El planeta del tesoro (2002)

Excelentes dibujos, tanto en diseño de personajes como en fondos, para una nueva versión del clásico firmado por Victor Fleming. Pese a que la acción suceda en una galaxia extraña y en vaya usted a saber que tiempo, los guiños a las antiguas películas de piratas se hacen patentes sobre todo en que las naves espaciales son barcos veleros, utilizando así toda la terminología marinera imprescindible en ése tipo de historias. El personaje de Long John Silver, aunque sea un cyborg, no deja de tener un evidente parecido con Wallace Beery, actor inolvidable en el rol del viejo pirata.
Muy recomendable para quienes en su momento soñaron con aventuras marineras gracias a aquellas películas, y para todo aquel a quien no le importe ver un viejo clásico en dibujos animados y futuristamente versionado, pero sin alejarse para nada de la película original.

¿Qué otra cosa puedo decir? Muy malos tienen que ser los dibujos animados para que noi cuenten con mi beneplácito. Me encantan. Me seguirán gustando cuando sea octogenario, caso de llegar a esa edad. Cómo será que me encantan, que a los dibujos animados les perdono no ser exactamente fieles a un argumento original. Así que, tal vez, esta crítica no sea el mejor de los faros para orientar a los espectadores hacia una gran película, no necesariamente.

EL PLANETA DEL TESORO, de más está decirlo, es la adaptación de LA ISLA DEL TESORO en clave espacial. Adaptación extraña, fantasiosa, en la que no hay naves espaciales tal como nosotros las concebimos, sino barcos que viajan por el cosmos. Es por lo demás un típico producto de Disney, con la salvedad de que se trata de una de esas rarezas que están exentas de la habitual seguidilla de canciones no siempre soportables que un tiempo fueron marca registrada de los productos animados de la compañía. Hay momentos divertidos, suspenso, emoción y maravilla visual. Y no hace sentir niños de nuevo. Nosotros también sentimos ganas de subirnos a ese navío y partir rumbo a la aventura... Sí, yo me subo.