La violación de la vampira (1967)

Intentar darnos gato por liebre, haciendo pasar por Arte lo que es simplemente basura, es algo que han conseguido, por lo visto, farsantes del nivel de Gustav Metzger o Damien Hirst, que, literalmente, han expuesto trozos de cartón, periódicos viejos y ceniceros llenos de colillas como auténticas obras de arte, provocando la eyaculación de más de un crítico y la estupefacción del resto de la Humanidad.

Jean Rollin, al menos, consciente de la basura que nos ofrece en esta película, intenta camuflarla de cuento de terror, la adereza con pezones a lo largo de todo su metraje y la envuelve en una fotografía en blanco y negro que le dé algo de seriedad al conjunto. No cuela, claro, porque no hay terror, no hay guion, las actuaciones dan mucha pena y no hay pechos lo bastante turgentes como para camuflar el hedor de este sinsentido.

Pero como en este mundo traidor todo es según el color del cristal con que se mira, gente hay a la que le gusta solazarse en la basura. Seguidores de León Klimovsky y similares. Bien, esos están de enhorabuena.

Inquietante y misterioso título dirigido en 1968 por el legendario cineasta frances Jean Rollin (1938-2010) sensacional artesano audiovisual que fue capaz de conjugar visualmente y con gran brillantez el erotismo femenino, el terror vampírico y la sensualidad lésbica, etc, etc... junto a una perturbadora puesta en escena de gran belleza logrando unas sensacionales atmósferas oníricas y evocadoras.

"La Reina de las vampiras" fue su primera incursión en el genero "vamp" o "terror erótico", filmada por un equipo técnico no profesional, junto a un plantel de actores "amateurs".

La película es un melodrama dividido en dos partes originariamente pensado para ser un mediometraje, y que acabo siendo un largometraje en buena parte porque los productores impresionados por el resultado ofrecieron al cineasta la posibilidad de convertirla en un "largo".

Dicho esto, Rollin acabo por añadirle más metraje, conviertiendo el film en dos partes.
Hay que reconocer que aún no siendo de las mejores del ciclo, la película mantiene cierto grado de interés consiguiendo recrear todo un ambiente extraño y demencial debido en gran medida a la ausencia de color, la película esta filmada íntegramente en un sensacional blanco y negro que otorga a la película un toque de realismo enfermizo.

Título de culto ferozmente criticado y denostado hasta la saciedad por la nueva ola de pseudointelectuales de medio pelo, la película evidentemente no es apta a todos los paladares y que tan solo disfrutarán los amantes del terror vampírico-lésbico, el "underground", la serie b y el "terror-pop" de los sesenta.

Un título que inauguró la sensacional lista de películas sobre el género y que sirve para meternos de lleno en el peculiar, inquietante, fascinante, e interesante mundo del legendario cineasta galo.