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Elefante blanco (2012)

Elefante blanco
106 min.
6,2
5.320
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Disponible en:
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Trailer HD (ESPAÑOL)
Sinopsis
Narra la historia de amistad de dos curas, Julián y Nicolás, que tras sobrevivir a un intento de asesinato por parte del ejército durante su trabajo en Centroamérica, se asientan en una barriada de Buenos Aires para desarrollar su apostolado y labor social. Allí conocen a Luciana, con quien lucharán codo con codo contra la corrupción, un mal endémico de la zona. Su trabajo los enfrentará con la jerarquía eclesiástica y con el poder gubernamental y policial. A pesar de todo, seguirán arriesgando sus vidas para mantener su compromiso y su lealtad con los vecinos del barrio. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Religión Pobreza Amistad Drogas Drama social
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Argentina Argentina
Título original:
Elefante blanco
Duración
106 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Argentina-España;
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Premios
2012: Festival de Cannes: Sección oficial a concurso (sección "Un Certain Regard")
2012: Festival de La Habana: Mejor montaje
2012: Premios Sur: 11 nominaciones incluyendo mejor película y director
5
Oportunidad perdida
La palabra que la define es "chasco".

Tras una excelente idea, tras una propuesta convincente, e incluso tras una primera media hora de notable alto, la película se viene abajo, cae en todos los tópicos más típicos y ramplones que quepa imaginar y, al fin, se desangra en el absurdo. Tanto es así que ni el siempre fenomenal Ricardo Darín la salva porque su interpretación, contenida y ajustada a lo que demanda el personaje, se pierde en mitad del marasmo de un guión que, por querer abarcarlo todo, termina no apretando absolutamente nada.

Consecuencia: pese a estar, en general, bien acabada en el plano técnico, termina por ser un batiburrillo indeciso que no funciona como película de crítica social, ni como análisis serio de las actitudes de la curia eclesiástica, ni como relato sociopolítico, ni como drama humano, ni se tiene como biopic de curas idealistas. Por ello, ni emociona, ni indigna, ni convence, e incluso llega a resultar algo lenta por culpa de su desconexión progresiva con el espectador. No suspende en casi nada de lo que ofrece, pero fracasa en casi todo lo que propone.

Una oportunidad perdida pues, de haberse decantado sus creadores por alguna de las muchas opciones que plantean, en lugar de perderse en la vorágine de los argumentos cruzados, podría haber sido una película realmente grande.
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44 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Más allá de las palabras
El último film de Pablo Trapero es una conmocionante pintura social construida con los mejores recursos cinematográficos que se apoyan en la solidez de la imagen como punto de partida.
Elefante Blanco” aborda con calidad y sobre todo sin manipulaciones, la más salvaje de nuestras realidades sociales pero entendiendo al cine como espectáculo atrapante y movilizador.

La película toma su nombre del edificio a medio construir, símbolo viviente de las idas y vueltas de la historia argentina, proyectado en 1937 por el diputado socialista Alfredo Palacios, ideado para ser el hospital más grande de América latina. La obra -ubicada en el límite de Ciudad Oculta- nunca llegó a terminarse y actualmente persiste como un esqueleto emblemático de un oscilante compromiso de los distintos gobiernos hacia los más desposeídos. En esa locación, adaptada por la producción, transcurren partes fundamentales de la película.

El guion aborda la compleja realidad de las villas (hace una condensación de todas ellas) y se acerca desde la mirada de quienes se integran a esa realidad para mejorarla, como el caso de los llamados “curas villeros” que trabajan y misionan con sus habitantes, tratando de mantenerse independientes de los devenires políticos. En este sentido, aun siendo ficción, la película pretende dialogar con la realidad, haciendo referencia a la figura del padre Mugica y al edificio inconcluso mencionado, que son íconos reales, históricos. Aunque también se impone la actualización del actual contexto posglobalización, envilecido y mucho más violento que el que conoció Mugica.

Tanto los protagonistas principales como los secundarios, conjugan profesionalismo y espontaneidad, aportando expresividad y lenguaje acorde, imprescindibles para construir realismo verosímil y crear un clima de naturalidad.

La película se inclina por un relato más bien clásico, alejado de estéticas videocliperas, en el que se destaca el aprovechamiento de las locaciones mediante un virtuoso trabajo de cámara y fotografía que busca planos largos sin cortes, iluminados de distinta forma (hay varios memorables).

“Elefante Blanco” empieza y termina de la misma manera: sin diálogos, cediendo el protagonismo a la imagen y la música, hay gemidos, rezos o llantos en vez de palabras. La mirada visceral es lo fundamental. La soberbia puesta en escena permite que el espectador sea un testigo, un habitante más de ese espacio. Trapero apela a la fuerza de las imágenes. Y, en ese sentido, cada uno de sus planos tiene una potencia, una convicción y una carga emotiva que arrasan con cualquier suma de palabras.
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48 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
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