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Misión en Moscú (1943)

Misión en Moscú
123 min.
6,7
226
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
El empresario Joseph E. Davies es nombrado por el presidente Roosevelt embajador de los Estados Unidos en la Unión Soviética para que averigüe cuáles son las intenciones de este país respecto a la inminente Segunda Guerra Mundial (1939-1945). El embajador se llevará algunas sorpresas en una nación que pocos conocen realmente. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Política Propaganda
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Mission to Moscow
Duración
123 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1943: Nominada al Oscar: Mejor dirección artística (Blanco & Negro)
9
Un acercamiento a la URSS con mentalidad objetiva
Este es uno de los filmes más sorprendentes que haya podido hacerse en los Estados Unidos de Norteamérica. Primero, porque fue producido por uno de los más poderosos Estudios de aquellos tiempos: Warner Bros. Segundo, porque se hizo, en 1943 (en plena II Guerra Mundial), con el beneplácito del gobierno de Roosevelt y como un fuerte filme de propaganda; y tercero, porque su propósito es rectificar -de la manera más objetiva que podía hacerse- la imagen de la Unión Soviética, y demostrar su relevante e imprescindible presencia durante la lucha contra el fascismo.

Todo se inicia con la publicación del libro, “Mission to Moscow”, cuyo autor, Joseph E. Davies, fue embajador norteamericano en la URSS (1936-1938) y vivió siempre por encima de toda sospecha de que tuviera interés alguno en el comunismo ya que, como empresario, tenía una indeclinable fe en el capitalismo; creía en la libre empresa; y era acérrimo defensor del individualismo... y fueron, precisamente estas posiciones, las que animaron al presidente, Roosevelt, a llamarlo para ejercer dicho cargo diplomático, además de que sabía también de una cualidad indeclinable en Davies: Era objetivo y diría, exactamente la verdad de lo que viera y oyera en su misión.

Y así, entre los informes que trae Mr. Davies, y que el filme presenta con relevancia y claridad, queda sentado que: La Unión Soviética era una nación que buscaba “el máximo de bienes para el máximo de gente”; abogaba decididamente por la paz del mundo; y, sin ella no hubiera sido posible enfrentar con éxito al fascismo.

Michael Curtiz, el director asignado para esta singular empresa fílmica, consigue un cuidadoso y sorprendentemente bien filmado documento histórico, el cual es presentado, en las primeras imágenes, por el propio embajador Davies, dando así cuenta de que aprueba, sin objeciones, todo lo que veremos.

Entre los muchos aportes de este gran filme, se revela mediante una representación casi fidedigna del verdadero juicio, lo que la prensa de derecha llamó, “purgas stalinistas”, que no fue más que un juicio objetivo e imparcial contra verdaderos traidores al régimen. También –para acallar a los detractores del comunismo- se ilustra el sustantivo progreso industrial que se venía dando en la URSS, en aquellos años. Se deja en claro que, quizás, ningún líder de una nación ha sido nunca tan mal juzgado como Iósif Stalin... y se muestra la cordialidad y el respeto con que se trataban los cuestionamientos de los visitantes extranjeros.

Pero, había alguien que no deseaba que se difundieran profusamente verdades tan contundentes... y entonces, el filme fue llevado ante la infame Comisión de Actividades Antiestadounidenses (HUAC), donde no tardó en ser acusado de antidemocrático… y el notable guionista, Howard Koch, ¡fue puesto en la lista negra!

<<MISIÓN EN MOSCÚ>>, es un material imprescindible para políticos, historiadores y el público en general.
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39 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Propaganda yanqui para justificar la coalición con Stalin
Estamos ante un buen film en el plano artístico, pero totalmente risible en el plano histórico. "Misión en Moscú" está a la altura histórica de "El judío Süß" o "Fuerzas ocultas", dos películas de propaganda financiadas por la Alemania nazi para denostar a judíos y masones. "Misión en Moscú" es una curiosidad en la Historia del cine estadounidense y un ejemplo de hasta qué punto la realpolitik se impone cuando hay un enemigo más amenazante a la vuelta de la esquina.
La película está basada en las vivencias de Joseph Davies, embajador estadounidense en Moscú, que en un derroche de agudeza afirmaba cosas como que nunca había comido mejor que en la Ucrania del Holodomor, y que eso de las hambrunas era una exageración, cuando no una invención de la prensa. Davies tampoco vio nada raro en la desaparición de enormes cantidades de personas (incluidos ciudadanos estadounidenses que habían llegado a la URSS después del crack del 29). Tampoco los procesos de Moscú le generaron ni la más mínima sospecha al avezado embajador. Según los stalinistas, Rusia estaba llena de espías, enemigos del pueblo, trotskistas, fascistas, sociatraidores, boicoteadores zaristas, conspiradores burgueses, etc, etc....pero al bueno de Davies no se le movía ni una ceja con todo esto. Vamos, que Joseph Davies era lo que se dice un auténtico lince (que Davies y su mujer fueran coleccionistas de arte ruso seguro que no tuvo nada que ver con esta ceguera selectiva del diplomático. No hay que ser malpensados).
Toda la película es pura propaganda, pero alcanza unas cotas insuperables cuando, hacia el final, afirma que Rusia invadió Finlandia porque los dirigentes finlandeses eran nazis y se iban a dejar invadir por Hitler. Con un par de narices. Le faltó explicar por qué la URSS invadió también Estonia, Letonia y Lituania unos meses después. Supongo que hasta el guionista Howard Koch tenía ciertos límites de vergüenza que no quiso traspasar.
En fin, "Misión en Moscú" es una película muy interesante, pero a años-luz de la palabra "honestidad".
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8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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