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¡Ay, que me caigo! (1930)

¡Ay, que me caigo!
93 min.
7,2
689
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Película completa (MUDA, con intertítulos en INGLÉS)
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Sinopsis
Harold Horne, un aspirante a vendedor, conoce a una chica casualmente de la que se enamora y decide hacer lo posible para cortejarla aunque eso signifique escalar todo un edificio... (FILMAFFINITY)
Género
Comedia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Feet First
Duración
93 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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5
Historia de un trasplante
El humor no atiende a fórmulas cerradas. Es escurridizo, imponderable, chispazo o línea sostenida. Surge de la relación delirante del hombre con el mundo.

El cine mudo norteamericano (Lloyd, Keaton, Chaplin…) supo hacer de cierto humor una bandera universal.

===

Llegó el sonoro. Con sumo cuidado, quisieron trasplantar ‘El hombre mosca’. Todo parecía tan perfecto: luz, temperatura y humedad. Pero la nueva planta nació muerta.

===

Los gags (la mujer trípeda, las revistas voladoras, el “remake” de la ascensión, la carambola final…) están bien concebidos y representados. La historia no es más simple que otras similares. Lloyd domina los recursos de su estilo y, además, no tiene mala voz.

Pero el timing… En la comedia es esencial el ritmo interno en cada escena, hacer el gesto justo en el momento justo. Que la sucesión de chistes resulte natural. El cómo cuenta tanto como el qué. El humor requiere duende, inspiración… y yo no veo fluidez en esta cinta.

‘Ay, que me caigo’ no acaba de cuajar. Esperamos un destello que no llega y, cuando llega, lo hace tarde. La flor que nos ofrece es sólo un simulacro.

Será cosa del fertilizante usado por la productora. Será que le falló la azada al jardinero.

Será que el humor mudo arraiga mal en el terreno del sonoro.
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29 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El hombre mosca habla
Tras una exitosa carrera cinematográfica durante los años 20, a Harold Lloyd le tocó afrontar el reto del cine sonoro. Una vez que los estudios dieron el aprobado a su voz (muchas estrellas del cine mudo no superaron el umbral, como el galán John Gilbert y su voz “aflautada”), correspondía adaptar el estilo Lloyd a las nuevas técnicas y entrar con buen pie en el nuevo mercado cinematográfico.

Ávidos de un éxito, el cómico y su equipo posaron sus ojos en el tótem de Lloyd Safety last. Crearon un argumento relativamente nuevo, basado en el personaje de Lloyd, que culminaba con una escalada del protagonista a un edificio, con la efectiva combinación de humor y escalofríos. En cuanto a los diálogos, en ocasiones se limitan a contar chistes que no aportan nada a la historia, salvo unas risas en el espectador.
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18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
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