The History Boys

La primera vez duré diez minutos. ¡Chicos, hablo de la película! A los diez minutos apague mosqueado mi reproductor. Me dije que si en diez minutos ya me había aburrido no podía esperar nada bueno. Pero a veces, por caprichos del destino, dedico segundas oportunidades. Esta vez, sí, la vi enterita. Dispuesto a culturizarme con tanta cita y tanta historia. De los años frente al televisor he aprendido algunas cosillas. Una de estas es que si estás viendo una “película de cole” americana probablemente oirás a Whitman; si es inglesa Lord Byron cae fijo; francesa, pues ahí tienes a Rimbaud. Vamos, que prácticamente no falla. Tampoco falla el típico profesor cuya misión didáctica va más allá de la marcada por los ministerios. Ni el alumno homosexual, ni el….

… Pues sí, que todo esto esta aquí. Todito junto y revuelto. Y aburre un montón. Un montón porque no ofrece nada nuevo, porque todo sigue una linealidad ya prescrita, porque huele a falso e irreal y porque a la postre lo poco diferente que tiene es que el ligón del cole quiera que su nuevo profe se la chupe. ¡Vega ya!

¡Qué si hombre, qué sí! Que a mí me ha vitaminado mi cerebro cosa mala. Si todo esto lo mezclamos con un melodrama que se ve llegar y con un final rancio y de cara a la galería tenemos un producto del que sólo saco una buena banda sonora y poquita cosa más. Se sabe del esfuerzo, vale, pero no consigue convencerme.

Podríamos decir que es una versión gay de "El club de los poetas muertos". Adaptación de una obra teatral inglesa, los protagonistas son tanto el grupo de alumnos que se están preparando para acceder a las universidades de Oxford y Cambridge, como los profesores que se encargan de su preparación.

Consigue transmitirte la pasión por el conocimiento, la poesía, la dialéctica... (ver spoiler). Todo ello, teniendo en cuenta que tanto los profesores como varios alumnos son gays, y el tema es tratado con toda normalidad.

Al final se estropea al caer en la sensiblería barata, quizás por emular "El club de los poetas muertos", pero no consigue estropear el conjunto, que está en lo mejorcito del cine "de profesores y alumnos".

Quizás sea una imagen demasiado utópica de la educación, en la vida real ni los profesores son tan maravillosos, ni los alumnos tan inteligentes, ni la homosexualidad se trata con tanta naturalidad (aún), pero eso es lo bueno de la ficción...

Al igual que "El club de los poetas muertos", debería ser de visión obligatoria en todos los institutos.

Ah!! Y es un gustazo verla en V.O. y poder entender un inglés perfecto. A ver si aprenden los americanos!!!!!!!!

History Boys es la adaptación de una prestigiosa obra teatral y eso se nota, para bien y para mal. Por un lado, la puesta en escena acaba resultando demasiado plana y sin garra, puede que en parte porque Nicholas Hytner dirigió ya en su momento la representación en teatro, y tal vez eso mismo sea lo que acabe atándolo a la cuarta pared y demás, lo que no deja de sorprender, ya que Hytner ya había demostrado antes su oficio como director en una interesante comedia amarga, Mucho más que amigos, con Jennifer Aniston, y en un espectacular filme llamado El crisol, sobre la caza de brujas, pero las de Salem, las de verdad, de un dramatismo y una atmósfera que atrapaban fotograma a fotograma. Por otra parte, puede ser algo dificil seguir el incansable y sinuoso ritmo de los diálogos, no obstante una auténtica pieza de engranaje, con frases, ideas y declaraciones que son verdaderas obras de arte.
La película consigue captar el interés por ese guión plagado de escenas memorables, y recitado de manera sencillamente perfecta por un reparto memorable, del primero al último que consiguen hacernos ver humanidad tras esos enrevesados diálogos, y además todos ellos, desde los adultos Richard Griffiths o Frances de la Tour, vistos ambos en los Harry Potter, que construyen unos personajes entrañables, Stephan Campbell Moore (A good Woman), en un rico papel que defiende con sutileza; y todo el reparto de jóvenes promesas, las estrellas de la película, que construyen una complicidad y un buen hacer y estar que transpasa la pantalla y pese a cierta frialdad en el conjunto, emocionar al espectador con sus historias humanas, no siempre morales, pero siempre comprensibles, porque si otra cosa hay que destacar y alabar de History Boys es su valentía.

