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El mundo es grande y la felicidad está a la vuelta de la esquina (2008)

El mundo es grande y la felicidad está a la vuelta de la esquina
105 min.
7,0
658
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Trailer (BÚLGARO con subtítulos en ESPAÑOL)
Sinopsis
Tras un accidente de coche, un joven búlgaro llamado Alex no puede recordar ni siquiera su nombre. Para curar su amnesia, su abuelo Bai Dan se marcha a Alemania y le organiza a su nieto un viaje espiritual, cuyo destino es su país de origen y, por tanto, el pasado. En distintos lugares, momentos y medios de transporte, cruzando media Europa, juegan al backgammon, el juego más sencillo y sin embargo el más complejo de todos. El juego lleva a Alex a recordar quién es y simboliza la historia. El destino es el dado que tenemos en nuestras manos y la vida es un juego a medio camino entre la suerte y la habilidad. Seleccionada por Bulgaria como candidada al Oscar 2010 en la categoría de película de habla no inglesa. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia dramática Road Movie
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Bulgaria Bulgaria
Título original:
Svetat e golyam i spasenie debne otvsyakade (The World is Big and Salvation Lurks around the Corner)
Duración
105 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Bulgaria-Alemania-Eslovenia-Hungría;
6
La importancia de conocerse a uno mismo
Alex es un chaval prácticamente alemán que nació y creció parte de su vida en Bulgaria. Bai Dan es su abuelo, un jugador de backgammon que sólo quiere recuperar a su nieto. Seleccionada por Bulgaria para representar al país en los Oscar 2010 en la categoría de film de habla no inglesa, "The World is Big and Salvation Lurks around the Corner" da comienzo con una voz en off que remite a films como Léolo. Parece que lo que vamos a presentar es un retrato de una infancia diferente, disfuncional, uno basado en sensaciones más que en hechos tradicionales. Pronto se elimina esta impresión y nos descubrimos ante una suerte de road movie que alterna drama y comedia, en la que seguimos la vida de Alex alternando entre pasado y presente: tras un accidente de coche -en el que fallecen sus padres- el joven se queda amnésico y, con su abuelo, deberá recuperar sus recuerdos y descubrir quién es y de dónde procede.

Dejando claro que no tiene el punto de partida más original de la historia, Komandarev se las arregla para que su historia no se venga abajo durante las casi dos horas de metraje, funcionando tanto como fábula vital como a modo de drama intimista, emotivo, sobre dos personajes que deben seguir unidos para poder salir adelante. Un poco como lo que vimos en la maravillosa "Up" de Pete Docter, pero al estilo europeo, con mucha mirada intensa y planos fijos. Dirigida con solvencia, el mayor problema del film (notablemente interpretado, eso sí, por un genial Miki Manojlovic y un correcto Carlo Ljubek) es quizá que en algunos momentos fuerza demasiado las situaciones. Eso al margen de que, en varias secuencias, decide tomar el camino fácil y no dejar demasiado a la imaginación del espectador.

"The World is Big and Salvation Lurks around the Corner" tiene afortunadamente muchos más aciertos que errores, siendo uno de los más valorables el modo en que utiliza el backgammon como metáfora de la propia vida, un simple juego de azar, que no siempre es tal cosa sino que, de vez en cuando, también se presta a situaciones inverosímiles o, como diría algún optimista, milagros divinos. Cargado de buenas intenciones, es un film que sin duda merece la pena visionar, que no aburre, que cuenta con personajes atractivos y que nos permite conocer cómo se las ingenian en uno de los países con menos presencia a nivel cinematográfico.
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19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Dios no juega a los dados
Aún a riesgo de que algún estudioso de la física cuántica me crucifique por el título de mi crítica creo que se ajusta bastante bien a esta obra magistral de Stephan Komandarev y a lo largo de ésta trataré de explicar por qué, con permiso de Einstein.

Lo cierto es que para nada esperaba encontrarme con algo de tal excelencia, ni mucho menos con la mejor interpretación que he visto hasta el momento de Miki Manojlovic, pero todas mis expectativas se han visto superadas con creces por esta película conmovedora y humana allá donde las hayan. El guión, basado en la novela autobiográfica del joven escritor germano-búlgaro Ilija Trojanow, lleva a cabo una adaptación magistral a la gran pantalla de una obra literaria compleja. Sin embargo, la habilidad de Stephan Komandarev, un Miki Manojlovic en estado de gracia, un Carlo Ljubek tan sorprendente como desconocido para mí y, no hay que olvidarlo, un elenco de actores secundarios que rayan a un nivel increíble (los padres del protagonista, Shashe y los del asilo italiano para refugiados políticos) conforman una obra que crece por momentos en una progresión ascendente que parte de un nivel muy alto. La banda sonora también contiene una relación de canciones cuidadosamente escogidas que acompañan a las diferentes escenas al milímetro, aportando profundidad e intensidad (a destacar para mí el tema del final, que me dejó con un regustillo muy dulce; en las escenas del camping también vemos al famoso y genial clarinetista Ivo Papasov y su orquesta).

Por lo general las "road movies" tienen algo que las convierten en mi género favorito, pero es que estamos ante una particularmente bien hecha, se nota el mimo del director, el compromiso de todo el equipo. La ambientación no podría haber sido mejor. El film no escatimó en medios a la hora de emplear múltiples emplazamientos, algunos de una belleza inigualable como los de las escenas rodadas en esas estribaciones de los Alpes eslovenos o las del pueblo de los protagonistas, Karlovo, en Bulgaria. Todo esto confiere una magia especial a todo el film, porque al fin y al cabo ¿qué sería de una road movie sin esos hermosos paísajes que unen en un lazo indisoluble a los protagonistas con el mundo que les rodea, con el mismo aíre que respiran? Precisamente es el aplomo de los actores el que hace esto posible, el que dota de credibilidad a esta historia de superación y reencuentro con el yo interior. El fin refleja a la perfección el modo en que en ocasiones ciertos hechos traumáticos pueden ponernos ante la evidencia de la miseria de nuestras vidas: quizás por el simple hecho de no saber de dónde venimos, esto es lo que quizás hace más difícil el saber a dónde vamos provocando una sensación de endémica crisis existencial.
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18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
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