Torrente 3: El protector

Un cameo tras otro (algunos muy fuera de lugar), esto es en lo que se ha convertido la saga de Torrente.
Esta película tiene un guión nefasto desde el principio hasta el final. Ha perdido la gracia, las escenas son inconexas y hay actuaciones deplorables (entre ellas la del propio Santiago Segura).
Un par de escenas con gracia intentan salvar una floja producción, pero no hay manera.

Admiro mucho a Santiago Segura. Un tío que partiendo de la nada mas absoluta se a hecho a su mismo a base de talento, ingenio, descaro y cojones. ¿Dije talento? Si, el amiguete es uno de los showman con mas ingenio de este país (cada vez que lo entrevistan es un descojone total) y un actor aceptable, siempre que se mueva dentro de unos parámetros mas o menos cómicos. Pero como director, lo siento amigo mio, pero no me la pegas. Seguí con curiosidad tu carrera en cortometrajes, la saga Evilio era simplona pero curiosa y el corto Perturbado, ganador de un Goya y todo, atisbaba cierto brote de talento narrativo.

Cuando te pasaste al largo con Torrente me pareció divertido, una forma de ganar dinero y afianzarse en el cine español hasta tener un cierto peso y afrontar proyectos más personales, me dije yo a mi mismo. Con Torrente 2 pensé lo mismo, aunque ya la cosa iba en clara cuesta abajo. Pero lo de esta tercera parte directamente clama al cielo. Santiago se que tienes un cierto talento por ahí escondido, hazlo salir algún dia. O sigue haciendo torrentes hasta que el publico quiera y sigue llenándote los bolsillos (nada que objetar, tal vez yo haria lo mismo).

Torrente 3 es el claro ejemplo de la inmensa incultura cinematográfica que desborda nuestro país (Siento si alguien se ofende, pero más me ofendí yo viendo la película y oyéndo a la gente reírse de las mayores abominaciones amorales presenciadas en una pantalla).

El señor Segura, que empezó dándoselas de alternativo y "molón", y que ahora está tan podrido de dinero que ha conseguido que su película salga anunciada hasta en las revistas de "caza y pesca", supera la barrera del ridículo (cosa que además hace a posta) y se adentra peligrosamente en lo inmoral.

Esos diez minutos iniciales, con la parodia del 11 S, son una clara muestra de los límites que nadie debe ni siquiera plantearse superar, pero que Segura atraviesa con suprema zafiedad e insultando sin ningún tipo de verguenza la inteligencia y, sobre todo, la moral de los espectadores. Supongo que si su mamá o su papá hubieran ido en alguno de los aviones no se tomaría las cosas así, creo yo, aunque, viniendo de este sujeto, a lo mejor hasta se lo tomaba a risa tambien (es que es tan moderno él).

A ver qué pasa si los américanos hacen una de sus cutres comedias parodiando el 11 M, con trenes explotando e imbéciles por medio, a ver cómo se lo tomarían esos españoles que se partían en el cine, o los familiares de todas las víctimas que murieron ese día.

Simplemente abominable.

Pero, claro, ellos van de super molones y simpáticos, y a todo le llaman parodia, como si ese palabro justificara utilizar la muerte de miles de seres humanos para hacer un chiste.

Pero esto es Torrente, y todo vale, y la taquilla sigue creciendo, y la película ganado dinero. Encontrar una explicación a esto supone un estudio sociológico de resultados demasiado temibles, creo yo; por que, si no, nada puede justificar el éxito de este bodrio zafio y amoral de proporciones ciclópeas.

Que cada uno vea lo que quiera y mantenga sus valores morales como quiera. Hace mucho que uno aceptó la inmensa incultura del espectador medio español.

¡La segunda película más taquillera del 2005 en España!
¡3.543.326 de espectadores han sucumbido ante el nuevo atentado terrorista fílmico de Segura y sus amigos!
¡Cartel de Drew Struzan y todo!

El nuevo revival casposo de Segura es sin lugar a dudas la peor de las tres partes. Si alguien pudiera viajar en el tiempo y decirle a Santiago Segura cuando estrenaba la entrañable, cutre y casposa "Torrente, el brazo tonto de la ley" que su personaje se iba a convertir en un fenómeno mediático con precedentes, posiblemente sería encerrado en un manicomio.

La segunda, "Torrente 2: misión en Marbella" era una basura, un intolerable bodrio casposo que al menos resultaba divertido. Pero "Torrente 3: el protector" es menos de lo mismo. Sin gracia, muchos y más cameos, con un presupuesto holgadísimo pero a años luz de una modesta superproducción americana. Sólo basta contemplar su persecución de autos locos para comprobar que aunque la caspa se vista de seda caspa se queda.

Insufrible de principio a fin, con escasa gracia y lo peor de todo, resulta tremendamente olvidable, con escaso gusto y dudosa moral. Lamentable.

Aunque puestos a elegir prefiero el último bodrio de Segura al último bodrio americano. Pero claro, teniendo una anti-joya patria basuril como “Karate a muerte en Torremolinos” rodada con dos duros, con más imaginación y carisma, a un servidor el nuevo torrentazo de Segura sólo le vale para maquillar los resultados más lamentables del nuevo cine español.

Ni arte ni leches. Está claro que Santiago Segura se mueve por dinero.

¿La película? Pues igual que la segunda entrega, pero peor: sobrecarga de cameos estelares (incluyendo a Oliver Stone), historia inexistente, dejadez formal, humor chusco, chiste a costa del atentado al World Trade Center (ya hay que tener poco tacto, ya...) y un guión ideado en quince minutos.

Está claro que Segura es un autocomplaciente al que no le importa el control de calidad.

¡Ah! Y lo peor de todo: el cartel del film está pintado por Drew Struzan, el genio que creó los carteles de "Indiana Jones", "Hook" y otros. Tiene narices.