A pesar de su facilón y en gran medida deleznable giro final "The history boys" tiene dentro méritos para no ser otro film absurdo de esos resumibles en "Aquellos viejos tiempos del college" con nostalgia de la mala y profesor que cambió sus vidas. 8 jóvenes alumnos se preparan para intentar entrar en Oxford o en Cambridge (tanto da que da lo mismo) y en esa recta final de sus estudios preuniversitarios los conocemos y a una serie de profesores con mentalidades y formas de educar diferentes. Aunque a momentos cargan estos cerebrines y carga tanta conocimiento histórico, literario... lo cierto es que "The history boys" casi debería ser un film de referencia en los bachilleratos del mundo entero. Consigue en gran parte transmitir la pasión por el saber y todo sin obviar el lado cínico del asunto. Hytner realiza una película que tampoco es memorable, que ahonda en temas muy espinosos y de forma siempre respetuosa y que merece una oportunidad a pesar de que si uno lee la sinópsis antes de decidirse casi den ganas de echarse atrás. No está muy lejos de "El club de los poetas muertos" pero está, afortunadamente bastante lejos de "Freedom Writers" por citar un ejemplo reciente en cuanto a cine sobre la educación.

Nicholas Hytner es un director que me gusta, sus anteriores trabajos me convencieron, "mucho más que amigos" era una comedia romántica encantadora y "el crisol" era un dramón bastante bien realizado. De ahí que me siguiera interesando por la filmografía de este director. Y así fue cómo encontré esta pequeña película, no muy conocida por el gran público, pero que merece la pena. Aunque hay que admitir que a veces puede hacerse algo redundante y pesada con abuso de citas poéticas, el plantel de actores salva la función sobradamente. No soy una fan de la poesía, lo tengo que reconocer, a mí tanta frase hecha no me dice absolutamente nada y no me emociono ni con Whitman, ni con Keats, ni con Rimbaud, pero la peli es fresca y es un canto no sólo a la vida, también a la amistad y a la enseñanza, algo que creo que está difícil de conseguir hoy en día. Precisamente, para los amantes de la docencia, para todos aquellos profesores que siguen teniendo, día a día, ilusión por su trabajo y por ilusionar con sus clases a sus alumnos, esta película será una delicia. Estoy totalmente de acuerdo con una usuaria que recomienda verla en versión original, es cierto, la película gana mucho, es el inglés puro y duro.
En cuanto a sus actores, Hytner, quién ya trabajó con ellos en el Teatro Nacional de Londres, donde se estuvo representando con enorme éxito la obra en la que se basa el film, decidió llevarla a la pantalla y lo hizo sólo en 30 días y utilizando al mismo grupo de jóvenes actores que ya lo habían hecho antes sobre el escenario. El resultado fue muy positivo. No se le puede negar a la película su influencia teatral, tanto en la forma de interpretar de sus actores como en los diálogos utilizados. Del grupo de jóvenes estudiantes, destacaría al guaperas ligón interpretado por Dominic Cooper, con una frescura y naturalidad destacada, y al más joven del grupo, Samuel Barnett, el judío pequeño y homosexual que vive en Sheffield y que da título a mi crítica. De los adultos decir que Frances de la Tour está perfecta como la maestra de Historia, que el gesticulante Richard Griffiths (al que le encuentro gran parecido con el también gesticulante Peter Ustinov) me ha conmovido aquí, creando uno de mis personajes favoritos, y que el desconocido Stephan Campbell Moore me ha parecido atractivo y correcto. La banda sonora está formada por un atractivo conjunto de canciones británicas de los 80 que no está nada mal.