Blade Runner: El loto negro (Serie de TV) (2021)

Serie de animación ambientada temporalmente entre la primera y segunda parte de Blade Runner (2032).

Llena de detalles y guiños al original del 82 puede presumir de un diseño de producción que te sumerge de lleno en el universo ciberpunk que concibieron Scott y todo el equipo de artistas de la mítica película.

Sorprende que los personajes no tengan ese lujo de detalles y las texturas de los cuerpos parezcan más el CGI de un videojuego de hace 20 años aunque intuyo que se trata de una elección intencionada.

La historia, protagonizada por una chica amnésica que busca su identidad, sigue cauces narrativos conocidos pero no obstante resulta prometedora.

He descubierto esta serie casi por casualidad, pues apenas está teniendo repercusión en las webs del mundo de las series que sigo habitualmente. Supongo que, al no ser de Netflix ni de Amazon Prime, no le han dado tanto bombo.
Hace unos años tuvimos la secuela oficial del clásico de culto “Blade runner”, pero es fácil ver que su universo da mucho juego para hacer cuantas series y películas quieran.
Este trabajo de animación no tiene una relación demasiado directa con los acontecimientos de los films, sino que nos cuenta una historia ambientada en el mismo contexto.
Cuando escribo mis reseñas de ficciones de este tipo, suelo fijarme en dos puntos fundamentales: la historia y la animación en sí.
Debo decir que “El loto negro” no tiene un acabado visual perfecto, especialmente en lo que se refiere a los personajes. Como si todos ellos fueran prototipos de replicantes, sus rasgos son demasiado rectos y simplificados, casi como en un videojuego que tuviera ya bastantes años. Ni las facciones, ni la ropa o el pelo han sido trabajados lo suficiente, quedando en un aspecto demasiado simple y burdo para los tiempos que corren y lo que hemos tenido ocasión de ver.
Pero la cosa mejora en lo que se refiere a la ambientación en ese mundo que nos trajo Ridley Scott, y cuya iconografía respeta bastante en muchos aspectos. Ahí la serie sí que cumple bien, en lo que se refiere a escenarios. Y también puede tener buena nota en lo que es cinética y escenas de acción. Aunque a los personajes parezca faltarles una buena dosis de horas de renderizado, se mueven francamente bien a la hora de pelear o perseguirse a través de las calles de esta oscura ciudad.
En otro orden de cosas, el argumento sí que me gusta lo suficiente. Nos encontramos con una chica que no recuerda nada, pero que se desenvuelve muy bien con las artes marciales y la supervivencia. En ese sentido, su arranque me ha resultado algo parecido a la “Alita” de Robert Rodríguez, claro que ese manga seguramente ya se inspiraba a su vez en “Blade runner”. Eso sí, el existencialismo de ciencia ficción es muchísimo más ligero que en el resto de la franquicia. El guion no implica pensar en los misterios de lo que comporta la conciencia de ser humano. Apenas pasa de puntillas también por las leyes de la robótica de Asimov.
Los capítulos son de 20 minutos contando los créditos iniciales y finales, lo que favorece un visionado rápido y un ritmo muy digno en estos 13 episodios, a pesar de venir de unas películas que no son precisamente frenéticas que digamos. Es una serie (no sé si hay previstas más temporadas) que se deja ver muy fácilmente.