Mariquilla Terremoto (1938)

Por suerte tras su horripilante debut cinematográfico en la insufrible y abominable película "Rosario la cortijera" Estrellita Castro encontró a la persona que iba a definir una personalidad concreta para ella en el cine que fue Benito Perojo quien consiguió para ella una imagen renovada que nada tenía que ver con la ofrecida en "Rosario la cortijera". Perojo hace gala una vez más de su habilidad para contentar a los públicos populares en "Mariquilla Terremoto" donde Estrellita demuestra tanto un talento musical notable como una personalidad singular y espontánea que hicieron que esta mujer fuera un mito durante mucho tiempo pero como en nuestro país se olvida pronto a la gente que tiene arte en sus últimos años de vida padeció un cierto olvido y además tuvo unos problemas con la visión que fueron de mal en peor. En todas las películas que hizo con Perojo demostró que poco tenía que envidiarle a la sobrevalorada Imperio Argentina en cuanto a la capacidad de mantener la atención del espectador y aún menos en "Mariquilla Terremoto" que es la que menos contenido tiene por lo demás al ser aquella donde la búsqueda de su lucimiento queda más patente. La delirante escena del nerviosismo de la protagonista al debutar ante un público alborotado es una de las mejores de este digno film.

Es la 1ª película española, contando desde que he empezado a verlas por orden cronológico, en la que los actores hacen un papel realmente profesional, y están, en general, muy bien, con representaciones dignas de una película que van a ver muchos espectadores en un época en el que, posiblemente, fuera el asueto visual principal.

Aquí vemos una comedia y nos cuentan una historia de la gran cantante Mariquilla Terremoto, interpretada por la estrella de las estrellas, Estrellita de Castro, en la vemos desde sus primeros pasos, en la corrala de su casa, y en el teatro de su pueblo, hasta su triunfo en París. A su alrededor el típico señorito sevillano que lo dilapida todo en juergas, en el finito y en todo lo que se menea, que se ha comido la herencia familiar, y si tuviera dos más también se las comería, y que, sin embargo, es un rompecorazones, un charlatán de categoría y un embaucador de los buenos, y ahí se mueve, durante toda la película, engañando a tirios y a troyanos, y sacándoles los cuartos con una habilidad digna de reconocimiento.

Me recuerda, pero mucho, a un muy buen amigo de toda la vida, esto en la vida real. En definitiva, un poco más de hora y media de asueto, con esa historia entretenida y adornada por las canciones de la gran Estrellita de Castro. Un 6,5.