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En la playa de Chesil

Drama. Romance Inglaterra, 1962. Florence y Edward, tienen poco más de 20 años. Ella de clase media alta, él de clase baja. Inocentes, vírgenes y enamorados cuando aún no se había publicado el primer LP de los Beatles y “El amante de Lady Chatterley” estaba prohibido, se casan y van a pasar su primera noche de bodas a un hotel, junto a la famosa Chesil Beach. Lo que sucede esa noche, entre sus palabras y sus silencios, cambiará sus vidas para siempre.
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Críticas 34
Críticas ordenadas por utilidad
30 de junio de 2018
49 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Saber y no saber. Poder y no poder. Querer y no perdonar… Soy un admirador casi incondicional de las novelas de Ian McEwan, uno de los grandes escritores contemporáneos británicos. Y aquí además firma el guion y produce la adaptación de su obra, lo cual despertaba aún más mi curiosidad, ya que me parecía muy difícil llevarla al cine por su mínima trama que se limitaba a unas pocas horas, a un momento muy preciso en la vida de dos jóvenes enamorados que se enfrentan a la consumación de su anhelado matrimonio tras la nada evidente boda que acababan de sellar. Lo más importante es recordar que estamos en 1962, en la imperceptible frontera entre la revolución sexual y la mojigatería verbal, en la orilla entre la sinceridad absoluta y las elipsis bienintencionadas y turbadoras.

Chico conoce chica. Se exploran, reconocen y enamoran. Parecen hechos el uno para el otro pese a sus procedencias dispares y sus anhelos diversos. Se casan. Y fracasan ¿o no? La importancia de las palabras – las que se dicen y las que se callan – cobra aquí un protagonismo agresivo y esencial… y nos confronta con el límite de lo que podemos aceptar, comprender o disculpar, siendo un opaco arcano que puede tener unas consecuencias irreversibles. Creemos saber lo que somos capaces de admitir y cuando nuestras propias inseguridades y aspiraciones nos impiden ver el sufrimiento del otro estamos abocados a la incomunicación y la soledad. A veces habría bastado poner freno a nuestra vehemencia o a nuestro despecho o a nuestra frustración; a veces habríamos necesitado algo más de empatía o de indulgencia para ser capaces de entender lo que nos queda demasiado remoto como para abrazarlo sin reservas; a veces naufragamos porque lo queremos todo ahora y ya.

Y las consecuencias de nuestros actos son una sombra densa y pesada que nubla nuestros deseos y tuerce nuestro destino. Cuando no basta con el amor quizás debamos confiar más en la escucha del corazón herido del otro o debamos sosegar la urgencia de nuestro corazón dolido antes de actuar por despecho o por ira, siempre malas consejeras que nos abocan al abismo del rechazo y del egoísmo. Creemos tener razón y nos avala nuestro resentimiento y nuestra furia, sin darnos cuenta que erigimos una muralla infranqueable con la que edificamos nuestro fracaso y sellamos nuestra tumba en vida. Hemos llegado al momento de la desnudez más absoluta, mostrando nuestra vulnerabilidad y penurias, pero somos incapaces de tender una mano auxiliadora por orgullo o por rencor… y zozobramos.

Impresionante actuación de Saoirse Ronan, modélico guion y sutil y envolvente puesta en escena. Pero no gustará a los idólatras de lo inmediato.
antonalva
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1 de agosto de 2018
36 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía mis reservas y prejuicios con respecto a la adaptación del libro de Ian McEwan, que es una novela tan maravillosa y profunda como compleja de llevar al cine, ya que narra con enorme habilidad una de esas historias en las que parece que no sucede nada pero está ocurriendo de todo, pero al ver la película me he dado cuenta de que mis temores, por suerte, pese a ser comprensibles, no se han hecho realidad.

