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In Our Name (2010)

Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Suzy (Joanne Froggatt) es una soldado británica que regresa a casa desde Iraq. Profundamente afectada por las atrocidades que ha presenciado, Suzy es incapaz de reconectar con su hija y su marido, también un soldado que lucha por ajustarse a su nueva vida, y propenso a la inseguridad y los arranques de violencia. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Guerra de Iraq
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
In Our Name
Duración
93 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Premios
2010: Premios British Independent Film: Mejor nueva promesa (Froggatt)
5
Desastres mentales de la guerra, violencia oculta en los soldados
La sinopsis de esta película está realmente bien: resume la totalidad del film sin desvelar nada que te fastidie su visionado o su final. Lo transcribo, dado que son pocas líneas, para recordar la historia y basar mi crítica.
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Suzy es una soldado británica que regresa a casa desde Iraq. Profundamente afectada por las atrocidades que ha presenciado, Suzy es incapaz de reconectar con su hija y su marido, también un soldado que lucha por ajustarse a su nueva vida, y propenso a la inseguridad y los arranques de violencia.

La película plantea los desastres que causa la guerra a nivel mental, para todos loa que la viven, por las atrocidades que ven, así como que para otras personas ser soldado les sirve de vía de escape legal para la violencia que acumulan dentro.
Viendo la película se plantean dilemas morales como escoger entre la seguridad de tu familia o la de cargarte a otra persona porque represente una amenaza para ella. Lo que se convierte nuestra sociedad a causa de los lavados de cerebro que se hace con la religión integrista y la confabulación e los gobiernos para reordenarla.

Ahora bien... Todas las cuestiones y debates que se puedan derivar, no tienen razón de ser cuando recordamos para qué sirve un ejército, qué razones tienen las personas para ser soldados o meterse en el ejército, qué esperan los soldados a los que se envían a primera linea...
Quien se mete a soldado tiene violencia dentro de sí, el que va a la guerra, orgulloso de defender a su país (u otos intereses posiblemente menos evidentes) ya sabe que va a matar a gente, que va a ver a inocentes morir, que es muy posible que el estar lejos de la familia, en un ambiente hostil, le cambie las preferencias sexuales o del ser amado durante un periodo... Debe conocer que la familia que cree va a convivir con el estatus de soldado, con armas, con ganas de doblegar a otros... Entonces... ¿Sirve de algo el debate que pueda producirse o toda la pelicula es una gran pregunta retórica?
¿Qué esperabas, chica, qué esperabas?
Si no te gusta la guerra... ¿Pa qué te metes?
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Tras las consecuencias del conflicto
Si bien los horrores de la guerra en el medio cinematográfico se han vivido por lo general desde su interior, ya fuese forjando alegatos antibélicos o ejerciendo sencillamente la función de simples crónicas, sus consecuencias también han encontrado en la gran pantalla un reflejo capaz de indagar en el sentimiento de las víctimas y la posterior conmoción producida por los efectos del conflicto. Con las consecuencias de la Guerra de Irak todavía coleando, son no pocas las miradas que han centrado su atención en otro tipo de víctima: no aquella ajena a un conflicto en el que no participa, sino de la que interviene directamente en él y termina por devenir a través de sus secuelas psicológicas en un tipo de víctima que suele quedar en un segundo plano, pero no por ello resulta menos importante o posee menor interés desde el punto de vista sociológico.

A ello apunta el segundo largometraje de Brian Welsh en la dirección, cineasta más bien afincado en el entramado televisivo que prepara ahora el que será su cuarto trabajo tras las cámaras, Beasts, y que en In Our Name nos pone tras un escuadrón de soldados británicos recién llegados de la Guerra de Irak que deberá sobreponerse a los efectos de dicha contienda tras reunirse de nuevo con sus seres más queridos.

Una hilera de banderas británicas erosionadas por las condiciones climatológicas y encogidas sobre sí mismas parece darles la bienvenida a un hogar que certifica en esa imagen cierta distorsión, una lejanía que se comprende a partir de la ausencia. El tren en el que se encuentran, estacionado a expensas de la (definitiva) vuelta a casa, se establece así como el reflejo de esa parada física y emocional acontecida con la marcha a Irak, algo que refrendará un pequeño pero vital detalle cuando Suzy, la protagonista del relato, llegue a casa de nuevo y contemple la escapada de su hija ante el recibimiento generalizado, como si de una total y completa desconocida se tratase.

Brian Welsh forja así a través del simbolismo y la imagen un retorno siempre contemplado desde el vacío dejado por ese periplo emprendido por los soldados, que no sólo deben hacer frente a una serie de crudas estampas y secuencias a rememorar día a día, sino también ante el hueco desarrollado durante su marcha. En ese sentido, la mirada de una hija en un inicio distante, la incomprensión de una pareja ante la que se crea cierta distancia al haber establecido vidas paralelas, ajenas, y la propia alienación del individuo al continuar viviendo una realidad que ha sido dejada atrás, pero queda evocada tanto en escenarios —esas calles suburbanas repletas de edificios abandonados— como situaciones —propias de ese tipo de barrios como en el que se aloja la protagonista—, funcionan como espejo de una circunstancia compleja que nos otorga una percepción distinta acerca de esas vidas retratadas.

Así, momentos como los del colegio, en el que se confronta la visión afligida de Suzy y el prisma inocente de los niños, o la actitud un tanto obsesiva e incluso despótica de la pareja de la protagonista, amplifican si cabe una tesitura que en ocasiones se puede antojar extrema por las reacciones que observamos en Suzy, pero en realidad no son más que la consecuencia de todo ese estrés psicológico y vacío creado por las vivencias exploradas en mitad del conflicto bélico.

Si bien Welsh, pese a la situación descrita, no sostiene todo el conjunto con la misma mesura, es capaz de no ahogar el retrato realizado en un espacio dramático que bien podría llevar In Our Name a un terreno en exceso recargado, pero sin embargo evita logrando dotar de pulso y seguridad secuencias tan delicadas como la de cama tras el reencuentro con el taxista. In Our Name es, en definitiva, una crónica dura donde el desasosiego se persona sólo en momentos puntuales, y el carácter de sus imágenes logra ir más allá de sus decisiones de guión, haciendo de un simple alambrado en la valla que separa el patio de una casa de la calle colindante un reflejo fehaciente de una realidad que ya nunca volverá a ser la misma.


Crítica para www.cinemaldito.com
@CineMaldito
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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