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José Martí: el ojo del canario (2010)

José Martí: el ojo del canario
120 min.
6,5
108
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Sinopsis
José Martí, entre los 9 y los 17: los únicos años en que conoció de cerca a su patria y en los que aprendió a amarla y entenderla, para hacer la magna obra que le tomó el resto de su vida. No es una biografía: es un itinerario espiritual inspirado en la infancia y adolescencia del héroe nacional cubano José Martí. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Política Revolución Cubana
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Cuba Cuba
Título original:
José Martí: El ojo del canario
Duración
120 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Cuba-España;
Premios
2010: Premios Ariel: Mejor película iberoamericana (ex aequo)
2
El gran masturbador, Cristo redivivo o De la utilidad de las metáforas avícolas
FASE 1: José Martí es un niño sensible que se masturba en hamacas y junto a cuevas de tarántulas. Su padre es malote, pero buena gente.

FASE 2: El joven poeta ya traduce a Lord Byron, quien parece habérsele metido dentro, se porta mal y lo encarcelan. Su madre le dice magistralmente y a intervalos plano/contraplano en los que su cara apenas se deja ver porque la tapan los barrotes desenfocados de la celda:
"¿Estás durmiendo bien?; hace mucha frialdad; voy a pedir que te pongan otra loneta; te haré un poco de natilla".
Su padre se convierte en el Gran Villano, aunque todo el mundo en la película lo asume como algo normal.
FASE 3: Jesucristo, la Virgen, y el padre arrepentido (cariñoso): aconsejan al poeta que haga "una retractasión", pero él, fiel a sus principios, no obedece; Lord Byron.

Algunas observaciones técnicas sobre el film:
Guión:
Los españoles y los rubius son el p*** diablo.
Los revolucionarios cubanos tienen 19 años, los españoles, 79.
La película está dedicada en una fuente preciosa a "Beatrix Maggy".
La metáfora del canario es reveladora. "O tú o tu amigo, como en la primaria" cierra el círculo narrativo poético.

Fotografía y montaje: Excelentes.

GÉNERO: "Hazlo por mí" es la frase que más repiten varias mujeres cuando tratan de convencer a sus maridos a grito pelado de que dejen de lado sus actividades revolucionarias. ¿Es que no hubo mujeres revolucionarias? Las mujeres aparecen en el film como mero decorado y solo dos veces se rebelan contra la autoridad masculina (las hermanas pequeñas del Adonis). A juzgar por la sumisión de su madre ante los golpes del padre, parecía que ella también aguantaba palizas. Todo muy patriarcal, digo, inspirador.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Pepe el disparatero
El niño y el mundo.
A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar.
Es muy mala, eso es obvio. Política e históricamente es una chufla; una inefable suma de escenas gruesas, de groseras simplezas y burdas propuestas, un panfleto a lo bestia, maniqueo, grotesco, nefando. Del resto, no hay mucho.
En la primera parte, de más chico, todavía; el bendito se masturba y mira animales y perece bueno y quiere mucho a los suyos; pero ya de adolescente se convierte en un fanático hierático que ni siente ni padece, capaz de quedarse helado, impasible, como un robot frío, mártir y tentetieso, aunque a su madre se le escape la vida a puro grito, pidiendo auxilio, que él la ayude un poco, y nada, ahí se queda parado, mudo, seguro que orgulloso de su heroísmo y delirio, hasta que llega otro y le salva. Ya no tiene ni sexo ni sentimiento, lo perdió todo por el camino.
La fotografía es cuidada (con aire acusado de telefilm, también es cierto) y los actores se esfuerzan mucho, demasiado, pero todo está viciado de antemano, al presentar la Historia en forma de espectáculo melodramático ahíto de un histerismo nefando que transforma todos los acontecimientos en una miniatura alocada y gritona, que no explica nada ni esclarece ningún contexto, solo ruido y furia, barbarie y espanto. El foco se reduce a confirmar los prejuicios con los que empezamos, no hay ni indagación ni investigación ni profundización, solo pirotecnia huera y sensacionalista, epidermis, animalidad, bajos instintos, tratar de exacerbar mediante lo más zafio y bruto, como si el espectador tuviera un recipiente vacío en lugar de, se supone, cabeza con pensamiento propio. Es tan tosca que aburre y distancia, nada importa, solo se contorsiona como si sufriera un ataque de salvaje epilepsia.
Lo mejor es el final, esas pocas líneas de un poema de Martí tienen más belleza y verdad que todo lo anterior tan cutre y basto.
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3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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