La adaptación es francamente buena, la historia se plasma con acierto punto por punto para que el espectador conozca el pasado y las circunstancias personales de los dos protagonistas, con quienes empatiza por igual, y sobre todo, al igual que en el libro, se revela con acierto el principal tema: los estragos que causa en parejas jóvenes e inexpertas una mala educación sexual basada en la represión, el silencio, la ignorancia y los roles preestablecidos hombre/mujer, imposibles de cuestionar en la época en la que está ambientada la historia (años 50-60).

De obligado visionado, además, en estos tiempos en los que es esencial revisar nuestros conceptos de consentimiento y deseo y cada vez se hace más necesaria una educación sexual entre niños y adolescentes basada no en el porno sino en el respeto, la libertad, los afectos y la igualdad.
laracroft
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28 de abril de 2018
27 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tiene la misma delicadeza del libro -imprescindible su lectura- aunque sí es una película delicada que explica, o trata de explicar, las vicisitudes de una joven pareja en plena noche de bodas, a principios de los sesenta, y como ello repercute en sus respectivas vidas -atención a lo de respectivas-.

Los actores se aplican (y especialmente la madre del protagonista en su desquiciado papel que, con poco, hace bastante) pero en lo referente a la historia el reflejo de ese amor nos contagia abatimiento a lo largo de su travesía, con guijarros, desde el oasis hasta su espejismo. No obstante también se tocan temas importantes como la presunta -atención a lo de presunta- frigidez, la importancia de una vocación o el peaje inevitable por la diferencia de clases.

Los tiempos han cambiado bastante y por tanto no chocan demasiado las risas -o sonrisas- del espectador actual avezado a otras lides, pero para unos jóvenes como ellos, con escasa formación sexual y más teoría que práctica, esa noche en Chesil Beach es un momento crucial…Y ya puestos a opinar, yo hubiese acabado la película con la aparición de Chloe -no puedo spoilear más- que, aún no ciñéndose al libro, sí hubiese sido un buen broche. Lo que es innegociable es el minuto final y como a veces un gesto puede cambiar una vida.
Rebeca
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12 de julio de 2020
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me dispuse a ver la película por la participación de Saoirse Ronan, una de mis actrices favoritas, y no sabía de que iba la historia. Tampoco conocía la novela de Ian McEwan en que se basaba.
En mi ignorancia, asistía a una delicada historia de amor. En 1962 una pareja de recién casados se ha alojado en un hotel junto a una preciosa playa. Mediante flashbacks, vamos sabiendo más de ellos:
Edward es un chico de clase baja, trabajador y buen estudiante. Aficionado a la música moderna y a la naturaleza. Es un gran conocedor de las aves. Tiene una madre que sufre daños cerebrales.
Florence pertenece a una familia con más recursos económicos. Estudiante de música clásica, sueña con triunfar algún día con su cuarteto.
Comparten ilusiones y momentos emotivos, son respetuosos con sus respectivas familias y ambos se interesan por las aficiones del otro.
Pero llega su luna de miel y surge un problema. ¿Grave? ¿Irreversible? ¿El amor que los une puede solucionarlo?
La película nos habla del amor y el sexo y aborda temas importantes en una pareja. Saoirse Ronan está impresionante (una vez más), pero es que además tiene la réplica de un gran Billy Howle. Juntos tienen una secuencia dramática en la playa que me parece de lo mejor que he visto en los últimos años.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Feng Lanzhí
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2 de julio de 2018
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Personalmente, una de las cosas que más valoro en una película es la capacidad de emocionar y ésta logra transmitir un amplio abanico de emociones. No sé si es por la colaboración de McEwan en el guión, pero éste está bastante logrado en relación al libro y teniendo en cuenta la limitación del metraje. Es inevitable sentir los mismos temores, vergüenzas, inseguridades, rechazos, prejuicios... de los protagonistas, incluso recordar nuestra propia ignorancia, dudas e inseguridad ante el sexo y nuestra propia experiencia sobre los condicionantes sociales. Saoirse Ronan va ganando puntos como actriz, su actuación es notable, bien secundada por Billy Howle y un reparto que sirve de más que digno apoyo a la historia. La fotografía y ambientación también son notables. En fin, una película altamente recomendable.
MARIANA
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