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La teta y la luna (1994)

La teta y la luna
90 min.
4,9
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Disponible en:
Suscripción
Escenas (ESPAÑOL y CATALÁN)
Sinopsis
Tete (Biel Durán) es un niño enigmático que se siente desplazado con la llegada de su hermano y no puede ver como el bebé se alimenta de la leche de su madre. Le gusta hablar con la Luna, pero siente un profundo terror en trepar a los "castells" (torre humana típica de Cataluña), pese a que es un "anxaneta" ( niño que se sube a la cima de los "castells"). Cuando llega a la ciudad un espectáculo donde trabaja Estrellita (Mathilda May) y su marido Maurice (Gerard Darmon), Tete se enamora profundamente de ella, ya que le recuerda a su madre, que le ha sido arrebatada por su hermano. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Drama Infancia Celos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
La teta i la lluna
Duración
90 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción España-Francia;
Links
Premios
1994: Mostra de Venecia: Ossella de Oro al Mejor guión
1994: Premios Ondas: Mejor película.
"La vacía y repetitiva media hora final estropea la película"
[Diario El País]
6
Sugerente evocación de los años de infancia
Tercer film de la "trilogía ibérica" de Bigas Luna. Se inspira en recuerdos autobiográficos. Se rodó en exteriores de Barcelona, Reus, Torredembarra, Valls y Creixell. Ganó un premio de Venecia (guión). Producida por Vicente Andrés Gómez, se estrenó el 10-VII-1994.

La acción tiene lugar en una localidad catalana no identificable, a lo largo de unos meses. Narra la historia de Tete (Biel Durán), un niño de unos siete años, que descubre el mundo a través de su mirada limpia, ingenua e innocente. Ante él desfila un universo adulto lleno de sensualidad, machismo, infidelidades, impotencias, apetitos sexuales, cópulas, fantasía, canciones, nacimientos y muerte, que entiende a medias, relaciona con limitaciones y asume con dificultad.

El autor recurre a sus temas preferidos: la sensualidad del cuerpo humano y la pasión por el buen yantar. La leche que el bebé succiona de los pechos de la madre (Laura Mañá) obsesiona a Tete hasta tal punto que se siente desatendido por los padres, de los que trata de huir en busca de otros pechos de los que alimentarse. Con el abuelo comparte comidas frugales, de propiedades sorpendentes, ya que alimentan y, a la vez, otorgan facultades singulares (imitar las flatulencias de "Petman"). Las limitaciones de comprensión del niño le llevan a tejer explicaciones deliciosamente infantiles sobre el apareamiento, la génesis de la leche materna, su poder nutritivo y el placer de su ingestión. Sus esfuerzos por entender hacen que complemente lo que oye de los mayores, en especial del padre, con imágnes fantasiosas que el expectador percibe como surrealistas (pelotón de romanos). Explica que la música es capaz de modificar la conducta humana y los sentimientos. El flamento que Miquel (Miguel Poveda) dedica a Estrellita (Mathilda May) hace que ésta detenga su marcha y la enamora más allá de su voluntad. Tete no entiende las órdenes del padre que le reclama a gritos valentía. Las tetas de la madre y de Estrellita provocan lo que no consiguen los aullidos del padre. Se incluyen referencias iconográficas de Cataluña, como la barretina, las alpargatas, los anxanetas y, sobre todo, los calçots, el porrón y los castells. El film es un homenaje a la tierra ibérica donde nació, a la infancia, a la inocencia y a la maternidad.

La música, de factura sencilla, oscila entre los aires líricos y los burlones. Añade canciones de Edith Piaff ("Les mots de l'amour") y otros. Es sorpendente el duelo propuesto entre el flamenco y la canción de Piaff. La fotografía crea composiciones de gran belleza plástica, con claroscuros bien contrastados y la devoción por el Mediterráneo. El guión destila sutilezas y recuerdos de calidez contagiosa. La interpretación de Biel Durán es rica en naturalidad. La dirección crea una apasionada disgresión sobre los recuerdos de infancia y el apego a una tierra entrañable.

La película combina fantasía y realidad, sensualidad y erotismo, surrealismo y sueños.
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33 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
LA TETA, LA LUNA, LOS CASTELLS, LA COLIFLOR...
Me gusta "La teta y la luna". Un poco por la galería de personajes peculiares que la pueblan (el artista de los pedos, el flipao de la moto, el abuelo charnego, el padre del crío), un poco por su estética luminosa y colorista, un poco por su disparatado sentido del humor. Pero sobre todo me gusta porque consigue hacer algo extremadamente difícil: reflejar de forma creíble y natural el punto de vista de un niño, su relación con el extraño (para él) mundo de los mayores, y sus preocupaciones, absurdas desde un punto de vista adulto pero que dentro de la lógica "infantil" del filme funcionan. Lo consigue gracias a una buena interpretación del chiquillo (y conste que en general lo de los niños actores me da algo de cosilla), a unos diálogos (o monólogos) muy buenos y a un tono donde el tema de las tetas y demás no tiene nada que ver con el erotismo turbio de otras películas de Bigas Luna, sino que se plasma desde una óptica bastante inocente.

Rara a más no poder, pero muy interesante.

Más en spoiler.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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