Tarzán de los monos (1959)

Vi esta película en 1960 en Zaragoza y me gustó muchísimo y siempre me quedé con ganas de volver a verla pero había artículos que decían que no se había editado ni en VHS ni en DVD, hasta que un amigo argentino me mandó la URL de una tienda USA donde vendían el DVD realizado en 2016. Lo compré inmediatamente y si vi la película de adolescente, la acabo de volver a ver ahora mismo 55 años después, sólo que está en inglés sin subtítulos.

Realmente es un remake de la de 1932 con Johnny Weismuller pues hasta los personajes se llaman igual, James Parker, Jane Parker, Mr. Holt y Riano (lo mismo que ocurre en el remake que John Derek hizo en 1981 Tarzan, el Hombro Mono) considerada por la crítica como la peor realizada hasta el momento aunque a mi entender es mejor que la mayoría. Esta en concreto, diría que es algo peor en general, aunque el Tarzan de Denny Miller está bien, con un cuerpo de 1.93 de estatura y bien formado, el nivel interpretativo tampoco requiere gran cosa ya que sólo repite algunas palabras de Jane y ni siquiera es llamado Tarzan en ningún momento, siguiendo el mismo guión de todas y que nada tiene que ver con la idea original de Burroughs.

Para mí, lo más curioso ha sido, que estando viendo la cara de Jane (Joanna Barnes), me sonaba una barbaridad hasta que me he dado cuenta de que en 1961 intervino en la película nominada al Oscar "Tú a Boston y yo a California" (The Parent Trap) en el papel de la que iba a ser la madrastra de las gemelas Susan y Sharon (Hayley Mills), una de las películas favoritas de mi vida. Allí hace de "hipócrita e interesada", por decirlo de alguna manera, pues pretende casarse con el padre de las gemelas por su dinero y la verdad es que su cara le va de maravilla. Lo malo es que al verla ahora haciendo de Jane, no se puede evitar ver en su cara esa mirada de hipocresía y me cuesta mucho verla como Jane, como la dulce Jane aunque sea a la vez atrevida y valiente, pero dulce cuando está con Tarzan.

La escena del buceo de ambos no puede estar peor hecha con transparencias que se notan de lejos y se la podrían haber ahorrado, lo mismo que la introducción al final de escenas rodadas en blanco y negro y robadas de la primera película de Johnny Weismuller, con el ataque de la manada de elefantes contra los pigmeos que han capturado a Jane y compañía, que también se las podrían haber ahorrado y hubiera ganado pues lo único que hacen estas escenas es desmerecer la película. Sin embargo, los viajes en lianas por la selva de él solo es de lo mejor sin los efectos especiales de la última de Alexander Skarsgaard. Hace unos pases de liana a liana muy limpios y bien conseguidos.

Es interesante de ver sobre todo para los amantes de las películas de Tarzan y a pesar de los defectos técnicos mencionados tiene buenos momentos y el famoso grito de Tarzan se sigue manteniendo como el que se estrenó en las películas de Johnny Weissmuller, pues después han habido otras en que el grito ha sido bastante ridículo.

A pesar de que este Tarzan medía 1.93, le han puesto a un Sr. Holt que mide algo más y esto es una mala elección de actores por parte del director, pues los protagonistas masculinos de las películas de Tarzan no deberían ser nunca más altos que Tarzan ya que cuando salen juntos, la figura del hombre mono se desmerece un poco por el efecto de la altura.

Soy cinéfilo y escritor de novelas, las cuales muestran una cierta influencia cinematográfica. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: FLOJA.
Tendría yo siete u ocho años cuando vi esta película, que claramente me sugestionó al punto de retenerla siempre en mi memoria. Verla después de sesenta años ha sido una experiencia aciaga, por cuanto representa contrastar los recuerdos ensoñados de la niñez con los más realistas de la madurez.
Esta versión de Tarzán es francamente pobre, al punto de que los paisajes africanos son planos descarados de "Las minas del rey Salomón" de 1950. Cualquiera puede comprobarlo fácilmente con tan solo visionar la excelente película de Stewart Granger. A tal efecto, para la presente han copiado el look de los protagonistas de aquella para poder realizar los convenientes insertos. Y por si esto fuera poco, se han atrevido al final de la película a insertar planos en blanco y negro de "Tarzán de los monos" del gran Weissmüller, con la intención de hacerlo pasar por escenas nocturnas. Tan variopinta forma de construir un filme denota su pobreza de medios, además de un flagrante mal gusto. En otro orden de cosas, hay grandes fallos narrativos, tales como que alguien quede inconsciente con tan solo ser colgado de un pie en un árbol, o tropezar con un tronco en el suelo, caer de bruces tontamente y perder el sentido. En algunas de las escenas acrobáticas en las lianas se aprecia claramente el asa del trapecio; por no hablar de la bochornosa secuencia acuática en la que los actores están filmados contra un pantalla. En suma, un producto de tercera que mi alma de niño atesoró como de primera. La prístina realidad siempre es más cruda que la ficción.