Un hombre solitario

Explotar al máximo el potencial masculino, sentirse vivo desde los pequeños placeres de la carne, intensos y efímeros. Ir por la vida como un James Dean sin piso donde pisar cuando, en el fondo, solo hay despecho. Douglas, trás la nefasta noticia sobre su estado de salud, literalmente se pierde. Su decisión es conciente, no obedece a cuestiones de fuerza mayor y su principal motor es la desesperación.

Aquí está el problema de El hombre solitario. La desesperación...la vemos en alguna que otra mirada, en algun que otro comentario al pasar, pero no se hace piel porque el tono de la peli es decididamente mesurado. Hablamos de un hombre que a raíz de una noticia médica empieza a contar sus canas, pero lo va haciendo con una resignación que desinfla el potencial dramático, transformándolo en una tramposa apatía camuflada de pesimismo. Él quiere volver a sus inicios adolescentes, encamarse con jovencitas y sentirse vivo, pero algo en el guión vacía toda la carga trágica del personaje llevándolo al mero papel de un irresponsable.

Douglas la borda, realmente se pasa junto a un reparto que salva las papas ante una peli que podía haber caído totalmente insulsa. Pero es el pésimo y superficial enfoque que la dirección le da al perfil del prota el que no nos permite disfrutar, o padecer, los verdaderos problemas de fondo de un personaje... no vaciado de sentido pero sí de verdadera profundidad.

Interesante cinta independiente, sobre un hombre de familia, al que un día diagnóstican un posible tumor, y en vez de ir a comprobar lo que tiene, decide dejar a su mujer y tirarse a jovencitas, además echa por tierra su reputación como el vendedor de coches más honrado de New York y se mete en chanchullos. Pero llega un día, que una mala decisión, le hará bajar del pedestal y verá que está sólo ante el mundo y que tendrá que decidir si luchar por recuperar lo que tenía o dejarse llevar por los placeres que tanto le encantan, pero que le han llevado a la soledad.

Michael Douglas interpeta al prota, en un papel muy agradecido para un actor de su clase, ya que nos regala su mejor interpretación desde Wonder Boys, en cierta manera es justo que a tipos como Douglas o De Niro (Everybody's fine), se les hagan cintas a su medida, ya que son actores prodigiosos y merecen demostrar que a pesar de la edad aún tienen mucho que decir.

Por su parte la cinta no aporta nada, pero está filmada con mucha elegancia, tiene un buen ritmo, una duración ajustada y un plantel de secundarios competentes. Además las localizaciones de Boston y New York, siempre son de agradecer. No es una maravilla, pero es muy agradable de ver.

Lo mejor: Michael Douglas.
Lo peor: Ciertos tópicos en el guión.

Esta película podría resumirse con una sola escena, la que tiene lugar entre Michael Douglas (que parece hacer de sí mismo) y Jesse Eisenberg (que parece encasillado en este tipo de papeles) en la habitación del campus, y que se resume en que el primero le dice al segundo que tiene que dejar de ser tan responsable y con tantos principios y dejarse llevar por sus impulsos acostándose con toda la que pille en su camino.

El problema es que se queda en poco más que una reflexión buena dentro de un guión bastante flojo que no añade nada que no hayamos visto antes, y que además deja una imagen bastante pobre del tipo de mujeres que pasan por su vida (aclaro en spoiler) y de él mismo, porque con la simple excusa de una sospecha de enfermedad cardíaca se dedica a auto-destruirse paulatinamente y con él a todos los que le rodean (familia incluída), y todo por ser un salido.

El resto no tiene mucho más fuste, salvo el desaprovechar a un buen puñado de secundarios de lujo (desde Susan Sarandon a Danny DeVito, pasando por Mary-Louise Parker), caer en lugares comunes vistos mil veces (los problemas con el nieto y su hija) y dejar una cierta sensación final sobre el que a las personas que viven así, realmente les importa muy poco las malas consecuencias que puedan tener sus malos actos.

Por lo demás, la dirección es buena, pero no destacable (¿de verdad hacían falta dos directores para una película así??), la labor de fotografía es interesante (todos los planos parecen tener un tono viejuno, incluidos los relacionados con la juventud y las fiestas universitarias), y la lección es buena, pero regularmente contada.

En definitiva, un 5, no es que se haga larga, pero es muy previsible y poco entonada, pero insisto, la lección acerca de las consecuencias de vivir a base de impulsos es buena. De hecho no respeto a nadie que viva igual que Michael Douglas en la película, por la capacidad de destrucción que lleva a su alrededor.

Espero que no me caigan muchos negativos y ¡gracias si me lee alguien y me valora positivamente!

Me gusta Michael, qué quieren que les diga, porque todo lo que hace me lo acabo creyendo: Ya puede interpretar a un broker despiadado, un marido cornudo y asesino, un policía calentorro, un papi buscando a su hija, un profesor chiflado, un político corrupto, un amante de la Primera Dama o un buscador de joyas en el Nilo, que yo me lo termino creyendo.

Y eso que sigo sin saber si es un verdadero actorazo o simplemente un gran profesional, pero algúna de las dos tiene que ser. Quizá hasta ambas.

Aquí tenemos a un Michael en su versión más crepuscular, con un personaje que le viene que ni pintado o quizá es que él lo moldea a su gusto, a mitad de camino del maduro galán y el viejo verde, que se ve envuelto (no diré que sin comerlo ni beberlo, porque se come más de un rosco, para envidia del público masculino) en distintas situaciones más o menos (des)agradables que le llevarán, justo en el otoño de su vida a una situación límite y desesperada (a Michael siempre le pasan estas cosas) en una cinta sugerente, realizada con gran estilo visual, suave cadencia de metraje y bonitas vistas (New York y Boston, figúrense).

Al público masculino le gustará este película más que al otro, eso también se lo voy diciendo desde ya, y creo que precisamente por ello los realizadores han buscado acompañamiento de féminas de gran solvencia, Susan Sarandon y Mary-Louise Parker, para paliar este efecto. Por cierto, me parece que en la jovenzuela Imogen Poots nos ha salido la nueva Scarlett Johansson (al tiempo).

Mientras espero mi nueva dosis de Michael (la secuela de Wall Street está al caer ¿no?) esta cinta me deja plenamente satisfecho.

Les confesaré algo: Cuando tenga 60 tacos yo quiero ser como él (como el verdadero Michael y también como el personaje que interpreta en esta película... Y casi en cualquier otra).

Película sin duda auto referencial, la idea es interesante, las actuaciones son correctas, pero el guion es flojo, para ser una película dramática le faltan momentos de intensidad, para ser una comedia le faltan momentos de lucidez.
Me parece que es un intento de hacer una película sobre un hombre de más de 60 años que esta en la lona y pretende vivir como alguien de 30, pero queda solo en un esbozo.