud, ha arrasado parte de sus vidas.

Durante la rueda de prensa del estreno de la película en Berlín, un periodista preguntó al director y guionista del film, Richard Linklater, por qué razón se había decantado por un final feliz. Sin embargo no creo que este pueda considerarse feliz. Desde luego no es un final triste, pero tiene un tipo de ambigüedad que juega con nuestras expectativas. De manera que nosotros somos quienes debemos dar cobijo en nuestra imaginación al futuro de esta pareja. Algo que no nos va a ser muy molesto porque después de presenciar esta maravillosa película, y gracias al trabajo de actuación que realizan Ethan Hawke y Julie Delpy con Jesse y Céline, se hace fácil sentirlos muy nuestros.

Antes del anochecer no es un artificio, y no tengo nada en contra de los artificios. Los hay maravillosos y los hay detestables, de hecho, precisamente ahora, coinciden en cartelera 'El gran Gatsby' de Baz Luhrmann y 'The Lords of Salem' de Rob Zombie, dos notorios artificios que cada uno puede valorar según le venga en gana. Pero 'Antes del anochecer' no es un artificio diseñado para el entretenimiento o el alucine. Es otra cosa. Y esta cosa es algo extraño de definir y de dar nombre. Llamémosle película, cine, obra maestra, o sencillamente un ensamble de imágenes y sonidos dentro de una lata. Sea lo que sea, esto rasga algo doloroso y honesto, algo verdaderamente auténtico y desnudo.

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http://victor-edu.blogspot.com.es/
Víctor Blanco
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30 de junio de 2013
57 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guardo en especial estima y gratitud las dos cintas anteriores de esta imponente trilogía, “Antes del amanecer” (1995) y “Antes del atardecer” (2004), todas ellas realizadas por el mismo equipo y que juntas conforman una radiografía tanto del amor imposible, del amor romántico, como del amor cotidiano más allá del enamoramiento y subidón inicial. Todas ellas llevan una huella de un gran cine, hecho con mimo al detalle, con un enfoque serio y adulto pero sin rehuir el entretenimiento y las dosis necesarias de locura y espontaneidad que todos quisiéramos vivir y revivir en nuestras vidas cotidianas. Y además reflejan una generación que es la mía y le muestran con un realismo no exento de sinceridad y desencanto que elevan el resultado a categoría casi de obra maestra.

Cuando llegas a las 40, tienes ya tu vida encauzada, has dejado atrás alguna otra relación relevante y tienes algún hijo disperso de una relación anterior, tienes las ideas claras pero el día a día acaba devorando casi todo el romanticismo que nos endilgaron cuando pequeños… ¿Qué nos queda por vivir? ¿Cómo vivirlo? ¿Cómo hablarlo, rebatirlo, formularlo, superarlo, rehacerlo, recuperarlo, nutrirlo, aceptarlo? Tantas preguntas y tan pocas respuestas y casi todas bordeando el tópico y la vaguedad, tanta mentira, tanta ilusión frustrada y tanto búsqueda estéril y sin sentido.

Estamos ante una película muy grande, digno peldaño o colofón a dos obras perdurables que la preceden y que relata la vida de casados de una pareja que se enamoró locamente, se perdió, se reencontró y se arriesgó. Pero no es oro todo lo que reluce ni hay nada fácil o fijo en la vida, cada día nos impulsa a renovar los votos de cariño, dedicación, escucha, compañía, afecto y amor porque no hay nada que cien años dure ni cuerpo que lo aguante. Es una de las cintas mejor dialogadas que recordar pueda, entre un naturalismo contagioso y una estudiada y medida elaboración que hace la vez de espejo inexorable que nos enfrente ante nuestros rostros desencajados y llorosos (si nos quedaran lágrimas que verter). Gran guión (fruto, una vez más, de la complicidad del director y sus dos protagonistas en estado de gracia) con una de las discusiones más memorables que recuerdo y con una resolución que nos habla de la dificultad de tener los pies bien plantados en la tierra y ser capaces de transitar lo desconocido.

Excelente obra que culmina una trilogía memorable y que perdurará en la memoria cinéfila más allá de modas o convencionalismos. Muy, muy recomendable – sobre todo si ya has cumplido los 40 o quieres llegar a cumplirlos con cierta lucidez. Memorable.
antonalva
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