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Una estrella y dos cafés (2005)

Una estrella y dos cafés
85 min.
5,8
200
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Sinopsis
Carlos (Gastón Pauls), un joven arquitecto en crisis con su pareja, llega a un pequeño pueblo del norte de Argentinao para construir un complejo de cabañas. Allí conoce a Estela (Marina Vilte), una niña de trece años, pero no se da cuenta de que esa relación ingenua y platónica, hará que la niña descubra el amor y se haga mujer. La llegada de su esposa (Ariadna Gil), que trata de arreglar la relación, le hará descubrir la importancia de ese sentimiento ya perdido. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Argentina Argentina
Título original:
Una estrella y dos cafés
Duración
85 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Premios
2006: Premios Sur: Mejor fotografía, sonido y actriz revelación (Marina Vilte)
7
Conectarse con lo propiamente humano
Película sencilla de altos y bajos. La vida desde una perspectiva sencilla, alejada de las grandes ciudades. Los sucesos de la vida desde una perspectiva de las solitarias y hermosas tierras del norte argentino, desde un pueblo pintoresco, humilde y bello.

En esos lugares los protagonistas van teniendo un encuentro consigo mismo, desde las cosas cotidianas de la vida, las mismas que se olvidan y se ignoran en la bogaren de las urbes modernas.

Si bien la película posee varios elementos desechables, por ejemplo: el juego de las estrellas queda un poco cursi (sobre todo con la intervención de las imágenes), el trato que podría haber tenido el desenlace del amor ingenuo de Estela hacia Carlos, las actuaciones no son del todo convincentes (salvo la de Adriana Gil, que esta soberbia), etc. Pese a todos los defectos, la película tiene un grado de romanticismo, porque nos conecta con la esencia de la vida, las emociones más puras del ser humano y ese primer amor no correspondido que nos desvive, el mismo que a todos alguna vez nos paso.

La película tiene escenas muy asertivas, por ejemplo: cuando Tomás, completamente borracho, sostiene con sus pies el elástico con que juegan las niñas. Aquella en que el "guaton" al darse vuelta y conversar con Carlos, se despreocupa de su tarea de arquero, recibiendo un gol y el reclamo de su compañero. O bien la escena en que pasan a buscar a Carlos en la camioneta para ir al festival y lo llaman mediante un coro de zampoñas. Cada vez que la película abandona las pretensiones, se aleja de los cliches, logra emocionar.

Al final, recordar la sencillez, en aquellos hermosos parajes, vale la pena. Recordar que los niños pueden vivir entreteniéndose con un sencillo elástico, una canchita de fútbol, una televisión que más bien parece radio porque no se ve y bueno el juguete más importante de todos: su imaginación. No hay necesidad de consolas, celulares, y tantos distractores, que parecen entretenernos, pero en realidad es más bien lo que hacen es distraernos de lo esencial.

Por más que no sea una gran película, por más que tenga varios elementos “cursis” es una película que nos producirá la sensación confortante de ver lo propiamente humano, que tanto cuesta vivir en los tiempos de hoy.
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23 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Sencillamente... Una estrella y dos cafés.
La vida no es tu trabajo; no es el dinero; no es el éxito.

La vida eres tú.

El trabajo no es lo básico: si lo tienes te sentirás en paz contigo mismo al sentir que formas parte útil de algo, o como un gusano al haberte vendido "sólo" para comer; si careces de él echarás en falta el sentimiento de pertenencia y tu propia visión se te antojará indigna, vacía y desaprovechada; sólo tu sabes que pierdes.

Con el dinero pasa igual: si lo tienes no será un problema; si careces de él parchearás la situación para sobrevivir hasta que no sea necesario proque sabes que las cosas cambiarán. Lo harán.

En ambos caso, el dinero y el trabajo son meros instrumentos para un fin último: tu mismo.

La vida; tu vida; es miedo, la tristeza, la desesperación, la motivación, el amor, la seguridad, la pertenencia, el sexo, las carcajadas, la intimidad, la protección, el vacío...

Eso es la vida y eso es "Una estrella y dos cafés", no hay nada accesorio, no hay nada frívolo ni grandilocuente, bastante importante es la propia existencia como para siquiera pensar en alterarla, en edulcorarla, en pervertirla.

Sólo se habla de lo importante para los ojos que quieran ver, sólo lo perdurable alcanza sentido para las almas que lo valoran.

"Una estrella y dos cafés" - el título más evocador y profundo de cuantos he oído- . "Una estrella y dos cafés", la sencillez y el misterio de la vida y sus sentimientos; la realidad de no tener miedo a vivir lo que realmente importa.
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12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
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