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Cara a cara al desnudo

Drama Una psiquiatra que no soporta la ausencia temporal de su marido se vuelca en el difícil caso de una de sus pacientes. (FILMAFFINITY)
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
10 de enero de 2009
52 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante tamaña oda al desgarro, la mutilación emocional y los abismos mentales se me agotan los calificativos.
Afirmo, sin asomo de duda, que se trata de la obra de Bergman que más me ha afectado y consternado. Recomiendo también, por otra parte, un visionado libre de sustancias psicoactivas. Yo no me vi venir el misil al centro neurálgico de mi psique y cometí el error de verla borracho y fumado. Hacía mucho tiempo que no lo pasaba tan mal ante una pantalla, sin contar algún que otro partido del Mandril. Hubo un momento en que, totalmente abrumado por lo que estaba viendo y sintiendo, tuve que parar la proyección, airearme un poco, rascarle la cabeza a mi perro, cepillarme los dientes, y reunir los arrestos necesarios para acabar la función (impresionante el broche que Bergman se saca de la manga en la última secuencia), momento en que me puse en pie y aplaudí, deshecho y agotado. Luego, cuando quise conciliar el sueño, no podía, y me puse a leer hasta que caí desfallecido. Y hoy, al despertar, lo primero que me ha venido a la mente ha sido el rostro de Liv Ullmann, esa absoluta diosa, que ejecuta aquí una de las interpretaciones más sangrantes que recuerdo. En una suerte de exorcismo he acudido a una tienda y me he hecho con una lámina con su rostro que ya decora mi comedor.
Bergman, apiádate de mí.
Peter Gabriel 77
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4 de diciembre de 2009
34 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jenny Isaksson es una psiquiatra que se esfuerza en ofrecer una fachada de equilbrio, estabilidad, pulcritud y afabilidad. Acude a la clínica, se enfunda su profesional bata blanca, y se sienta frente a seres lastimados cuyas mentes, en señal de protesta, de abandono, o de asco hacia todo, los transportan a otras dimensiones en las que a lo mejor encuentran algo de consuelo, algo de evasión o quizás la nada, para huir de una identidad ficticia e impuesta por una sociedad severa en la que no caben, huir de algo que los machaca lenta e inexorablemente.
Jenny, a pesar de sus estudios, de sus conocimientos, de su bata blanca y de su porte inmaculado, sabe que en realidad no es quién, ni tiene el menor control, para bucear en mentes ajenas y mucho menos intentar ayudarlas. Si ella misma tiene sus tormentos íntimos... ¿Cómo puede ayudar a Maria, la paciente con la que está más ligada? ¿O tal vez, precisamente por ser otra persona cuya mente está al borde de la locura, es la más indicada para comprenderla?
Jenny viste su sonrisa adorable, su cabello dorado y brillante, sus vestimentas discretas y formales, trabaja muchas horas en la clínica, y después regresa a la casa de sus abuelos, con los que se quedará una temporada, mientras su marido Eric da conferencias en Estados Unidos y su hija Anna asiste a un campamento de verano. Las cosas engañosamente dan la impresión de marchar bien, Jenny sonríe y miente con palabras de optimismo falso.
Porque por las noches, ella sufre pesadillas y tiene alucinaciones. Sus terrores, los que son sus compañeros fieles de toda la vida, sueltan la rienda cada vez que ella cierra los ojos para conciliar un sueño que le da miedo.
Hasta que un día la crisis se adueña de ella y el curso de los acontecimientos se altera.
Bergman. Un genio del subconsciente. Fotógrafo de almas en pena, de los gritos del submundo de la psique. Retratista preciso y afilado de los dolores más internos, de las frustraciones reprimidas, de los horrores que se ensañan ante la ineficacia de nuestras pobres defensas.
Una sucesión de pesadillas y de vigilias caminando en un filo, en uno de cuyos lados está el eterno precipicio, y en el otro frágiles puntos de sujeción que a veces no resisten lo suficiente.
Bergman filmaba los abismos de la locura como si nadara en ella.
Vivoleyendo
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23 de febrero de 2009
25 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto películas angustiosas de Bergman pero creo que Cara a Cara es la que más.
