Cervantes (1967)

Mientras Chipre caía en poder de los turcos, un joven Miguel de Cervantes, al servicio de Su Santidad de Roma, vestía estameña penitencial para entrevistarse con Felipe II.
No cabe imaginar marco más sugerente para el comienzo de la novela que escribió el alemán B. Frank.
La semblanza histórica resulta magnífica pero a la película le falta genio narrativo para estar a la altura de las circunstancias. El argumento es solemne pero el guión flaquea a veces porque pierde parte del vigor que el relato requería.
A pesar de ello el largometraje (poco más de dos horas de proyección) se ve muy a gusto, la trama interesa por su valor intrínseco, mejora a medida que avanza la peripecia vital y presenta escenas de enrome impacto visual.
Toda la peripecia hasta Lepanto y después hasta Argel resulta interesante, valiosa desde el punto de vista histórico, muy atractiva y, en todo caso, semblanza épica para mayor gloria del escritor oriundo del Henares.