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Pobre Tenorio (1931)

Pobre Tenorio
73 min.
5,6
76
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Disponible en:
Suscripción
Escena (INGLÉS)
Sinopsis
Reginald Irving, tímido entre los tímidos, es atropellado por Jeffrey Haywood, quien para ayudarle le lleva a casa de su prometida, Virginia Embrey, que vive con su hermana mayor, Angélica, y su madre. Ésta ve con buenos ojos el compromiso de su hija pequeña, pero antes de dar su consentimiento quiere que Angélica contraiga matrimonio. La llegada de Reginald resulta providencial porque es elegido candidato para casarse con ella. Pero Angélica odia a los tímidos. Quiere que su hombre sea un seductor. Entonces Jeffrey y Angélica trazan un plan para convertir a Reginald en un donjuán: contratan a unas cuantas mujeres para que simulen caer enamoradas de él. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Parlor, Bedroom and Bath
Duración
73 min.
Guion
Fotografía
Compañías
7
"Darling, I love you madly..."
Keaton intentaba adecuarse al mundo sonoro de la misma forma que Regie intenta ser el donjuán que Angelica "necesita". El humorista amigo/enemigo de Chaplin busca desesperadamente colocar algunos de sus gags en medio de "tanto" diálogo, y hay que decir, que al menos en esta cinta, funciona.

El guión es simple pero cumplidor. Una típica comedia de enredos donde salir mal parado no es una opción y en cada nuevo embrollo tenemos una situación cada vez más desternillante. El comienzo es bajo a nivel humorístico pero la temperatura va subiendo progresivamente hasta regalarnos un final donde hay hasta balazos. Es muy inteligente que el guión siempre vaya de menos a más porque de lo contrario el sabor de boca sería negativo.

Los actores lo hacen de maravilla, si hay un género donde el histrionismo propio del teatro siempre funcionó ese es la comedia. La dirección y sobre todo el montaje es muy cuidado para la época, y se agradece lo ligera que resulta.

Hay escenas para el recuerdo como lo que podríamos considerar una "coreografía" donde Keaton intenta conquistar a sus chicas con la frase: "Darling, I love you madly, I can't live without you, you never leave me" ("Cariño, te amo locamente, no puedo vivir sin ti, nunca me dejes)". Realmente desternillante, en general el ritmo aumenta muchísimo desde que entran al cuarto de hotel.

Curioso, para la época, el hecho de que se "alabe" la conducta adúltera.

Lo mejor: los gags y los diálogos, algunos muy picantes.
Lo peor: un comienzo con poco para destacar.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Lo que ha de ser para uno lo será de cualquier forma
Fue en Broadway, en la navidad de 1917, que tuvo lugar el estreno de “Parlor, Bedroom and Bath”, la obra que escribieran los canadienses Charles William Bell y Mark Swan. Con gran acogida del público desde su estreno, la obra permaneció en cartelera casi todo el 2018, y para sus autores, se convertiría en la más exitosa cuando, en 1920, vendieron sus derechos para una adaptación cinematográfica que realizara Edward Dillon… y tan solo una década después, con la llegada del sonido, se daría la ocasión para realizar una versión integral donde por fin puede conservarse y disfrutarse, toda la picaresca contenida en sus estupendos diálogos.

El filme no tiene pierde y desde las primeras situaciones – ¡la escena de Angelica con su prometido acabando de salir de la piscina es desternillante! - ya se adivina los privilegios que nos ofrecía el cine pre-code y que aquí se van a aprovechar con coquetería, mucho picante y gracia a borbotones.

Se trata de una muchacha llamada Virginia (Sally Eilers), quien no puede casarse con Jeffrey Haywood (Reginald Denny), pues su madre (como era común en la América de entonces) no consiente que la menor se case sin haberlo hecho primero la mayor, pues para ésta “se convierte en mal agüero”. Así las cosas, Jeff ve pintada la ocasión cuando tiene que llevar a casa de su novia a un modesto y tímido fijador de avisos al que ha atropellado con su vehículo, y al notar lo simpático que éste le resulta a Angelica, decide ingeniárselas para convertir a Reginald Irving en un magnate seductor, la suerte de hombre al que aspira su cuñada.

La primera parte –rodada en la villa Keaton de California- va teniendo un gradual y satisfactorio crescendo que alcanzará las cimas de la comedia por excelencia con la secuencia del hotel donde creo que ya nadie parará de reír cuando entre en escena Polly Hathaway, representada por la excéntrica Charlotte Greenwood, una actriz que, es muy probable que haya dejado lelo al recatado público de la época, en el momento en que juega a seducir al, hasta entonces, incompetente “tenorio”.

Buster Keaton tenía aquí su tercer protagónico en el cine sonoro y doy fe de que, con “POBRE TENORIO”, ha logrado otro momento de nunca olvidar. Tenía ya 36 años de edad al momento de comenzar el rodaje y aún seguía siendo un sorprendente acróbata con una elasticidad que sorprende hasta al más pintado. Además, su aporte con una buena tanda de recursivos gags, trasciende la obra teatral sacándola, durante un buen tiempo y con efectividad, a campo abierto.

El director Edward Sedgwick, quien ya había dirigido magistralmente a Buster Keaton en “The Cameraman”, tiene aquí su séptima película con el legendario comediante a quien, definitivamente, cuanto más se le conoce, mucho más se le valora.

Del resto del reparto, queda decir que luce portentoso, afortunado, ¡absolutamente inspirado! A los ya mencionados, necesario citar a Dorothy Christy (Angelica), la provocadora busca-marido; Cliff Edwards, el botones petimetre y a Joan Peers (Nita), la jovencita casada con uno de esos hombres que proporcionan mucho dinero… pero muy poca agradable compañía.

Si desean un rato relajante, alegre y muy divertido, ésta es su película.

Título para Latinoamérica: “TENORIO EN PIJAMA”
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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