Haz click aquí para copiar la URL

Beau Geste

Aventuras. Acción. Drama. Bélico Un grupo de legionarios franceses llega a un fuerte en medio del desierto y descubre que todos los hombres están muertos; apoyados en los muros y en posición de vigilancia, pero muertos. Este extraño suceso es el punto de partida de una enigmática historia relacionada con la desaparición de un valioso zafiro y con la historia de tres hermanos alistados en la legión por un asunto de honor. (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 5 6 8 >>
Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
17 de marzo de 2007
102 de 113 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la novela homónima del escritor británico Percival Cristopher Wren, esta adaptación cinematográfica es, gracias a la firme y sobria dirección de William A. Wellman y a la excelente labor actoral, una de las obras cumbres del subgénero de aventuras coloniales.

El film cuenta con uno de los más intrigantes prólogos que yo conozca, una columna de la Legión Extranjera Francesa llega al fuerte Zinderneff, para encontrarse con los cadáveres de toda la guarnición, empuñando sus bayonetas en las almenas del fuerte. Tras la misteriosa desaparición del corneta de la columna en el interior del fuerte, éste es pasto de las llamas sin que nadie aparentemente haya podido provocar el incendio.

A partir de aquí, se inicia la historia en un flash-back, que ocupará la mayor parte del metraje del film, desvelando progresivamente una intrigante historia acerca del robo de un fabuloso diamante, del pacto de honor de tres hermanos, de la ambición, crueldad y sadismo de un torvo suboficial y de la dureza de la vida de los legionarios en el marco hostil del desierto norteafricano.

Destacan en el film, aparte de la magistral dirección ya comentada, la soberbia y evocadora partitura de Alfred Newman, las excelentes interpretaciones de Gary Cooper, Ray Milland y Robert Preston en el papel de los hermanos Geste, la caracterización de Brian Donlevy, como el sádico sargento Markov y las episódicas apariciones de unos jovencísimos Susan Hayward y Donald O'Connor.

A pesar de contar con un lamentable e innecesario remake, rodado en 1966, el film sigue conservando intacta, toda su fuerza evocadora y la magia característica del mejor cine de aventuras, aquel cine de aventuras cuya efectividad aún no se medía por el número y estridencia de carreras, persecuciones y explosiones, sino por la solidez de sus guiones y la capacidad de sus artífices para crear y narrar una historia.
Maximillian
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
26 de noviembre de 2005
31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
La aventura entendida como una apuesta por los sueños de honor y gloria, Beau Geste (que tiene su origen en una estupenda novela de P.C. Wren de una serie basada en la Legión Extranjera, hoy injustamente olvidada) nos trae un tiempo desaparecido, donde el orgullo, donde la palabra dada, donde el sacrificio todavía tenían sentido.
Aventura de tintes negros, de escenas sorpredentemente dura (cadávares utilizados como armas o como elementos para una liturgia , ambiciones , paisajes agresivos) y con notas prufudamente amargas. Al final los sueños de juventud acaban tragicamente, los grandes ideales mueren a pie de una duna o en un triste fuerte en un desierto gobernado por un personaje cruel, despreciable, indigno pero profesional.

En 1939 Wellman construye una película que será clásica siempre.
granon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
21 de febrero de 2007
39 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia emocionante y sentimental magníficamente contada, unos actores apropiadísimos para el papel, una dirección firme y clara, todos los factores trabados para dar vida a una película de pocos medios y eterno recorrido. Impresiona sentir casi lo mismo que a los 10 años... décadas después. Por cierto, habría que hacer un homenaje a la tele que nos permitió tantos descubrimientos.
Gafitas
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9 de enero de 2009
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
William A. Wellman fue uno de esos "artesanos" que magnificaron el Hollywood clásico. Por artesano entendemos, más o menos, aquel director cuyo nombre pocas veces se cita en las listas de turno (ni se reivindica) pero que por calidad y cantidad de producción se hizo con un importante hueco en la mencionada meca del cine. De Cukor, Wyler, Ford, etc. se menciona su nombre; de Curtiz, Wellman o Siodmak sus películas, pocas veces asocidas a su autor. El caso más excepcional sería el de Casablanca, obra del primero: Bogart, Bergman, la Marsellesa, el final, los diálogos, Paul Henreid, problemas de rodaje, Peter Lorre, every body comes to Rick, no se sabe el final.... y no se nombra a Michael Curtiz.

Wellman, excepcional director (evitemos eso de artesano), se caracterizó como muchos "de sus compañeros de grupo" por realizar incursiones afortunadas en diferentes géneros: bélico (Alas), gángsters (El enemigo público), comedia (La reina de Nueva York), drama (Ha nacido una estrella) o western (Caravana de mujeres, Incidente en Ox-Bow).

