Johnny Ratón (1969)

Película sentimental que va estropeándose argumentalmente por un sentido de lo trágico poco acertado para una pantalla lo que supone un defecto que está presente en algunas otras realizaciones dentro de la más bien regularcita filmografía de Escrivá. El rumbo que toma la narración a partir de la última media hora hace que la película no destaque demasiado en dicha filmografía pero no obstante hay cosas destacables como los habilidosos movimientos de cámara y una fotografía muy aceptable. El film está bien realizado desde el punto de vista formal pero no ofrece nada nuevo con respecto al cine religioso realizado con anterioridad en España ni en el tono ni en su sentido de la estética. Robert Packer interpreta correctamente el papel principal dominando sus matices tragicómicos y entre los demás actores nos encontramos con dos argentinos que brillaron bastante en el cine español como son Luis Dávila y Jorge Rigaud que son actores elegantes. A partir de los años 70 la filmografía de Escrivá sufre un desafortunado y brusco cambio temático especialmente a partir del éxito de "La lozana andaluza" por lo que sus films de los años 60 todavía resultan aceptables en la comparación. Que "Johnny Ratón" despierte interés depende mucho del paladar del espectador ya que este tipo de cine tanto ha despertado estima en unos casos como odio en otros.

Sobre la lacerante manipulación de la religión y la ortodoxia política que el cine del régimen impuso, ya en sus años finales bajó un escalón más aprovechándose de "los niños cojitos" y la Orden de San Juan de Dios. Como las lagrimitas de lástima y el vergonzante tratamiento dado a la polio, a la sazón enfermedad base a la que se enfrentaba la orden, acudieron al negro guapo de larga tradición (y de rabiosa actualidad por aquello de la presencia yanki en las bases) y a algún que otro guapo más, al voluntarismo que mueve montañas y a demás mamarrachadas triunfalistas, cancioncita incluída, dando como resultado una de las peores películas de "habitos" del cine español.
Casi da vergüenza haberla visto, la única disculpa es que tenía diez años cuando la vi.