La mano del maestro y la sorprendente interpretación de Liv Ullmann consiguen parar la respiración del espectador además de hipnotizarlo y de angustiarlo, Bergman consigue trasmitirnos la angustia de su protagonista.
Sonata de otoño, Gritos y Susurros, Los comulgantes, Persona, La hora del lobo, De la vida de las marionetas…y otras tantas películas de Bergman poseen momentos de auténtica angustia psicológica, Bergman consigue traspasar la frontera del cine y adentrarnos en sus personajes hasta tal punto que llega a haber una increíble simbiosis, por estas razones considero que Bergman ha sido el mejor y más increíble director de cine que haya existido, es verdad que es un cine muy personal y extrañamente austero pero es algo irrepetible, nunca ningún director había conseguido angustiarme tanto, sacar de mí esas emociones y pensamientos bien escondidas para cualquier película que se digne.
A ello se le añade la sorprendente interpretación de Ullmann, me sorprendió en Sonata de Otoño, pero aquí desborda todo lo antes visto, y el tope esta muy alto, con Persona, La hora del lobo, Zarabanda, Gritos y susurros y otros tantos títulos, Ullmann es la actriz de Bergman capaz de enternecernos con su dulce mirado y cortarnos la respiración cuando empieza a levantar el tono y grita de dolor y desesperación, sin duda es una de las actrices más sorprendentes de la historia del cine y gracias a dios no es ninguna de esas “estrellas” de Hollywood, ella tiene luz propia.
Es cierto que todo lo bueno que ha hecho ha sido con Bergman, la combinación Bergman-Ullmann es irrepetible, Bergman tuvo otras grandes musas que daban un matiz diferente a cada película.
El resultado de Cara a Cara no se podría haber logrado sin estos dos elementos fundamentales, creo que es una de las mejores interpretaciones que haya podido ver y sin hacer tanta promoción…
Bergman vuelve a uno de sus temas que más le han angustiado, el conocimiento de nuestra psicología, de nuestros temores, miedos y angustias, quiere saber el porqué de cada uno de nuestros actos y acciones analizadas desde la infancia y de cómo todo lo hecho y recibido en nuestra infancia podrá tener una repercusión para toda nuestra vida llegando a veces a auténticos estados de ansiedad y siendo la solución en muchos casos el simple suicidio.
Como hizo también en De la vida de las marionetas analiza la psicología de un hombre cualquiera que comete un asesinato, analiza todas las razones que hicieron que un hombre normal y cualquiera y bien realizado en su vida profesional pueda llegar a un asesinato, en este caso Bergman lo lleva a la pantalla de una manera sobria y austera, quizás demasiado.
Cara a Cara es el análisis de una mujer con miedo a la vida y todo lo que le rodea con grandes taras de la infancia que no puede librarse de ellas.
Continúo en la siguiente parte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
manuel
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24 de noviembre de 2005
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dino de Laurentis produjo en los 70 una de las obras menos conocidas y reputadas del maestro sueco, un drama intimista y existencial, con ramalazos fantaterroríficos y oníricos, en el que expone el retorno de una mujer a sus fobias y traumas del pasado, cuando regresa a la casa de su infancia. Ullmann, doctora de un psiquiátrico, acaba siendo psiquiatra de sí misma, luchando contra sí misma por una estabilidad emocional y humana. La gran actriz sueca se entrega a su personaje de manera encomiable, siendo la película una obra por y para ella, dónde a través de su rostro desmaquillado, sensible y locuaz se nos transmiten el sentido del amor, la angustia, el placer, la vejez y el sexo.
kafka
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2 de mayo de 2009
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Instrospección en los aspectos más recónditos de la personalidad de una mujer paradójicamente dedicada ella misma a la siquiatría.

Construído magistralmente con imágenes poderosas y picos emocionales que se apoyan en la demoledora interpretación de Liv Ullman, los claroscuros en su rostro durante los momentos más turbadores y la nitidez de los excrutadores primeros planos, se consigue un penetrante retrato de la inestabilidad humana.

Si el diagnóstico señala a los propios fantasmas de Bergman, vemos que le mantiene fiel a sus obsesiones, aquí de índole fundamentalmente afectiva.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ennis
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