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Comportarse como adultos (2019)

Comportarse como adultos
124 min.
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Premios
2020: Premios del Cine Europeo: Nominada a mejor guion
2019: Premios César: Nominada a mejor guión adaptado
2019: Festival de Venecia: Sección oficial (fuera de concurso)
6
El poder
A sus ochenta y seis años, Costa- Gavras debe ser uno de los últimos grandes directores que a su edad esté activo. Y digo lo de “a su edad” porque habitualmente los estudios no producen a octogenarios, por muy bien que se conserven en todos los aspectos, física y mentalmente, como es el caso sin duda presente, ya que Costa- Gavras está hecho un pincel y está más vivo que muchos jóvenes de veinte años. Y para colmo, a lo largo de su carrera, nunca ha traicionado sus principios y con mayor o menor fortuna, ha hecho un cine digno, pero nunca con escasa fortuna. Concretamente, el 15/12/12, con motivo del estreno de su película “El capital” yo afirmaba: “Admiro a Costa-Gavras. Nunca he visto de él una mala película. Nos ha dado obras maestras, un montón de excelentes películas y otras quizás no tanto, pero Costa- Gavras es un ejemplo de “juventud”, constancia y coherencia, como otros coetáneos de la cinematografía francesa, como lo fue Rohmer o como sigue siendo el vanguardista Alain Resnais, por ejemplo.” Ya Resnais por desgracia ha fallecido y sigo reivindicando la figura de Costa- Gavras, aunque su última aportación estrenada entre nosotros, “Comportarse como adultos”, no sea de lo mejor de fu filmografía.


Parece que en esta ocasión, lo que más le ha importado a su director y también guionista, ha sido plasmar la etapa en Grecia en 2015 durante el gobierno de Tsipras en el que estaba Yanis Varoufakis como ministro de finanzas, y que posteriormente escribió la novela en la que se basa el film. Todo gira entorno a mandatarios europeos, hombres grises sin compasión que sirven a la Comunidad Europea, donde hay una única mujer, Christine (Josiane Pinson), la presidenta, que parece tener algo de sentimiento y sentido común, en una institución impersonal que no tolerará que nadie les intente ofrecer ningún plan si no sacan tajada, una verdad tan habitual como terrorífica.


Por lo que he visto por encima de comentarios de críticos se supone que profesionales, algunos achacan que la película es tediosa, por ejemplo. Es como si te metes a ver “Nixon” de Oliver Stone y esperas que te divierta, que hay que ser idiota. Otros afirman que utiliza un tono didáctico sin talento, menuda cretinez, o que es casi propagandística. Pues no, señores, y a ver quien es el valiente o la valiente que se hubiera atrevido a realizar una película tan ingrata como difícil, logrando, al menos que cumpla como legado histórico y que no te duerma al cuarto de hora.


Y esto es lo que parece, como apuntábamos antes, era la intención del film: lo ha despojado de “suspense” aunque en algunos momentos haya tensión, sobre todo para quien desconozca la historia que se cuenta. Aquí se narra y analiza unos hechos políticos y sociales que poco importan al “gran público” pero plagados de dignidad y coherencia, no como héroes de un cine de Hollywood, si no de ciudadanos comprometidos, con sus dudas y temores, pero teniendo como tabla de salvación una ideología incorruptible.


Alexandre Desplat logra una estupenda banda sonora que cubre momentos muy dispares, aunque haya un tema por ahí suelto que parezca inspirado en el Morricone de “Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha”. La fotografía de Giorgos Arvanitis también alterna diferentes climas con bastante soltura, sobre todo las referentes a las convenciones internacionales.


Su reparto, la mayoría desconocido, son actores que podrían asemejarse a los políticos en la vida real, y que la mayoría destaca, no ya porque puedan resultar atractivos, saltándose los aburridos cánones estéticos imperantes, si no porque saben imprimir aplomo a sus personajes, sobre todo Christos Loulis o Alexandros Bourdoumis.
En la producción vemos que figura Alexandre o Michèle Ray- Gavras. Supongo que sino se hubiera tirado de familiares y amigos, además de todo tipo de ayuda auxilio casi, hubiera sido imposible llevarla a cabo.


Tanto que hablan muchos de cine necesario, considero que “Comportarse como adultos” lo es, aunque sea un film nada grato de ver si se busca solamente entretenimiento, pero cuanto menos es interesante. Antes de pasar al “spoiler” me gustaría recordar unas palabras de Malkovich cuando promocionaba “El cielo protector” de Bertolucci, en las que decía que prefería un fracaso con Bertolucci antes que éxito con un director vulgar. No creemos que “Comportarse como adultos” sea un fracaso, pero al menos me alegra ver en el cine una obra, quizás menor, de un gran director, que una basura bien plastificada de un pelagatos.
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35 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Magnífico trabajo de un gran cineasta, de imprescindible visionado. ¡¡Indignáos!!
No puedo entender que la crítica "oficial", que cobra de ello, tache a esta película de no ser "entretenida" y de contener largos diálogos. ¿Qué se pensarán que es la política? ¿Una reunión de trajeados elegantes desmadrándose con las escorts, el alcohol y otras sustancias, tipo Resacón en Las Vegas? Seguramente, también, en ciertos entornos, pero básicamente se trata de negociar y convencer al adversario y, claro, eso puede ser enormemente desesperante, sobre todo cuando el poderoso no tiene la menor intención de ceder ni un ápice. sea lo que sea lo que la víctima le ofrezca.

Sin embargo, disiento totalmente con esas críticas, en especial la del Sr. Boyero, que cada vez está más alejado de la realidad. Esas largas conversaciones están muy bien resumidas y tratadas con un ritmo y una maestría impecables. Yo no me aburrí en ningún momento, pero sí me fui indignando paulatinamente, no con la película, sino con lo que nos cuenta, con esa cruda verdad que nos devela, una vez más, y que no queremos ver: la gente le importa una gran m... a los integrantes del FMI, del BCE, de la troika y todas esas poderosas y vampíricas instituciones y empresas que nos chupan la sangre, sin importarles para nada la creciente pobreza, la injusticia, la desigualdad que sus imposiciones causan, sólo y exclusivamente, sus beneficios y privilegios.

Y debería dar verguenza a muchos directores que desfilan por Cannes y otros grandes festivales, que un Señor Director, con mayúsculas, de 84 años les de en las narices con este gran trabajo de denuncia, tan bien dirigido, con tan buenas actuaciones, tan necesario, frente a sus banales producciones de entretenimiento, que sólo sirven para tupir un poco más el velo de subordinación y enajenación tendido sobre las clases populares.
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36 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
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