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CSI: Caso cerrado (TV) (2015)

CSI: Caso cerrado (TV)
97 min.
5,3
310
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Sinopsis
Un suicida hace estallar su chaleco de explosivos en el casino Eclipse, propiedad de la exagente Catherine Willows. El equipo forense de Las Vegas investigará lo sucedido y D.B. Russell encarga a Sara Sidle la supervisión de la investigación local para aumentar sus posibilidades de ser la próxima directora del laboratorio de criminalista. Último episodio de la serie "CSI: Las Vegas", de doble duración, y que recuperó a gran parte del reparto que había abandonado la serie. (FILMAFFINITY)
Género
Intriga Thriller Drama Crimen Policíaco Episodio de TV
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
CSI: Immortality
Duración
97 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
CSI
6
El retorno de Grissom...y su despedida
Se trata del último episodio de la serie de TV "C.S.I." (C.S.I.:Crime Scene Investigation, 2000-2015), la ambientada en Las Vegas, y, con una duración mayor de lo habitual, nos presenta una trama enrevesada con una serie de explosiones o amenazas de explosiones, trama que sirve para que algunos de los personajes principales de esta serie se vuelvan a reencontrar, y trabajen juntos de nuevo. El conjunto mueve un poco a la nostalgia, porque es un reencuentro y un punto final: Grissom vuelve, pero se despide.

"C.S.I.", al menos la delegación de Las Vegas, siempre fue una serie curiosa, porque era lo mismo de toda la vida -otra serie policíaca estadounidense- pero era diferente a las demás en cuanto que la ciencia, la investigación forense, predominaban sobre la acción y el trabajo puramente policial. Igualmente curioso es el caso del personaje de Jorja Fox, una actriz atractiva, pero que, para componer su personaje, va vestida de una forma muy sobria, sin faldas ni escotes. ¿Científicos asépticos, o agentes de la ley? En realidad hay de todo y no se mezcla demasiado, pero esta serie siempre trató de renovar los estereotipos habituales de las series policíacas, y,sobre todo, intentó convertir la ciencia forense en un espectáculo para toda la familia, y hacer de Las Vegas, ya de por sí una ciudad espectacular, en algo nunca visto.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El final que se hizo esperar
Gustos a parte, nadie puede poner en cuestión que CSI: Crime Scene Investigation es una de las series más influyentes e importantes de la historia de la televisión. Concebida como una serie muy modesta, se convirtió en un contundente éxito que pilló por sorpresa incluso a sus creadores. Su visión científica de la investigación criminal supuso un punto de ruptura con lo que habíamos visto hasta el momento. La narración que hacía uso de los flashbacks para explicar los crímenes y las teorías, sumado a su característico estilo visual (la fotografía, esos planos en los que se acercaban microscopicamente o se metían en el interior del cadáver), la alejaban del resto de series policíacas a las que estábamos tan acostumbrados.

Era el año 2000 y de repente, una serie de científicos se convirtió en todo un fenómeno, llegando a ser la serie más vista a nivel mundial. La gente se empezó a interesar por la criminología, un montón de series nacieron debido a su éxito (sus Spin Off, NCIS, Bones, Mentes criminales, ...) e incluso afectó a nivel real por culpa del llamado "efecto CSI": los criminales empezaron a ser más cuidadosos y en los juicios se tenían expectativas muy altas por las técnicas y los cortos plazos que se veían en la serie.

CSI tenía la característica de no tener una continuidad entre episodios. Si te saltabas uno, no pasaba nada (*). Presentaba un caso, unos sospechosos y te involucraba en él. Era como el juego de adivinar quien era el asesino, pero con ciencia, psicología y mucho humor negro. Y luego estaba su protagonista, Gil Grissom, uno de los mejores personajes de la TV. Hombre de ciencia, culto, adicto al trabajo, amante de los bichos y con tendencia a la misantropía. Las personas mienten, las pruebas no. Un líder peculiar con tanto carisma que cuando se marchó en la novena temporada la serie no volvió a ser lo mismo. Quince temporadas son demasiadas y los años pesan. Ese fue el problema de CSI, que no supo acabar a tiempo.

Y ese final llegó en forma de dos capítulos especiales que traían a parte del querido elenco que había dejado la serie tiempo atrás: la poderosa Catherine Willows, el mordaz capitán Brass y nuestro adorado Grissom, que volvía a encontrarse con dos mujeres de su vida: la enigmática Lady Heather (personaje recurrente a lo largo de la serie) y Sara Sidle, la aplicada estudiante de fuerte carácter que se involucraba emocionalmente en los casos y que se enamoró de su mentor.

Personalmente, creo que el problema de este capítulo fue enfocarlo en la historia de amor de sus protagonistas, muy bien desarrollada en la serie, pero tratada con torpeza en el final. La excusa de poner a Lady Heather como sospechosa/víctima para traer a Grissom y enfrentarla a Sara se ve como un recurso cliché y forzado. No hay que olvidar que esa relación evolucionó de forma lenta (¡tardamos siete años en ver un beso!) y aquí todo parece precipitado con tal de darnos un final. Pero lo peor es que el caso resulta tan inverosímil como la forma de resolverlo y los diálogos y escenas no están a la altura. Teniendo casos tan buenos como el de Paul Milander (T1 y T2), Peligro Sepulcral (T5) o el asesino de las miniaturas (T7), la verdad es que se podían haber currado un mejor antagonista, con motivos más creíbles y una personalidad más interesante.

He visto CSI desde los 10 años (escondida detrás del sofá porque no me dejaban verla) y pasé mi adolescencia enganchada a los casos del laboratorio de Las Vegas. Así que solo puedo decir que este es el final que tanto se hizo esperar, pero no es el final que merecía una serie tan importante como CSI.
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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