Nunca digas nunca (2005)

La primera vez que la ví fue en circunstancias en las que valoras más lo que ves. Estaba trabajando en un barco y para desconectar con la realidad, las películas son un gran apoyo.
Esta en concreto me resultó dinámica, rápida, entretenida, bien interpretada y aunque el tema es amor, me gustó.
Tiene algunos puntos para reírte y para mí lo que más me gustó fueron los decorados de la época, así como los atuendos que llevaban puestos. Guarda esa veracidad del siglo XIX. Los actores me resultaron muy simpáticos, sobretodo los masculinos.
Hago la crítica al sólo aparecer una.

Si podéis evitarlo, no la veaís. Y si vuestra pareja os obliga a verla, dejarla.

Ya empieza mal, parece que remonta un poco, pero acaba hundiéndose en un rollazo de cojones sin sentido.

Los protagonistas se empeñan en demostrar que el guión es malo y que la historia está mal contada, cuando no hacía falta. Y si a alguien le entretiene semejante bazofia que me avise.

El cine francés no levanta cabeza. Lo mejor de Francia, los crepes. Un beso.