Bobobo (Serie de TV)

Como fan incondicional del humor absurdo, esta es mi serie.

Los que no soporten el humor absurdo, mejor que no la vean...Porque dirán que es una soberana porquería.

A los que tengan sentido del humor les propongo el ejercicio de visualizar está irreverente, histriónica y disparatada serie de personajes totalmente absurdos y extremadamente variopintos.

Está claro que los creadores no deben andar bien de la cabeza, ¡pero bendita locura! y explosión de risas.

Sería demasiado pretensioso por mi parte pretender describirla, así que la dejo al gusto del consumidor las opiniones y discrepancias acerca esta serie de dibujos animados...Para hacerse una idea, diré que es una mezcla de Tex Avery con el ingrediente del ideal japonés, aderezado con cultura occidental y algunos toques de dadaísmo perfectamente incoherente.

No tiene desperdicio...Lo que es seguro es que no dejará indiferente.

- Ojo al doblaje en castellano del narrador y a los personajes, como no, de Bobobo, don Patch y Softon.

No cabe duda de que Bobobo es el producto de unos japoneses chiflados que, hartos de Dragon Balls y Narutos, decidieron hacer una parodia poniendo como protagonista a un tío que ataca usando sus dos largos pelos de la nariz. Junto a él, van una especie de sol bastante cabroncete, una gelatina azul, un par de humanos chiflados y aniñados, etcétera. El reparto es absurdo, la serie es absurda, el argumento es absurdo. Y ante todo, la serie es jodidamente genial. Divertida no, divertidísima: humor absurdo desde los títulos de crédito hasta los finales, y en el medio, más de 30 momentos destacables de cada uno de los capítulos.

No hay que llevar a engaño: Bobobo puede ser perfectamente considerada una mierda. Es absurda, sí, mucho, y además se sazona con todo el histrionismo oriental y todas sus bizarradas más profundas. Y con todo, es brillante. Personajes como la mujer torpedo, gags como el de el vendedor de helados, diálogos para enmarcar como todo el flashback en el que Bobobo habla de su padre; sublime.

La animación no es nada del otro mundo, es funcional y sencilla, y toda la chispa de la serie se basa en su absurdo guión y en sus estrambóticos personajes. Sin duda, el techo de la frikez máxima y la diversión absurda más genial de cuantas pueden encontrarse en una serie de televisión. Sorprendemente, el doblaje es fantástico. Para humor inteligente, me quedo con Los Simpsons y Futurama, para lo demás, Bobobo. Junto a Elfen Lied, una de las mejores series japonesas de los últimos años. Lástima que la hayan cancelado...

Supe por primera vez de esta serie cuando la empezaron a emitir en el Cartoon Network español. Los spots televisivos no me llamaban demasiado la atención: Otra serie japonesa de tantas, pensé, con look campestre tipo Pokemon.
Pero qué va, qué va....Con unos personajes irresistibles (por imposibles), unas situaciones inteligibles (por absurdas), y un derroche espectacular de mala leche hacia sus series "hermanas" (la serie entera es una salvaje parodia de "Dragon Ball", "Saint Seiya", "Pokemon"....), Bobobo resultó una enorme genialidad (o una épica parida, según se mire) con la que me he echado las más brutas carcajadas que recuerdo haber emitido con una serie de este tipo. ¿De este tipo he dicho?, mentira, no hay ninguna serie que se parezca a Bobobo, no hay "tipo" al que compararla.
La serie entera, si bien es una adaptación del manga, parece estar realizada para dar rienda suelta a las enormes idas de olla de sus guionistas, que se atreven con todo y se sumergen en espeluznantes paranoias, que o bien acaban irritando, o bien te hacen deglutir la serie en su totalidad, como fue mi caso.
Aún hoy recuerdo momentazos memorables que vistos una y otra vez me hacen descacharrarme de risa: la canción de la montaña rusa (otro punto de la serie también: las canciones), el videoclub que aparecía una y otra vez, la representación de teatro kabuki, los osistos "Prukogui", los transformaciones femeninas de Bobobo y Don Patch (el mejor personaje de la serie de lejos)...interminables desfiles de locuras, tonterías e incluso grotescas animaladas (la serie es innegablemente escatológica) que hacen que pueda parecer la octava maravilla, o la mayor mierda del mundo.
A mi, la serie me enganchó, pero no me atrevería a recomendarsela a nadie pues es un producto tan atípico que facilmente puede ser rechazado si no se le coge "el punto", o incluso si te inicias a ella teniendo un mal dia.
De todas formas, si te gusta el humor absurdo, y la pillas desde el principio (coger la serie a la mitad es un autentico suicidio, te vuelves loco), puede que acabes prendando de ella.
Desquiciada, grosera, incoherente, pirada y muy, muy, extremadamente absurda, esos son algunos de los adjetivos que se le pueden asignar a Bobobo.
Puede que la veas y la detestes. Aunque también puede que acabes haciendo Prukogui. El intento merece la pena.

Esto no tiene ni pies ni cabeza, ni base, ni coherencia, ni indicio alguno de pretender tenerla. El protagonista es un chiflado que domina el arte del pelo nasal y lidera una banda de luchadores del absurdo, entendiendo por combate absurdo por ejemplo utilizar a tus aliados como escudos y armas arrojadizas y llamarlo "poder de la amistad".

Mezclar medicamentos sin receta no debió de ser muy bueno para los guionistas, pero mi compañero de proyecciones y yo ganamos mínimo 4 lustros más de vida a base de risas, también algunas agujetas en la cara. Siempre nos ha gustado este tipo de humor, pero desde que vimos esta serie pusimos el listón tan alto que ahora nada nos parece absurdo. Esto no sería un problema si la serie no hubiera sido censurada a causa de repetidas presiones por parte de asociaciones de padres y otros amargados que la consideraron demasiado divertida. Si no quieren que sus hijos la vean, es su problema y su responsabilidad, la de nadie más. A ver si a esta sociedad se le mete esto bien en la cabeza de una vez, y enfoca sus reivindicaciones hacia problemas más serios y relevantes. ¡Toma tema!

Viva tecnosuke

Recuerdo que una tarde que me dejaron al cargo de mis primas pequeñas. Para pasar el mal trago de la forma más indolora posible las aparqué delante de la televisión. Proyectaban a los aborrecibles Teletubbies. Acto cruel, sin duda. No obstante, recibí mi castigo pues no aparté la mirada lo bastante deprisa; las siguientes dos horas las pasé hipnotizado por los brillantes colores, las frases ñoñas y la musiquita. Quedé completamente idiotizado.


Con esta serie me pasa igual: me quedo con la boca abierta y los ojos fijos mientras mis neuronas comienzan a morir. Es una sensación muy agradable, como dormirse en una bañera caliente sin pensar en nada… pero, ¡cuidado! Los efectos secundarios son terribles: su visión prolongada te reduce a un estado de subnormal apenas capaz de murmurar “prukogui” y sonreír al vacío.

Fascinante pero dañina.

Especialmente contraindicada si tienes exámenes en el horizonte, tu trabajo exige cierta agilidad mental o conducir maquinaria pesada. En caso de intoxicación grave ver "Redes" o cualquier otro documental de TVE2 para salvar lo que quede de tu córtex.