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Abismos de pasión (1953)

Abismos de pasión
89 min.
6,6
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Escena final
Sinopsis
Adaptación mexicana del clásico "Cumbres borrascosas", de Emily Brönte. Alejandro regresa, tras 10 años de ausencia, a El Robledal, la hacienda en la que vivió de niño junto a sus padres y hermanos adoptivos, con la intención de casarse con Catalina, su antiguo amor de adolescencia. Pero Catalina ya es la esposa de otro hombe, por lo que Alejandro, en un acto de despecho, decide casarse con la hermana de su rival.
Género
Drama Romance Celos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ México México
Título original:
Abismos de pasión
Duración
89 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Emily Brontë
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7
Posibilismo
Luis Buñuel reconoce en sus memorias que la novela de la escritora inglesa Emily Brontë “Cumbres borrascosas” siempre le había atraído. El concepto de “amour fou” tan propio de los surrealistas había encontrado en ella una especie de manifiesto. Y él junto con Pierre Unik había escrito en 1930 un guión cinematográfico. Finalmente será en 1953, en su etapa mexicana, cuando dirija “Abismos de pasión”, película que comienza declarando su respeto profundo al texto literario del que procede.

En este periodo Buñuel conoce ya el oficio a la perfección. Domina sobradamente todos los géneros. En los proyectos que le ilusionan (“El”, “Los olvidados”, etc), además de oficio añade implicación, y el resultado lo evidencia. También puede hacer, sin embargo, películas prescindibles, en las que los objetivos son meramente alimenticios, o en aquellas otras en las que las limitaciones o las imposiciones de los productores pesan como una auténtica losa. Pero puede hacer también maravillas, como las mencionadas y otras que están por venir y que pertenecen ya a la nómina de las mejores de toda su amplia producción.

“Abismos de pasión” estaría justo en un punto medio. Era un proyecto "suyo", pero le fueron impuestos unos actores con los que no debió de trabajar muy cómodo, a juzgar por sus propias palabras: “prefiero no hablar de los problemas que tuve que resolver durante el rodaje, para un resultado sumamente discutible”. Y, sin embargo, la película no está mal. Carece, eso sí, de la grandeza de la versión que William Wyller había realizado en 1939, pero el conjunto no es desdeñable, a pesar de lo de siempre: la falta de medios y de tiempo para realizar la producción de manera adecuada, circunstancias habituales en este periodo.

Están especialmente bien la fotografía y el audaz y moderno uso de la cámara. Hay momentos de gran intensidad dramática, y, a veces, la falta de pericia técnica de los actores protagonistas es suplida por una sobreactuación, especialmente en el caso de Jorge Mistral, que no termina dando un mal resultado en una obra basada en la novela publicada en 1847, excesiva por naturaleza, extrema en su dibujo de los personajes y en su peripecia argumental. Con esos actores Buñuel hizo lo que pudo, y ellos también.

Me parece importante ver esta película para todo el que quiera tener una visión de conjunto de la etapa mexicana de Luis Buñuel.
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14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Teatro de marionetas.
Nada menos que la traslación a México de la historia de amor enfebrecido y clásico de las hermanas Brönte, con la historia de Alejandro (Mistral) y Catalina (Dilian). Se trata de una película tan apasionante como indefendible por el purista desde muchos puntos: con el paso del tiempo además sus defectos crecen, particularmente la penosa interpretación del apocado galán y pésimo actor impuesto a Buñuel Jorge Mistral (los demás no pasan de discretos tampoco), así como la tremenda pobreza de medios y celeridad del rodaje y el montaje. Así queda, a veces, una obra pobre artística y tecnicamente pero remontada y regada en todo momento por lo mejor y fundamental de la película (así como lo que más interesa a Buñuel): el espíritu visceralmente desmelenado, de amor fou y tremendismo amoroso que bordea el terreno del surrealismo. Crea gracias a ello Buñuel un teatro de marionetas con los actores y/o sus personajes: los hace ser espectros poseídos y enloquecidos por una pasión, que se manifiesta en las pertinentes carencias de cada uno de ellos.
Obra, pues, tan admirable hasta dónde pudo el maestro como de leves vuelos al lado de ejemplos magistrales en esta misma etapa de su talento, creo que se trata de una de las peores pero a la vez más fascinantes películas de Buñuel, con un final magistral y el ya subrayado desmelenado tenebrismo que la impregna y la hacen ser algo más que un interesante melodrama terrorífico.
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12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
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