Baby Mama (Mamá de alquiler)

La tortilla de patatas de mamá puede que no gane ningún certamen, ni sea un delicado y complejo manjar ni te sorprenda después de haberla comido cien mil veces. Pero siempre que la pruebas está igual de rica e incluso cuando pasa mucho tiempo sin catarla, se echa un montón de menos.

Pues bien, esta película es como la tortilla de patatas. Rica al paladar y fácil de digerir. Con la materia prima básica, sin rarezas ni experimentos pero siempre agradable y bien recibida. Funciona porque no pretende más que eso, procurar un placer momentáneo, fácil y gratamente olvidable. E incluso sorprende un poquito: Tina Fey, en el papel de madre de alquiler ramplona y hortera, resulta irresistiblemente cómica en contraste con la tímida elegancia de Amy Poehler o el autoparódico engreimiento de Sigourney Weaver. El personaje de Steve Martin, rompe en sus escasas, pero jugosas aportaciones y Greg Kinnear borda lo de siempre, es decir, que insufla vidilla a ese galán sosete y entrañable que todas quisiéramos que se casase con nuestras amigas.

Risas, lágrimas, tolerable nivel de azúcar y una honestidad a prueba de bomba: da exactamente lo que promete, un rato terriblemente simpático para evadirse y liberar endorfinas.

Existen docenas de películas que cuando las ves te agradan porque entretienen, divierten, asustan, conmueven… en definitiva: Hacen pasar buenos momentos. Pero una vez finalizadas se olvidan tan rápido como han llegado.
Después existe el otro cine, el que tras hora y media, o dos horas de proyección, permanece en la memoria durante, semanas, meses y más tarde años; pasando a formarte de ti como si de una vivencia se tratara. De esas grandes películas recuerdas escenas, diálogos, gestos… llegando a influir en modas, comportamientos. Haciéndonos de alguna manera mejores… incluso a veces peores… Ese es el cine que busco, el que traspasa la barrera y que cuando llega, te inunda de sensaciones que solo los acontecimientos importantes de la vida provocan.
Lamentablemente Baby Mamá pertenece al primer grupo. Mañana la habré olvidado y pasados unos meses ni me acordaré de esta crítica.

Entretenida comedia, sustentada en la química existente entre Tina Fey y Amy Poehler, (plenamente de actualidad por sus difundidas imitaciones Sarah Palin/Hillary Clinton, en Saturday Night Live, durante la última campaña presidencial en los USA). La película funciona a ratos, con algunos gags, tanto visuales, como verbales, bastante logrados, pero el tono general no llega a ser lo que prometía, viniéndose abajo a partir de la mitad del metraje y desaprovechando el enorme talento cómico que tienen estas dos mujeres. Echo en falta, un poco mas de ese humor gamberro de SNL. Sigourney Weaver y Steve Martin, pasaban por ahí.
A pesar de no dejarme plenamente satisfecho, pase un rato entretenido.

Pues sí, yo también ví la película por Tina Fey y por Amy Poelher (sobre todo por esta última), las actrices más graciosillas del Saturday Night Live norteamericano, a las que he visto en gags sueltos bastante desternillantes que se han vuelto míticos y han traspasado fronteras gracias a ese gran invento del "Youtube".

Amy Poelher es una actriz cómica de esas que hace auténticas maravillas si tiene un texto mínimamente potable. La he visto hacer de viejo verde, de novia celosa, de colegiala, de Sharon Stone... y en todos esos momentos no fui capaz de despergarme de una sonrisa. Así que sentí curiosidad en ver de lo que era capaz de hacer en un largometraje, y lógicamente me esperaba un material de humor gamberro y desenfadado...

... no sabía, ignorante de mí, que "Baby Mama" no iba a ser una adaptación al cine del Saturday Night Live. Claro, me decepcioné. Me decepcioné al no encontrarme con una comedia potente, ni con unas actuaciones histriónicas. No me podía creer que el talento de estas dos cómicas amigas fuera aquí tan desperdiciado, llegué a odiar por esto a la película durante mucho tiempo.

Y es que "Baby Mama" nos ofrece la historia de una ejecutiva de clase alta que quiere ser madre soltera y, al no lograrlo, decide contratar a una madre de alquiler que resulta ser una Amy Poelher un pelín macarrilla. Sin embargo la cosa no puede ser más desangelada y previsible. Como es de esperar ambas tendrán sus roces y diferencias, sus secretitos y confesiones... y acabarán en la amistad más forzada y tipicona.

Yo no sé si "Baby Mama" pretendía ser una comedia, un drama, una cinta romántica, ninguna de las dos cosas o de todo un poco. Pero lo cierto es que como comedia resulta de lo más fallida (yo no me reí ni una sola vez), con momentos muy poco originales y de los más olvidables que se generan a causa de las diferencias entre chica macarra/chica pija (con las continuas caras de sorpresa de la chica pija al ver la vida que lleva la macarra).

Como drama tampoco acierta, ya que todo siempre parece ideal y perfecto (incluso las vomitonas aquí parecen algo agradable). Y además su desarrollo es de lo más lento y pausado.

Es una lástima que a estas actrices no se las de un material que tenga al menos alguna escena aprovechable. Aun así no es una película del todo insoportable. El tema de las madres de alquiler está tratado en tono desenfadado pero sin llegar al insulto, la grosería, o al total absurdo. Tal vez sea esa postura poco arriesgada y políticamente correcta lo que la hace para mi ser tan neutra y plana en todos sus aspectos.

Lo mejor: Que al menos no se hace insoportable de ver.
Lo peor: Que no tenga momentos para el recuerdo.

Será que el nivel actual de este género es tan bajo o que, directamente, tenía el día tonto, pero lo cierto es que descubrí en "Baby Mama" una combinación estable entre la habitual torpeza y la frescura de ciertos momentos de su guión. Las perspectivas de antemano son terribles, es verdad, el cartel por ejemplo no ayuda mucho, pero luego uno descubre un entretenimiento medianamente emotivo dirigido para más inri por un señor, McCullers, novato en la realización cuyo mayor éxito eran los guiones de las tres partes de Austin Powers. Como nunca es tarde para redimirse este señor crea un aceptable film, una película de esas que por lo menos no te harán tirarte de los pelos ni resoplar demasiado en la butaca, con una gran vis cómica de Amy Poehler, una correcta Tina Fey y unos cuantos secundarios más famosos que las propias protagonistas. Aunque a mitad de película uno ya sabe lo que va a pasar es todo un logro que no lo sepamos a los 5 minutos como pasa en muchas otras ocasiones. Y aún así uno se deja llevar sin caer en la ñoñez o cayendo levemente con algún que otro sobresalto refrescante. Que no es poco ¿o sí?. Lo dejo en el aire.