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Bancarrota (2014)

Bancarrota
57 min.
6,0
58
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Sinopsis
Bancarrota explica los factores que provocaron el auge de la economía española a partir de la entrada en el euro y la recesión subsiguiente. Sigue de cerca la explicación de la crisis propuesta por Juan Ramón Rallo y explica las 3 burbujas que ha sufrido España en los últimos años:
la burbuja financiera: el crecimiento artificial del crédito y la deuda
la burbuja económica: una estructura productiva basada en la edificación
la burbuja estatal: el crecimiento del Estado y del gasto público

El mensaje de Bancarrota es riguroso, claro y esperanzador. La solución a la recesión española es conocida, pero necesita un Gobierno valiente que tome las duras medidas políticas y económicas necesarias.

«España está en bancarrota, pero no tiene por qué permanecer en ella.» (FILMAFFINITY)
Género
Documental Crisis económica 2008 Bolsa & Negocios Trabajo/empleo Política Mediometraje
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Bancarrota
Duración
57 min.
Guion
Compañías
6
Para saber un poco más de éste agujero en el que nos hallamos.
Yo, como estudiante de economía que soy me ha resultado interesante, aunque veo que para algunos puede ser un verdadero truño ya que es una visión económica bastante cerrada sobre la crisis.

Al contrario que trabajos como "Inside Job" que tienen una visión más película que documental, ésta se centra más en la visión económica solamente como ya he dicho antes.

Pero es muy interesante para los que les guste el tema además uno de los documentales más completos centrados tan solo en España.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
"Si la gente se comportara como lo hacen los Estados, llamarías a la policía"
Díaz Villanueva y Rallo, dos competentes discípulos del profesor Huerta de Soto, el conspicuo representante del anarco-capitalismo español más escolástico y austroide, nos presentan este documento destinado la meditación, memoria y depósito en custodia para futuras consultas, que a buen seguro serán necesarias.

La exposición se estructura en un prólogo, acerca de los desequilibrios de la economía española durante el mandato de Aznar; una segunda sección, sobre la burbuja financiera; otra acerca de los desatinos de nuestros dirigidos, que no dirigentes, políticos; y la última, sobre la constatación de la orgía, en forma de detonación total y ulterior paroxismo.

Para ello, el dúo nos presenta a algunos de los esbirros del clan Mariana, y demás afiliados liberales, siendo aparentemente entrevistados. Aquí llama la atención el enfoque casi teatral de las entrevistas, en que los deponentes se ubican escénicamente de forma contestataria, como público que protesta ante el esperpento al que asiste.

Las primeras declaraciones se enmarcan en la teoría austriaca de los ciclos económicos, desde Carl Menger hasta el propio Huerta de Soto. La irresponsable expansión monetaria del Banco Central Europeo, mediante emisión continua de moneda sin respaldo en ningún activo real condujo (conduce casi siempre, y paulatinamente cuando menos) a inflación y al sobredimensionamiento de ciertos sectores. Las entidades bancarias multiplicaron en dinero bancario, merced a la siniestra permisión de la reserva fraccionaria, los fondos recibidos del BCE, esto es, x cantidad de dinero obtenido dividido entre el coeficiente de caja, que durante esos días se situaba en el 2%. Para ser más claros, desde el momento en que un banco recibía fondos, por ejemplo, por 1.000 millones € del BCE, adquiría la posibilidad de introducir en la economía 50.000 millones € en operaciones de activo: préstamos, créditos, etc. En el caso de la economía española, buena parte de este dinero bancario, es decir, el dinero del BCE multiplicado, se dirigió al sector inmobiliario, con el resultado ya conocido y que tan bien explica Michael Lewis en “La gran apuesta” en lo que concierne al caso estadounidense.

En este punto, no puedo evitar aludir a Carlos R. Braun, cuando se refiere a la expansión monetaria de “las autoridades” (¿por qué no decir claramente “del BCE”?), y, en olvido del gran Richard Cantillon, deduce de ahí que los tipos de interés tengan que descender necesariamente. En principio, una mayor oferta de dinero, una expansión monetaria, debería disminuir los tipos de interés en buena lógica de la ley de oferta y demanda. Sin embargo, cuando el nuevo dinero inyectado no se ahorra sino que se destina directamente al consumo, el número de prestatarios aumenta por encima del incremento de prestamistas, y en consecuencia, el precio del dinero, el tipo de interés, se eleva. De hecho, el Euríbor experimentó un crecimiento continuado desde 2004, a pesar de que la juerga monetaria continuaba, precisamente porque iba dada de la mano de su correlato, el consumo enfervorecido.

La diarrea monetaria venía muy bien al Estado, pues no otra función real se trasluce de su cohabitación simbiótica con el BCE: más consumo, más recaudación, más presupuesto, más infructuosa gestión, más desperdicio en negocietes para padrinos, colegas y favores políticos. Y en una de esas, se nos presenta Daniel Lacalle queriendo reducir 80.000 millones € de gasto público suprimiendo coches de cargos políticos (sic). No obstante, la astucia del montador es lo suficientemente ágil para traernos a continuación una enmienda involuntaria de Manuel Llamas.

La torta tenía que ser contundente con carácter necesario. Braun apunta que el punto de inflexión psicológicá es la declaración de quiebra de Lehman Brothers, arbitraria dice, puesto que el gobierno estadounidense sí rescató a otras entidades: Bear Stearns fue adquirida a precio de saldo por JP Morgan, con aval estatal, Fannie Mae y Freddie Mac fueron nacionalizadas, AIG recibió préstamos mil millonarios de parte de la Reserva Federal, el Tesoro emitió voluminosos avales en favor de Citigroup, etc. El porqué de la caída permitida de LB sigue siendo un enigma para mí. Supongo que se cerrarían tratos no dados a conocer a la ciudadanía, como es habitual.

Sin embargo, aquí, en la Hispania, mostramos un talante muy distinto. El conchabeo de banqueros y políticos alcanza magnitudes tan insondables, que a los secuaces “keynessianos”, apunta Rallo, de Zapatero se les ocurrió engendrar el aborto llamado “Plan E”, con la cobertura intelectual y moral de la terna más improbable que uno pueda imaginar en este universo de infinitos mundos posibles de elementos composibles: J.M. Keyness, .J.L. Cebrián y Emilio Ontiveros.

El documental no ahorra tiempo en sarcasmos, al presentar a un asesor fiscal hablando sobre el talante confiscatorio del gobierno de Rajoy y mostrando en segundo plano un libro sobre Albert Speer.

En fin, los últimos golpes de este testimonio gráfico consisten en algunos retazos del argumentario contra la imposibilidad teórica del socialismo, al estilo de von Mises y Hayek, cuando Rallo afirma que el Gobierno carece de la información necesaria para generar riqueza o, dicho de otro modo, de encontrar buenas oportunidades de inversión. Y de nuevo vemos al experimentado Braun jugar al despiste preguntándose por qué Rajoy no cumplió su programa. Con desenlace exculpatorio cual abuela que consiente a su pusilánime mozo.

Ahora bien, tan jugoso documento no podía bajar el telón sin mostrar antes la declaración más ocurrente de entre todas las ofrecidas: un Amando de Miguel fuera de coordenadas dando su singular y aguda puntilla.
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