En esta ocasión tocaba el género de aventuras, en su versión aventuras coloniales. Este subgénero, por su parte, está salpicado de películas excepcionales: Tres lanceros bengalíes, Gunga Din, El hombre que pudo reinar, etc. El escenario aquí, la Legión Extranjera francesa, al igual que en Marruecos (de Stenberg); y Gary Cooper repitiendo uniforme que, la verdad, le sienta de miedo.

(Ay, esa escena final de Marruecos con los zapatos de la Dietrich).

Beau Geste es una gran película de aventuras. Narrada casi toda ella a través de dos flash backs (uno de ellos ocupa gran parte del metraje), se nos cuenta la razón por la que tres hermanos huérfanos acaban enrolándose en el cuerpo militar citado y su lucha contra los tuaregs en el desierto africano.

Mezclando sabiamente sentido del humor y acción, junto al requerido tono épico de estas cintas, Wellman (siguiendo la novela de P.C.Wren, adaptada por Robert Carson) nos ofrece una cinta sin concesiones, con un ritmo endiablado. Y se le agradece que no introduzca discursos políticos innecesarios que estorben la trama (sólo se deslizan dos o tres frases) y justifiquen el colonialismo (léase ocupación de otro territorio con fines económicos y políticos).

Destacar, cómo no, al gran Cooper (el mismo personaje en su juventud está interpretado por Donald O'Connor y, no, no hay número musical) y a su lado a Ray Milland. Y además, el sargento Markov (excepcional Brian Donlevy), duro, codicioso, despreciable, un hijo de puta pero gran soldado, características que hemos vuelto a ver en miles de ocasiones en el cine (quizá sea referente de los instructores de Oficial y Caballero o La chaqueta metálica). O, también, una guapísima Susan Hayward en uno de sus primeros papeles.

Excepcional película, pues, que garantiza diversión y ansias de reivindicar a todos esos grandes directores olvidados o infravalorados.
Ok Rick
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de diciembre de 2008
22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una inquietante pregunta y una anodina respuesta. Este es un resumen muy sucinto de Beau Geste, película que contiene uno de los inicios más desconcertantes y atrayentes de la historia cinematográfica. Ese fuerte Zinderneff en medio del desierto defendido por cadavéricos legionarios, testigos de una historia cuyo secreto nunca podrán revelar. Ese misterio que continúa incluso después de la llegada de las tropas de refuerzo. Esas desapariciones "misteriosas" en las arenas de un norteafricano triángulo de las Bermudas. Todo ello nos hace concebir esperanzas de una trama tan irreal como cautivadora donde lo inexplicable le robe el sitio a lo lógico y razonable siquiera por dos horas escasas.

Pero no. Se empeñan en devolvernos a la realidad pura y dura, con tres hermanos unidos además de por el abolengo y los juegos de barcos y guerreros vikingos muertos con honor, por una gloriosa legión francesa donde se ponen a prueba valores tales como honor y patria. Los motivos que les llevan a alistarse no quedan claramente definidos, si bien tal circunstancia es irrelevante en el transcurso de la historia. Lo verdaderamente importante es, por una parte, el cruce de caminos que se produce en sus vidas y por otra el misterio del robo de la joya (no confundir con recientes bodrios hispanos) familiar.

No hará falta que les diga que la película se desarrolla en pasado, técnicamente hablando en flashback, ni que poco a poco los acontecimientos se van engranando hasta resolver anodinamente el misterio. Y nos quedamos un tanto decepcionados. La curiosidad mató al gato. ¿Queríamos saber? Pues, toma, ya sabemos...

Pero quiero ser justo. No obstante este descenso desde la poderosa imaginación a la cruda realidad, la película tiene elementos más que notables como para erigirse en una de las señeras del cine en un año especialmente fructífero (1939) en el que compartió cartel con La diligencia de Ford o Lo que el viento se llevó de Victor Fleming. Y de estos elementos quiero destacar uno en particular, la grandísima interpretación de Brian Donlevy como el sargento Markoff, instructor de la línea dura, tan dura que se le nacionalizó ruso para no herir sensibilidades nacionalistas, máxime cuando los soviéticos andaban repartiéndose Polonia con los alemanes por aquellas fechas. Su personaje, mezcla de honor, patria e infamia es de los que hacen época y dan pedigrí a una película.

Gary Cooper, cuya versión legionario resulta convincente, lo mismo que en Morocco de Sternberg, lo hace bien. Milland y Robert Preston, como los dos hermanos, están correctos. Curiosas las apariciones de Broderick Crawford, Susan Hayward o un imberbe (mas de la cuenta) Donald O,Connor, pero aquí el figura y con diferencia es el sargento Markoff.

La batuta directora de Wellman, como en otras ocasiones, excelente, y la música de Newman, idem de lo mismo.
FATHER CAPRIO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 6 8 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow