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Soga de arena (1949)

Soga de arena
104 min.
6,6
198
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Una serie de personajes buscan unos diamantes escondidos en algún lugar de Sudáfrica, entre ellos un jefe de policía, un comerciante de joyas con pocos escrúpulos y una sospechosa dama. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Cine negro África
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Rope of Sand
Duración
104 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1949: Globos de oro: Nominada Mejor guión
7
Gay Casablanca
Paul Henreid ama a Burt Lancaster (no me extraña: está guapísimo) y le azota con saña cuando el putón de Calvet se entromete en su affair sadomaso. Lástima que Calvet no da el tipo. Era guapa, pero le faltaba morbo. Opino que Lizabeth Scott habría sido la opción perfecta. Por lo demás, es una película rara, ambientada en Sudáfrica, con esa zona prohibida tan ominosa y la insinuación continuada de que los diamantes exigen mucho derramamiento de sangre. Rains y Lorre repiten sus estereotipos de Casablanca, aunque Rains ya es claramente gay aquí (el tercero en discordia: basta contemplar la escena en que se resuelve a tiros el triángulo), y Lorre nos regala otra de sus composiciones de ser viscoso y repelente. Dieterle dirige las luces y sombras con maestría, y gracias al DVD descubrimos esta pequeña joya oculta durante tanto tiempo. 100 minutos muy entretenidos.
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16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Soy corrupto y estoy a su servicio.
Todo lo que roza, lo hiere. Así es el diamante de duro. Esta aventura es para disfrutarla reposado y dejarse absorber por la trama paso a paso, por los diferentes escenarios y situaciones que nos proporcionarán un auténtico recital de personajes dispares. El despliegue interpretativo de Claude Rains es un lujo. Sus sonrisas, su conducta solapada… Luego la aparición de ese individuo de físico a lo Hans Topo que si uno se fijara en él, lo despreciaría, es otro regalo: me refiero ni más ni menos que al Sr Lorre: Ese hombre es digno de elogio, siempre pululando por los bares desde Casablanca hasta Suráfrica, embaucando a todo el que se ponga a tiro. "Soy corrupto y estoy a su servicio". Genial, un auténtico crack, admirable, no cabe mayor sinceridad ni mayor lógica en el ser humano.

Con esto y unos diamantes medio enterrados en medio de un desierto, es suficiente ya para ponerse en marcha con esta Soga de arena, pero aún hay más: Corinne Calvet: ideal como esa aventurera que un día quisiéramos tropezar con ella en un tugurio de esos en la otra parte del mundo; y luego un admirable sádico: Paul Henreid, muy metido en su papel de cobarde jefe de seguridad de una compañía extractora de diamantes, que demuestra la validez de aquel título de Diamantes de sangre.

El Apartheid y muestras de su crudeza, con la policía que luego se demostró para su vergüenza los terribles abusos que cometieron y, en medio, como no podía ser de otra forma, Burt Lancaster, en un rol de aventurero genuino, en el típico americano recorriendo mundo como guía de safaris, aventurero a sueldo, medio de vida que tiene que encantar a los americanos para verse en ellos reflejados.

Creo que héroes así no debía haber más que uno por país, como mucho. Hoy ya no quedan.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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